Viva la Pepa, con perdón

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Con bastante más pena que gloria, transcurrió el bicentenario de la Pepa. Se nota que no está el horno para bollos con eso de la reforma laboral, las próximas elecciones andaluzas y esa sensación que desasosiego que flota en el ambiente. No perdamos de vista que el propio Cádiz, ciudad de la famosa Constitución de 1812, tiene un 35,5% de paro y que Andalucía está 25 puntos por debajo del promedio europeo, lo mismo que hace 30 años (La Vanguardia 20-3-2012).Yo creo que la gente se pregunta de qué le sirve la libertad si no hay trabajo. ¿Quieren decirme de qué nos ha servido a las mujeres que nos decreten la igualdad de salario y de oportunidades sobre un hermoso marco constitucional, cuando en la actualidad siguen existiendo diferencias de más de 22 % de salario (IZA-Bonn), frente al género masculino?
 
La verdad es que seguimos viviendo en plena erupción, y lo de menos son las celebraciones, porque el recuerdo que tenemos los españoles de aquella famosa Pepa es que al final, y como quedó probado gracias a Napoleón, la libertad exportada es poco menos que imposible y en la práctica, es lo que tenemos ahora, el trabajo parece que debe conquistarse, pero para ello hace falta creer en él y a la vista está, que aquí, casi nadie quiere ser empresario.
 
Según datos del último informe GEM España de IE Bussines Scool, la actividad emprendedora ha caído en 2011, un 15,7 %, situando a España entre los 6 países menos emprendedores de un total de 59 analizados. Ahí queda esto, y mientras tanto, con un excedente impresionante de administración pública, con 17 parlamentos y alguna comunidad en la que 1 de cada 4 personas, trabaja en la administración pública, casi el 58 % de nuestros jóvenes quiere ser funcionaria o funcionario.
Por tanto, o somos capaces de estimular el espíritu emprendedor, incentivando la creación de empresas, o esta crisis se va a demorar, in eternum, porque no todo depende de las tijeras y los recortes, hay que generar riqueza, consumo. Si no se gasta, las empresas no pagan impuestos, no contratan trabajadores, que son los que cotizan.
 
Yo propongo dejar de pensar un poco en el marco legal, que ya lo tenemos, y dedicarnos más a llevar a cabo alguna de las miles de ideas que como españoles somos capaces de desarrollar y las mujeres por delante, pues llevamos muchos años empujando, y además sin mucho reconocimiento, luchando contra este muro de cristal que alguien se inventó y tratando de demostrar cada día que no somos mediocres. Y al final, conscientes de que tenemos poco que perder, nos seguirá tocando asumir los riesgos de vivir y dar vida que es lo nuestro.
 
La gente salía a la calle en 1812, proclamando ‘Viva la Pepa’ porque es sabido que nadie puede quitarte la esperanza, y en aquellos tiempos, cualquier atisbo neoliberal caería como lluvia de mayo en un país deprimido. La lástima es que la alegría duró pocos años, después de dos siglos algo hemos avanzado. Tenemos autovías, no hay analfabetismo y hasta tenemos casi un móvil por persona, muchos Pc´s y hemos cambiado las gajas por el Mc Donalds. Pero si en este camino olvidamos nuestros valores de siempre, como el esfuerzo, la cultura o la tenacidad… vale la pena que tratemos de recuperarlos y teniendo en cuenta que nuestros hijos forman parte de la  generación más preparadas que jamás hemos tenido, tendremos que ponernos a trabajar todas y todos, más que nunca, pues estoy convencida que la palabra recesión no se escribió para las mujeres, nosotras sólo sabemos lo que significa crecimiento.
 
Mª Ángeles Tejada
Directora General de Randstad  Public Affaire y Presidenta de FIDEM

Contratación fácil

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

El título parece muy obvio, pero sirve para contraponer algunos titulares de estos días, como ‘Despido fácil’ que sacaba el sábado 11 de febrero un diario tan serio como La Vanguardia. Supongo que la razón de este titular sonado sería para llamar la atención e incentivar el consumo de prensa, que cada vez lo tiene más difícil, ya que las noticias “vuelan” más deprisa que las rotativas y la posterior distribución.
 
Sigo creyendo que lo mejor de los periódicos, igual que en las personas, ocurre en su interior y gracias a los profesionales con criterio, como algunos buenos redactores y articulistas, que tratan de descubrirnos a la gente de a pie, algunos entresijos, como por ejemplo, los de esta última reforma laboral, que nace de un embarazo con excesivos años de gestación.
 
Recuerdo que cuando, también con retraso histórico, se promulgó la ley 14/94, que regulaba las ETT´s, se justificaba ésta con dos palabras que sigue siendo vigentes después de 18 años: flexibilidad y competitividad. Si eso mismo se viene repitiendo hasta hoy, es porque el marco legislativo, se ha “cargado” de parches durante años, intentando hacer feliz a todos, sin contentar a nadie, como el que quiere lindar el desierto, olvidando que lo “natural” siempre acaba fluyendo.
 
Pero fíjense que paradoja, andar pisando huevos en lo legal, durante decenios, sólo ha servido para que el tsunami de una crisis global acabe con una tercera parte de las empresas del país, llegando a un récord histórico de desempleo, para vergüenza de políticos y resto de actores de esta comparsa socio-económica, que nos ha llevado hasta donde estamos.
Y ahora, simplemente aplicando un poco de sentido común, parece que podemos avanzar hacia algún lado coherente, teniendo en cuenta la mundialización económica en la que estamos. Generalizar el contrato de 33 días, facilitar el despido objetivo, la creación de un contrato -poco preciso- para jóvenes y otro para pymes, dar relevancia a los convenios de empresa, la capitalización de prestaciones, el fondo de formación… han sido en síntesis los puntos calientes de esta reforma, tan anunciada y probablemente combatida, como es lógico, por los sindicatos que deben justificar su razón de ser. Es posible que no limitar los contratos temporales parezca preveer una cascada de despidos, pero no hay que perder de vista que este “crédito laboral”, que creemos poseer por los años trabajados, sólo se mantiene haciendo muy bien el trabajo diario, aportando valor, con eficiencia y competitividad. Los derechos adquiridos sólo sirven cuando se traducen en experiencias e implicación.
 
El tiempo marcará las consecuencias de estas medidas del “sálvese quien pueda” pero por la parte que me toca, me interesan dos puntos especialmente, la mayor autonomía para las etetés, que como ya he manifestado, es un discurso lógico de hace 20 años, ya que el mercado de trabajo, como el de alimentos y todos los demás, no funcionan sin mediación profesional y no hay mejor agencia de colocación, que aquella que es profesional, modelo que en la Europa, que no se queja, funciona desde hace decenios.
 
Y el otro punto tiene que ver con aquellas medidas que ayuden a la creación de empresas, porque hay que favorecer el espíritu emprendedor por encima de todo. Aparte de las ayudas a la contratación y las subvenciones, que no lo son tanto, hay que intentar que una parte de estos jóvenes que salen de las universidades con sus masters, con su formación de lujo y bien petrechados, después de disfrutar la mayoría, de una juventud de ensueño, gracias al esfuerzo de sus padres, que empiecen a crear empresas, porque esto puede aprenderse y enseñarse. Se trata de encontrar una necesidad vendible, asumir riesgos y algunos problemas buscando las soluciones, pero mejor fracasar algunas veces que no haberlo intentado nunca. Mi paisano Ferrán Adríá dice que “el fracaso es el camino hacia el éxito” y acabó donde empecé, en los titulares de prensa. Ninguna empresaria ni empresario busca “el despido fácil” sino la contratación fácil. No nos gusta despedir, sino dar trabajo, crear riqueza, hacer proyectos sostenibles y mejorar un poco la sociedad, no se equivoquen.
 
Mª Ángeles Tejada
Presidenta de Fidem y directora de Randstad Professionals y HR Solutions

Pensar y sentir

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

No constituye ninguna novedad afirmar que estamos en una sociedad en que la mayor parte de las decisiones socio-políticas, y por tanto económicas, sigue dominadas por el género masculino; aunque por fortuna, cada vez haya más mujeres en los consejos de administración y en las direcciones operacionales de las empresas e incluso en algunos gobiernos, pero esta presencia, aún minúscula, no permite augurar muchos cambios a corto y medio plazo. Esta es una realidad ante la que no nos conformamos la mayoría de mujeres que en su día, apostamos  por proyectos de responsabilidad y a favor de los intereses de los diferentes colectivos, que creen y confían en nosotras. No obstante corresponde aceptarlo mientras vamos construyendo cada día un cambio que mejore nuestra sociedad.
 
Estando así las cosas, en un momento en el que la comunicación audiovisual influye tanto en nuestra forma de vida, uno de nuestros canales tradicionales como el cine, si está bien realizado, tiene la virtud de distraer y además de evidenciar parte de la verdad de los personajes, basándose sobre todo en los hechos. Éste sería el caso del cine biográfico y del título ‘La Dama de hierro’ que nos acerca a la personalidad de la primera líder mundial que irrumpió en el mundo occidental, hace poco más de 30 años, la señora Margaret Tatcher. Naturalmente la cinta en sí, no deja de ser un espectáculo y como tal permite mil opiniones y otros tantos juicios de valor sobre el personaje. Pero una, que trata de estar atenta a su entorno, redescubrió actitudes y hechos, que quizás, porque acontecieron en un momento de crisis profunda -La Inglaterra de 1979- hoy recobran actualidad, más allá de las ideologías.
 
Quiero reflexionar con vosotras sobre algunas situaciones de notable paralelismo y de las que estoy segura que podemos extraer cierta docencia, aplicable en muchos casos. Ya me he referido en muchas ocasiones a las especiales competencias femeninas, como el gobierno de una familia, cuya analogía vital constituye una experiencia muy importante para llevar una empresa o un país.
 
Decía la señora Tatcher algo así: “Si usted quiere que algo se diga, pídaselo a un hombre. Si usted quiere que algo se haga, pídaselo a una mujer”. No se trata de minusvalorar nada ni a nadie, pero estamos agotadas de que en estos últimos cuatro años nos cuenten y justifiquen muchas cosas sobre la crisis. Todo el mundo habla de ello, pero… ¿cuántos años hace que hablamos de reforma laboral? Y parece que aún no ha llegado. Y otra más: “Sólo llegamos al tope de la escalera si subimos peldaño a peldaño”. ¿Es que hay otro camino más allá de la voluntad de construir paso a paso?, pero por favor… ¡Hay que empezar a hacerlo ya!
 
Algo más sobre la cultura del esfuerzo, refiriéndose a privilegiados y subsidiados, de los que habla todo el mundo: “Debemos respaldar a los trabajadores, no a los gandules”. Pues las mujeres sabemos muy bien que nadie va a hacer por nosotras lo que nos toca hacer y sino que se lo pregunten a los millones de mujeres que debemos conciliar familia y trabajo.
 
Ciertamente y creo que tanto para mí , como para cualquier mujer emprendedora, todas estas “verdades” confirman el camino que empezamos en nuestra juventud, a fin de hacer que nuestro trabajo contribuyera a mejorar el de los demás. Creo que todas y todos deberíamos ser más pragmáticos, dejando en su sitio esta corriente de sentimientos, emociones y depresiones como “me siento, me gusta, me ofende, etc,”, y dedicarnos a pensar más en lo que queremos y sobre todo a “actuar”,”hacer”… porque, y acabo con una última cita, de ésta líder “los peniques (o euros), no caen del cielo, hay que ganárselos cada día”. Quizás por ello, el sentido que más me mueve sea el “sentido común”.
 
Mª Ángeles Tejada
Presidenta de Fidem y directora de Randstad Professionals y HR Solutions

Sin excusas para emprender

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Hay una frase del propietario de Mango, el Sr. Andic, buen conocedor de la expansión china sobre todo por lo que le toca a su negocio, que dice algo así: “Cada chino quiere ser un emprendedor, mientras que en Europa la gente aspira a estar en una gran estructura”. Naturalmente es sólo una opinión, pero viniendo de alguien que empezó con una tienda de ropa de boutique y tiene un imperio mundial, sin dejar de crecer, pues hay que escucharlo.
 
Supongo que una diferencia, hablando de emprendeduría, entre un chino y un español, será que en un país con 1600 millones de personas tienes poco que perder y por tanto “todo” por arriesgar, mientras que aquí nos hemos acostumbrado a la seguridad. Probablemente nuestros jóvenes casi dejan el “paraguas” familiar buscando seguridad en una empresa grande o en la administración pública.
 
Excusas hay de muchos tipos, desde las trabas administrativas, hasta las pocas facilidades de conciliación para las mujeres, la escasez de “ángeles inversores”, la falta de mensaje social para despertar el espíritu emprendedor, un sistema educativo que no favorece precisamente el mérito, o la creatividad y más cosas, pero a mí me interesa especialmente una causa, que no es otra que el miedo al fracaso.
 
Es obvio que en este país, tan poco dado a premiar la meritocracia y en cambio muy aficionado a admirar y sobretodo, a envidiar “el pelotazo” hasta el punto que el posible éxito profesional de una mujer o de un hombre, muchas veces de forma maliciosa se justifica o se asocia a posibles favores de cualquier tipo a determinado mecenas, padrino o lo que sea. La verdad es que el fracaso no está bien admitido, sin tener en cuenta que todas y todos fracasamos muchas veces en la vida.
 
¿Sabéis cuál es la receta contra el fracaso? Pues no es otra que aprender de él. Se atribuye a Edison una anécdota sobre el casi un millar de experimentos sobre la bombilla incandescente: “al menos he descubierto más de 900 formas que no funcionan”. Pues claro que podemos aprender siguiendo el proceso lógico de todo nuestro aprendizaje, cuando se nos calaba el coche al aprender a conducir, o nos caímos de la bici, todo el mundo aprende de los errores. ¿Por qué no hacerlo profesionalmente?
 
Lo he dicho muchas veces y no dejo de recordarlo, detrás de una empresaria no hay más que un sueño de aventura, iniciativa, control, orden, confianza, saber de “algo”, etc., pero lo que alimenta este deseo de emprender, va más allá de la codicia, no es enriquecerse, es competir y ganar, no es sólo el bien social y la posibilidad de dar trabajo a mucha gente, eso también. Además es el compromiso real con la vida de cada una, es la decisión de levantarse temprano si es posible para decir: “quiero ser empresaria y conseguir que esto funcione”.
 
Para crear empleo necesitamos empresarias, porque aquí hay pocas grandes empresas y muchas pymes. No hay excusas, sólo hace falta, poner en marcha esta idea que concebiste algún día, te aseguro que no existe ningún otro reto más satisfactorio que el vencerse a una misma para cumplir tu sueño. Eso da sentido a nuestras vidas, nos hace felices y permite que otras y otros también lo sean, que no es poco.

Mujeres y responsabilidad

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Entre las distintas etimologías aplicables a la palabra “crisis” parece que una de ellas, procedente del sánscrito, lo identifica como transformación, lo que viene a significar algo así como cambios en la naturaleza de las cosas.
 
Hasta hace poco, muchos progenitores, preocupados como es lógico por el porvenir de sus hijos,  los “empujaban” para que enfocaran su profesión hacia el funcionariado público, seguramente por aquello de tener un empleo de por vida, estar asegurado  y todo lo que sabemos todas, por desgracia o por fortuna. ¿Quién sabe? Este paradigma parece haber tocado a su fin, ya que hoy en dia, no sólo parecen sobrar los funcionarios, sino que “peligra” este criterio vitalicio. Todo eso en un contexto educativo en el que se premia la mediocridad, en parte, nos ha llevado a la situación de precariedad de espíritu emprendedor que padecemos.
 
Si en vez de fomentar el esfuerzo intermitente de las oposiciones para posicionarse y abandonarse de por vida se hubiera potenciado el esfuerzo, el riesgo y el desarrollo imaginativo de los futuros emprendedores y emprendedoras, seguro que las cifras actuales de ocupación serían otras, ya que nuestra sociedad, lo que necesita de las nuevas generaciones son personas capaces de asumir responsabilidades y tomar decisiones.
 
De hecho las mujeres hace tiempo que asumimos a menudo más deberes de los que nos tocan, sobre todo cuando se ha tratado de conciliar familia y trabajo en estos últimos 40 años, diríamos de desarrollo, lo que significa que el mundo empresarial nos quiere porque somos eficientes y seguramente trabajadoras. En estos días me ha llamado la atención un estudio, realizado entre Edenred y el IESE, sobre una muestra de 1.200 trajadores, en el que se evidencia que una gran parte de españoles prefiere tener a una mujer como jefe y según otro estudio realizado por Randstad, España es el 5ª país de Europa en liderazgo femenino y un 33% de hispanos tiene a una mujer como jefe ¿Qué les parece? Y aquí no sólo se trata de mandar, sino de tomar decisiones, de alentar , comunicar y ayudar al desarrollo de las personas, eso lo hacemos las mujeres cada día. Todas estas cosas me dan que pensar y hasta me convencen para afrontar con cierto optimismo el futuro, pero necesitamos que se realicen reformas por parte de la administración para facilitar el acceso al “empresariado”, menos trabas, más oportunidades y sobre todo, que exista un clima social que favorezca la cultura del esfuerzo, la competitividad y la responsabilidad propias del espíritu emprendedor desde la escuela y la familia.
 
En el fracaso escolar, del que tanto se habla, hay una cuota importante de responsabilidad de progenitores y  del sistema educativo, ya que no debe basarse sólo en la adquisición de conocimientos básicos, que tampoco los tienen, ni  disfrutar de la cultura o la lectura, que no es el caso. Sólo hace falta ver entrevistas por la tele, poca gente sabe identificar una capital de nuevo estado, la situación geográfica de un país y mucho menos explicar un concepto. Si la tecnología es la que hace los “deberes” y la ley que impera es  la del mínimo esfuerzo, caeremos en el pozo de la pasividad y quizás tengamos muchos aplicadores y funcionarios, pero poca gente capaz de  dar una visión distinta y transformar la sociedad, para que más gente trabaje, lo haga bien y en cosas que le gusten.
 
Mª Ángeles Tejada

Mujeres y hombres

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

“Con ellas podríamos descubrir la vida si las dejáramos respirar”. Jolín, vaya frase y no es de un poeta de esos que lanzan al viento utopías para hacernos soñar, que no es poco, porque la frase es de un sociólogo, catedrático de Berkeley y más cosas, que se llama Manel Castells, que sabe de economía y que entiende del valor añadido de las personas en el trabajo. En su último libro habla de mujeres y hombres y de las herencias de clase que han llevado el mundo hasta donde está actualmente, nos recuerda que la competición por el poder o el control de la producción, tan patriarcales desde el albor de los tiempos, no permite disfrutar del sentido real de la vida, que está más cercano de la espiritualidad, la conciliación o la intuición tan femenina.
 
Todo eso, en la práctica representa que, en la medida en que las mujeres hemos ido equiparándonos a los hombres en la política, la empresa y algo menos en la familia, no tenemos  que perder para nada la riqueza de sensibilidad acumulada a través de la historia, sino todo lo contrario, pues nuestro componente relacional favorece que la gente se comunique mejor, único camino para saber lo que se piensa, y pueda enriquecerse de las experiencias de los otros para salir adelante.
 
Cada vez tengo más claro que el momento tan especial que vivimos, nos va a tocar a las mujeres emprender, de la misma forma que usualmente lo hacemos en el ámbito de nuestras familias y eso significa tomar responsabilidades y aportar creatividad e innovación, cuando los modelos que nos han llevado hasta aquí, no ofrecen más respuestas. Hay un criterio interesante, que recoge el Dr. Castells y que se refiere al carácter unidimensional de los hombres, frente a la multidimensión femenina. Pienso que esta visión debe aprenderse y      de­sarrollarse para que pueda ser aplicada en un mundo que ya por sí mismo, es global.
 
Estoy convencida que el mayor problema de este país no es que hayan 5 millones de parados, eso es sólo un dato, el problema es que, nadie ha profundizado en las causas de esta cifra, que obviamente no puede adjudicarse sólo al sector de la construcción o a la crisis mundial, porque al margen de las razones que son muchas, seguro que tiene que ver con las pocas ideas de verdad innovadoras y estimulantes de los últimos 10 años, excepto las que proporcionaban valor a corto plazo (acordaos de la proliferación de agencias bancarias, prestamistas, inmobiliarias y tiendas del todo a 100 hasta “retail”), pero nadie se ocupó de facilitar la creación de más empresas con vocación de permanencia, ni de hacer una reforma laboral realmente flexible. En la educación se estimuló la mediocridad, se multiplicaron las subvenciones y se perdieron valores como la cultura, el esfuerzo, la autoridad o incluso el respeto.
 
Quizás haría falta que las mujeres  nos emancipáramos de verdad, sin tener que pagar un precio por ocuparnos de los hijos, sin sentirnos culpables en el trabajo pensando que no cumplimos profesionalmente por las limitaciones familiares. Naturalmente hay que conciliar, pero la pareja también, y debemos pensar más en calidad y productividad que en el tiempo empleado y que cada cual emprenda su proyecto de vida con libertad, de forma que, tanto si la elección es familiar, profesional o ambas, lo hagamos con la ilusión de hacer bien lo que nos toque en cada momento. Ya que somos multidisciplinarias, vamos a ser también eficientes.
 
Mª Ángeles Tejada

Los últimos tres años

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Mientras estoy escribiendo estas líneas se cumplen tres años, cuando un 14 de septiembre se anunciaba la quiebra de uno de los mayores bancos de inversiones del mundo. Me refiero claro está a Lehman Brothers, era el triste anuncio de una crisis que aún nadie sabe ni cuándo va a acabar, ni cómo vamos a estar cuando finalice, por tanto parece que no depende demasiado de nosotros ¿o sí? Yo, por si acaso, prefiero prepararme.
 
Es verdad que en estos tres últimos años, están cambiando muchas cosas pero sin duda la gran esperanza de la gente debe alienarse con aquella gente que tienen el trabajo, como valor principal. Me gustó la glosa que hizo un paisano mío, trabajador como pocos, un “genio” para algunos que entienden de fútbol, pero yo prefiero calificarlo de buen profesional y admirable como todas aquellas empresarias y trabajadoras, que tratan de hacer bien lo que saben hacer.
 
La frase que dijo no puede ser más sencilla: “…para levantar un país (vale para una familia, una empresa o lo que sea) sólo hace falta levantarse muy temprano y trabajar todas las horas que hagan falta”. ¿Qué les parece? Pues una fórmula muy sencilla y al alcance de cualquiera, porque somos un país que casi siempre llega tarde, mayormente se desayuna a las 9 , se come y “mucho” después de las14 horas y es frecuente cenar a las 10 de la noche. Luego están las sobremesas y la tele, con programas de ‘audiencia’ a las 12 de la noche y eso no puede ser.
 
Parodiando al comisario regional de la UE, Johannes Hahn, “las pequeñas y medianas empresas, son la columna vertebral de Europa”. ¿Qué les parece? Y esto es así porque millones de empresarias y empresarios, un día se decidieron por emprender un trabajo propio, en vez de esperar que alguien se lo diera, y crean riqueza todos los días y lo más importante… dan empleo a mucha más gente, pero para ello debemos ir todos y todas a una.
 
Nadie se hace grande a partir de las subvenciones y ayudas. España lleva recibidos más de 100.000 millones en ayudas desde 1986. Pues bien, para mí y supongo que para la mayoría de empresarias, la mejor forma de solidaridad, es dar trabajo a la gente. Me horroriza comprobar como teniendo una cota de más de un 20% de paro, la gente y sobre todo los jóvenes cuya mitad no trabajan, tampoco concurren a las ofertas y procesos de selección, la mayoría no sabe inglés y siguen dependiendo de una economía familiar cada vez más frágil.
 
Por otra parte, es increíble la descoordinación entre el mundo académico y laboral, y no sólo para los grados universitarios. ¿Para cuando una racionalización de las prácticas en empresa, con el plan de estudios? Me refiero a la propia preescolar, primaria etc., con la dichosa “sexta hora” y con este “batiburrillo de horarios” que hace difícil para las jóvenes madres trabajadoras poder desarrollar una jornada laboral, compensando su reducción, con eficiencia y productividad, pero permitiendo que exista cierta homogenización de horarios en las guarderías, a fin de no sumar un bonus de “estrés” a la complejidad que representa tener hijos y trabajar ambos cónyugues. Algo deberíamos haber aprendido en estos tres años, pero por si acaso, yo les recomendaría una fórmula que nunca falla y que venimos practicando los y las emprendedoras desde hace siglos: poner talento, sentido común, mucho trabajo, perseverancia e ilusión, porque nadie va a resolverte más de lo que puedas hacer por tí misma.
 
Mª Ángeles Tejada

Un verano negro

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Pues sí, parece que vivimos días muy oscuros, porque al drama insólito provocado hace un par de semanas, por un fanático en Noruega, se han sumado desórdenes callejeros en Londres que se suman a las eternas guerras en Libia, Irak, la hambruna del cuerno africano,  y  además, los problemas económicos de “casa”, sueldos que no llegan, la inviabilidad de la dación en pago para eliminar las hipotecas, muchas penas y poca gloria. No obstante, mientras el  BCE se ha decidido a comprar deuda italiana y española para bajar la “prima de riesgo” y Obama no sabe qué hacer para mantener su “we can”, la gente se ha ido de vacaciones y ha hecho bien, porque al menos el sol es gratis y en bañador los problemas pesan un poco menos.
 
No son buenos tiempos para nadie y para las mujeres menos, porque deben cubrir sus necesidades familiares todos los días, inventando recursos donde no los hay , y encima muchas de ellas (las amas de casa) sin cobrar y otras (las que malviven de la economía sumergida)  pues explotadas, sin cotización y sin justicia social, por suerte las más decididas, o las que “pudieron” hacerlo en su día montaron pequeños negocios que ahora apenas pueden soportar, por la presión financiera y la ineficacia de los políticos.
 
En la calle, las empresarias y nuestros colegas masculinos, seguimos suspirando por la “coherencia” y por el sentido común del que parecen carecer legisladores y parlamentarios. ¡Qué lástima! Que no se aprenda a emprender, antes que a legislar, es increíble que tantos años de historia no hayan servido para entender que los hechos siempre van por delante del derecho, que hay que legislar a partir del realismo y no de la utopía, que el dinero no se inventa, se crea y además, no debe gastarse sino invertirse y  hay que dejarlo en manos de la gente que es capaz de añadirle valores o sea las empresarias y empresarios.
 
Desde el año 78 en el que emprendí mi proyecto empresarial que posteriormente se convertiría en la primera “ETT” del país, tardamos 16 años hasta que los políticos y sindicatos cayeran en la cuenta de que el mundo del trabajo, igual que la vida, requiere flexibilidad y gestión profesionalizada. Costó que entendieran que al final sobreviven los que se adaptan mejor, o que hay que reinventarse para sobrevivir. Esta semana los datos del Ministerio de Trabajo, indican que el sector de ETT aporta un 3,7% más de contratos, lo que significa más de 380.000 personas con trabajo y cotizando.
 
Y es que al final siempre se cumple la ecuación de la eficiencia y la utilidad, porque nadie sabe hacer mejor el trabajo que los profesionales y las ETT, las  empresas de selección y “las” y los profesionales que se dedican a esto, saben buscar y encontrar a la persona más idónea para cada tarea, pues el mundo del trabajo no entiende de asambleas, votaciones y proclamas. El paro no es  una “subvención” sino un préstamo que pagamos todos  para que la gente sobreviva el tiempo en que se está buscando un trabajo, y el éxito no hay que buscarlo en los decretos u ordenanzas sino en el conocimiento, eficacia, competitividad, trabajo, exigencia y eso sí, respetando a todo el mundo.
 
Mª Ángeles Tejada

Educarnos para el éxito

¿Hay alguna  universidad en donde se  estudie la carrera de empresario? Me temo que muy pocas, me comenta mi marido que es profesor en una Universitat catalana, que más del 50% de sus alumnos quieren ser funcionarios y a lo mejo…

Educarnos para el éxito

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

¿Hay alguna  universidad en donde se  estudie la carrera de empresario? Me temo que muy pocas, me comenta mi marido que es profesor en una Universitat catalana, que más del 50% de sus alumnos quieren ser funcionarios y a lo mejor esta crisis de emprendeduría  tiene que ver en que ser empresario equivale a embarcarse en una aventura de final incierto. No obstante y a pesar de ello en 2010 más del 60% de los nuevos autónomos, fueron mujeres, y ello, a pesar de las trabas administrativas  que aún existen para montar una empresa, nada menos que 8 trámites desde  el alta en el censo, hasta la formalización de los contratos de trabajo y varios meses por delante.
 
En la Federación de Mujeres Emprende­doras a la que pertenezco (Fidem), seguimos empeñadas en facilitar ayuda a la mujeres emprendedoras, formando, ayudando, gestionando microcréditos, que en muchos casos hemos avalado las  propias patronas de la Fundación, para salir adelante, porque el trabajo y el esfuerzo solidario es el mejor remedio que conocemos para aliviar la crisis, innovar, buscar mercados, dar calidad y hacer las cosas bien, así seguro que las empresarias podemos dar trabajo a mucha gente, generar confianza y salir tod@s adelante. Pero tenemos que hacer los deberes pendientes, fomentar más conciliación familiar, para que se repartan mejor los roles en la familia y que la mujer tenga el reconocimiento salarial que le corresponde en función del valor añadido y la productividad que aporta.
 
Debemos apostar por un sistema educativo, que en vez de reducir el nivel de exigencia frenando a los jóvenes más trabajadores  y ambiciosos culturalmente, se incentive el talento y así nuestra juventud mejor formada, podrán competir profesionalmente en un mundo global y sus iniciativas serán premiadas.
 
Necesitamos  empresarias,  cuya vocación, coraje, y sobre todo trabajo, representen este espíritu empresarial que necesitamos, mujeres con valores capaces de dirigir sus proyectos a favor de la gente, con ética, dispuestas a innovar, a inventar mercados donde no los hay, porque el mundo se nos ha hecho pequeño y ninguna  nueva iniciativa puede resistirse cuando el coraje y el trabajo de una mujer emprendedora y decidida, va por delante.
 
Mª Ángeles Tejada

Periodismo
Constructivo