Los debates televisivos

Hace pocos días intervine como invitada y ponente en un programa de televisión cuyo título era ‘La cara dramática del paro’y  cuyo tema central era, cómo no, los preocupantes datos del último trimestre que en la comunidad, teóricamente más industrializada del país, son de un 22,56% de parados, o sea 840.400 personas. Esta realidad no […]

El siglo de la mujer trabajadora

A alguien debería ocurrírsele que en vez de celebrar el día de la mujer trabajadora el 8 de marzo se celebrara “el siglo” o mejor el milenio de la mujer trabajadora, porque eso no parece que vaya a cambiar y, a lo mejor, tampoco hace falta. Bastaría, quizás, un poco de reconocimiento y simplemente normalizar […]

Fracasar, ¡¡es sólo el comienzo!!

Hay un reciente informe a nivel mundial de Gem2012 que muestra que los continentes más “emprendedores” son África, Latinoamérica, Estados Unidos y Asia. Después viene la Unión Europea, naturalmente. Este informe cuenta muchas cosas interesantes, como la edad en que se empieza a emprender en economías consolidadas dentro de los continentes llamados del tercer mundo. […]

Belleza o atractivo

Todo lo bello que nos envuelve debería ayudarnos a empezar bien el año. Estas luces navideñas que nos alumbran, los encuentros familiares, a menudo ausentes el resto del año, no dejan de ser un oasis de esperanza y un estímulo para seguir adelante con algún optimismo. Seguro que nada debe ser peor que lo pasado, […]

Compartiendo el poder

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Según los datos de la Comisión Europea de principios de este año, en las empresas de la UE solo un 13,7 % de los miembros de consejos de administración de empresas son mujeres. Pero lo más curioso del caso, es que se gradúan en las Universidades más del 60% de mujeres, por tanto con amplia mayoría sobre los hombres. Claro que todo eso tiene una importancia relativa y no deja de ser la misma retórica de siempre; mientras tanto, nuestras congéneres políticas con la Sra. Reding al frente, están defendiendo actualmente un sistema de cuotas de hasta el 40%.
 
Hasta ahí los datos, pero lo importante es compartir la reflexión ante este hecho, que es lo que voy a tratar de hacer. El primer mensaje, que para mí es el más importante, es que existe una conciencia general de agravio hacia el sexo femenino en el mundo de la empresa y una cierta disposición, naturalmente movida por mujeres, para solucionarlo. En mi caso, y por mi experiencia como empresaria y directiva en los últimos 36 años, la mayoría de mujeres directivas que conozco siempre alientan la participación de sus colaboradores, no tenemos ningún problema en compartir el poder y la información, y tratamos de canalizar el potencial de las personas que dependen de nuestra función directiva.
 
Lo segundo y muy paradójico es que no hace falta ser universitario para dirigir o pertenecer a órganos de gobierno, eso se manifiesta cada día en la vida pública, especialmente en nuestro país, donde cualquiera puede ser ministro de algo, sin tener mayor idea. Y yo pienso, que eso es posible, siempre y cuando tenga competencias de liderazgo para organizar, administrar y ocuparse, poniendo mucho sentido común y la mejor actitud, para que el equipo cumpla los objetivos  propuestos de forma eficiente; al fin y al cabo, liderar no es otra cosa que conseguir, que cada uno haga “a gusto” lo que debe hacer.
 
Lo tercero y de ello estoy convencida, es que el salto definitivo ya está hecho y lo gana cualquier mujer que es capaz de ponerse por delante de un proyecto para emprenderlo, empezando por su propia vida, su familia o un negocio, porque ¿saben una cosa? Tenemos las ideas innovadoras, tenemos la gente para llevarlas a cabo, incluso tenemos las actitudes necesarias y especialmente la aptitud de conocimientos que haga falta, sólo falta la oportunidad para demostrarlo y los recursos que la sociedad debería poner a disposición de las mujeres, de la misma forma que lo ha hecho durante siglos con los hombres, pues liderar también depende de la capacidad individual de crear un proceso de influencia, en las actividades de individuos o grupos, para el logro de metas comunes.
 
Probablemente lo de las cuotas femeninas, en la representación social, política o empresarial, suene casi a broma. Pero está claro que para la mayoría de mujeres empresarias llegar a alguna parte ha significado una carrera de obstáculos y aún queda mucho por delante especialmente en el sur de Europa. Claro que envidiamos a las mujeres noruegas, porque tienen más mujeres en los Consejos de Administración que el resto de países y seguro que les funciona, pero aún me gusta más lo que ha afirmado el CEO de Deutche Telekom: «Es un asunto de justicia social y una necesidad categórica para nuestro triunfo. Tener a más mujeres en los puestos claves nos va a permitir, simplemente, operar mejor». Pues no lo dude Sr. Oberman, y seguramente si las mujeres hubieran dirigido la economía del llamado progreso, no nos limitaríamos a ganancias, pérdidas o competencia, sino que quizás por el camino de la participación, compartiendo el poder y alentando la comunicación, favoreceríamos la negociación y la cooperación, contribuyendo sin duda, a humanizar el mundo de la empresa.
 
Mª Ángeles Tejada
Dtor Gral de Public affairs de Randstad y Presidenta de Fidem

Estamos de moda

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

No vamos a frivolizar porque ahora no toca, pero sin duda corren tiempos convulsos y parece que las mujeres estamos de moda, aunque realmente, nunca hemos  dejado de estarlo, puesto que nos ha tocado desde siglos vertebrar la sociedad y la familia, en las tres cuartas partes del planeta, claro que eso, lo llevamos mejor desde el anonimato, porque evitamos la notoriedad en las cuestiones serias y vitales. Pues bien, el verano pasado pasaron cosas que deseamos compartir, por orgullo de género.
 
El protagonismo femenino en el deporte, como se ha visto en la última olimpiada, no hace otra cosa que evidenciar unos valores que sin ser exclusivamente femeninos merecen destacarse, ya que, en menos de 40 años, hemos demostrado que sabemos competir, aliarnos, hacer equipo, trabajar, esforzarnos y sobre todo ganar, o sea que también nos gusta ser competitivas y vencer, porque eso nos hace más fuertes y nos permite volverlo a intentar una y otra vez.
 
La perseverancia ha sido una constante en el éxito de muchas miles de mujeres, que llevamos años compitiendo empresarialmente en una “liga básicamente masculina”. Hace menos de 20 años, yo era la única mujer CEO en el grupo de empresas en el que trabajaba, una de la mayores multinacionales del mundo en mi sector, incluso tuve un Presidente que al verme por primera vez en este foro necesariamente limitado, me preguntó abiertamente, quién me había apadrinado.
 
Bueno, eso está muy bien ahora, cuando el líder político con mayor poder en Europa, es precisamente una mujer. No debe estar allí por casualidad, supongo que no le faltarán críticas, muy necesarias para cualquier líder, pero igual que la señora Tatcher en los años 80, se demostró que a menudo, el problema no consiste en buscar la mejor solución posible para una crisis, sino en atreverse a “aplicarla” a pesar y contra todo.
 
Ahora que “emprender” se ha puesto de moda, sólo hace falta que la gente que debe promoverlo, o sea el que tiene poder para hacerlo, se lo crea y lo aplique, a pesar de todo y pese a todo, no hay que esconderse. Hacerse empresaria es arriesgar, crear puestos de trabajo, apostar por el desarrollo, liderar ideas propias, organizar grupos de personas y salir a competir en el mercado.
¿Sabéis una cosa? Nunca más tendremos una oportunidad como esta y como ya llevamos siglos resistiendo, sabemos que esto no basta. Además hay que construir y para ello valen todas las ideas puestas en marcha y que simplemente sean útiles para alguien, porque emprender es atreverse a hacer algo que alguien necesita y está dispuesto a pagar por ello, tan fácil como eso y tan difícil como estar dispuesto a trabajar lo que haga falta para conseguirlo.
 
Conocí a una chica hace años en nuestra fundación de mujeres emprendedoras, que “descubrió” un pequeño filón en el mercado de la pastelería, creando pasteles personalizados con simbolismos y a medida de la persona agasajada. ¿A quién no le gusta que hayan pensado en el/ella? Hay que huir de los modelos prefabricados, incluso de este tipo de negocio en el que todas hacemos lo mismo, hay que hacerlo distinto y sobre todo, al gusto de quien lo consume y eso no es sólo marketing, es sentido común, y hoy tenemos medios como la redes, las .net y toda la tecnología para llegar a muchísima gente, sólo falta tratar de conocerla y descubrir lo que hace falta, después viene la idea y su puesta en marcha y al final el éxito y eso seguro que no es una moda.
 
Mª Ángeles Tejada
Directora General de Randstad  Public Affaire y Presidenta de FIDEM

Pero, ¿dónde están los líderes?

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Imagino que cuesta reconocerlo pero una de las causas de la que está cayendo es, sin duda, la falta de liderazgo con que se ha llevado al país, especialmente en los últimos 20 años, o quizás más.
 
A lo mejor toca reflexionar, más que nada para hacer esto que está tan de moda, que se llama desaprender, aunque con lenguaje más humilde bastaría con aceptar, asumir y cambiar, como hemos hecho todas cuando nos equivocamos, porque reconocerlo siempre es mucho mejor que justificarlo y aunque sea feo hablar de culpas, a lo mejor la tenemos todos, y los que estaban delante, pues un poco más.
 
Es cierto que hemos creado “fábricas de líderes”. Algunas de nuestras escuelas de negocios son líderes mundiales en sus especialidades, pero lo que debería aceptarse es que los líderes nacen en la calle, después podemos meterlos en un centro de excelencia para que mejoren, aunque sólo sea para hacer mejor lo que ya “deben saber hacer” y…. ¿saben una cosa?… los tenemos enfrente durante toda nuestra vida y los negamos. Que sí, en serio, ¿recuerdan en primaria aquella chica que siempre levantaba la mano o aquella que se inventaba juegos cuando la pandilla estaba aburrida, la que hablaba mucho, la “preguntona” y hasta “la que recibía tortas por hablar más de la cuenta, ahí estaban los futuros líderes.
 
Y nosotras, sin enterarnos, votando a gente que se presentaba con una carpeta de políticos. Pero, si la FEN y todo lo que olía a política en la escuela, eran las auténticas “marías”, o es que… ¿no te acuerdas? Se aprende matemáticas, álgebra, organización, también ciencias para buscar la razón de las cosas, o historia para saber de dónde venimos, imprescindible para apuntar a dónde queremos ir, literatura para aprender a escribir con sentido y a comunicar mejor y hasta educación física, para estar en forma. Todo eso hace falta para ser líder.
 
Coincido con el responsable de CosmoCaixa, el Dr. Wagensberg, en su sencilla definición de tres cualidades que echamos de menos en los líderes: mucho estímulo, porque cuando optamos por hacer o no hacer, si podemos, nos relajamos y no hacemos; mucha conversación, ya que necesitamos comunicarnos para conocernos y sobre todo, saber escuchar mucho para enterarnos; y claro está, la comprensión, eso que nos lo digan a las mujeres porque todas lideramos más o menos la vida de otros, conciliamos, agrupamos, empatizamos, toleramos y sacrificamos para los nuestros. Yo añadiría otra más y se llama compromiso, porque sin él no hay proyecto que dure, la seguridad se gana con el trabajo bien hecho de cada día, pero la gente pone su talento y comparte su conocimiento, sólo si se siente reconocida y nada compromete más que un líder que sabe dónde va.
 
¿Cuántos líderes tenemos así? Puede que en las empresas y especialmente en las pymes, tengamos a una mayoría, porque no puedes emprender si no arriesgas y te inventas la ilusión todos los días, y porque además, debes contagiarla a otros. Pero por desgracia es difícil encontrar estas cualidades en la gente que no arriesga más que su vocación de mantener la silla durante cuatro años y me temo, que les cuesta mucho transmitir la ilusión y la confianza que tanta falta nos hace, porque ellos y ellas tampoco la tienen, y a diferencia de los que por fortuna trabajamos todos los días, nosotras estamos pendientes de hacerlo siempre un poco mejor, aunque sea para justificar el salario que nos paguen y esto sí, el enorme valor de la autoestima, por el gusto de hacer bien las cosas y, eso, no tiene precio.
 
Mª Ángeles Tejada
Directora General de Randstad  Public Affaire y Presidenta de FIDEM

Austeridad y créditos

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Estoy expectante ante la  ayuda de la UE de 100.000 millones de euros a la banca española, y que sirva para auxiliar en gran parte a  las pymes, así como a las emprendedoras y emprendedores de este país. Espero que después de tantos años de dificultad en nuestra liquidez, por fin y acudiendo a este “rescate” o “ayuda” como gusta llamarse, sirva para lo que debe servir, o sea para innovar y ayudar a las fuentes de creación de empleo.
 
No dejo de repetir que las únicas salidas a una crisis, siempre positiva porque nos hace crecer, son: priorizar el gasto, por tanto no dejar de gastar pero hacerlo con más criterio para que circule la economía y además de “ajustarnos el cinturón”- las mujeres ya tenemos la cintura algo más reducida, probablemente porque ya hemos adquirido el hábito de limitar y ponderar desde generaciones- y también: emprender e innovar, buscar nuevos productos, mercados y clientes, porque a eso se le llama emprendeduría.
 
Un ejemplo claro de esta vocación emprendedora y mesurada, la tenemos en una de las dirigentes femeninas que están contribuyendo a que el mundo recupere el sentido común. Me refiero a la africana Joyce Banda, presidenta de Malaui, que acaba de vender 60 Mercedes, su propio avión Falcon de Presidencia, “puedo viajar en líneas aéreas convencionales como todo el mundo”. ¿Qué les parece?, ¿podrían tomar nota algunos?
 
Y es que no hay otro camino. Cuando algo no funciona, debemos cambiarlo y si hay que gastar menos, pues es lo que toca, pero a menudo nos preocupamos demasiado de mantener lo superfluo obviando las cosas realmente importantes. Se dice también que estamos viviendo en una crisis de valores… pues claro que sí, y no tanto porque la gente se haga el distraído y no ceda el asiento del bus a los jubilados, esto es sólo un efecto, la causa está en la educación.
 
Los valores definen un carácter que, a su vez, se genera con los hábitos y éstos dependen de lo que se piensa, se hace y del ejemplo que recibimos, principalmente en casa. Antes existía una forma de hacer las cosas, en mi época, a este tipo de educación se le llamaba la “urbanidad”, aprendíamos a comer, a respetar y otras habilidades, más o menos impuestas pero que se reproducían en nuestras familias y en las de los demás, porque estaban hasta regladas.
En el mundo empresarial también existen valores, y es que a la gente que se ayuda a sí misma, se la debe escuchar y ayudarla a conseguir sus objetivos. Este es un auténtico “valor” que ha prevalecido en el espíritu emprendedor hasta ahora. Lo que pasa es que en los últimos 30 años no se ha “educado” a la gente en este sentido, como tampoco lo fue en las reglas de comportamiento social, y al empresario se le mira como un aventurero en el mejor de los casos o como a alguien que se aprovecha de los demás, en vez de entenderlo como alguien que genera riqueza para todos y permite que sus colaboradores puedan desarrollar en equipo un proyecto común que beneficie a todos.
 
Los bancos podrán estar más tranquilos, si cumplen su razón de ser, prestando dinero a empresarias y empresarios, porque ellas/ellos a través de la capitalización de sus ideas, serán capaces de generar riqueza y empleo, lo que asegurará el mantenimiento de la propia banca y apoyará la producción de bienes y servicios. De esta forma todos saldremos ganando.
 
Mª Ángeles Tejada
Directora General de Randstad  Public Affaire y Presidenta de FIDEM

Emprender con la verdad

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Hace pocos días tuve la oportunidad de invitar a nuestra cena de empresarias que venimos celebrando en Fidem, a Mdme. Belhadi, presidenta y fundadora de AME, la principal asociación argelina de directiv@s y emprendedor@s. Esta mujer, que ha sido seleccionada como una de las siete personas notables del país para entrevistarse con Barack Obama, me encantó porqué habla de lo necesario pero con mucha claridad.
 
Su país es uno de los más estables de África y con una economía al alza, siendo uno de nuestros grandes proveedores de gas, además de ser el país más grande del continente y con un potencial de crecimiento enorme. Me sorprendió mucho que entre las cosas que añoraba en su país, especialmente entre los jóvenes universitarios, es su  actitud para aprender liderazgo, gestión de equipos, inteligencia emocional , organización y todas estas competencias que se asocian al espíritu emprendedor.
 
Contrasta notablemente esta inquietud por aprender y abrirse al mundo global y altamente competitivo, con la relajación y el limitado interés de nuestr@s jóvenes preparados, hacia esta noble profesión de la emprendeduría, probablemente porque el entorno, especialmente en los últimos 10 años, se ha basado en confiar en que el “papá Estado” me dé trabajo, o bien “alguien” deberá ocuparse en que yo trabaje. De aquí estas cifras astronómicas de candidatos a “funcionarios”, que contrasta con lo que antes contaba. Además las propias familias han sido cómplices de esta falsa seguridad de la oposición, contrastada con la “tragedia” o cuanto menos inquietud, que se plantea en una familia, cuando un hijo manifiesta que quiere emprender.
 
Por fortuna, muchas mujeres y también hombres, piensan como yo, que debemos inculcar esta vocación como parte fundamental de la educación precoz ya que es  una magnífica opción, para disfrutarla profesionalmente, incorporándola en el proyecto de vida y ser feliz, creándonos el propio trabajo y de paso dando empleo a otros. Precisamente por esta razón, en Fidem, hemos tenido la oportunidad de establecer un acuerdo con IESE, una de las mejores Escuelas de Negocios del mundo, para que a través de un itinerario formativo que se mantendrá varias semanas en sesiones  perfectamente compatibles con otras obligaciones laborales y/o familiares, se puedan conocer y desarrollar técnicas y competencias, para facilitar la emprendeduría entre las mujeres.
 
Estoy convencida que solamente la iniciativa de organizarlo ya es un éxito. Ahora sólo hace falta que de nuevo las mujeres nos impliquemos y haciendo gala de nuestro proverbial sentido común, aprovechemos esta oportunidad y generemos una dinámica con otras empresarias y aspirantes, a fin de que seamos capaces de crear valor, empezando por nuestra preparación, obteniendo la seguridad personal que también hace falta, para asumir los nuevos retos que nos plantea el mundo económico en la actualidad.
 
Hay quien afirma por ahí que esta crisis nos va a cambiar a todas y todos, y yo personalmente, espero que el cambio sea a mejor, siempre y cuando seamos capaces de recuperar los valores que aprendimos en su día, como el esfuerzo, el sacrificio, la resistencia a la frustración, la generosidad que tanto añoramos y sobre todo recuperemos la verdad que nos ha sido negada hasta ahora, pues se nos ha ocultado a los ciudadanos las causas reales de los problemas que sufrimos. Simplemente nos proporcionan pequeñas dosis porque a lo mejor, quienes gobiernan se han olvidado que esta confianza tan necesaria de la gente, sólo es posible a partir de la luz de la autenticidad y por tanto, nada nos asusta más, que la oscuridad de la ignorancia.
 
Mª Ángeles Tejada
Directora General de Randstad  Public Affaire y Presidenta de FIDEM

Ni adelante, ni atrás

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Pues parece que sí, que por desgracia, los titulares de los periódicos anuncian lo que ya sabía la calle. Estamos en recesión, o sea andando para atrás como los cangrejos y la bajada de la bolsa. Conjuntamente con las amenazas de intervenciones en la autonomías, anuncian el fin del “café para todos” gratis, y volveremos a repartir el café con las enormes lecheras, teñidas con el “malta” de la postguerra; entonces los que quieran café del bueno tendrán que comprarse la nespreso, porque los lujos tendrá que pagárselos cada uno.
 
Era inevitable, porque mientras Alemania empezaba a recortar hace 8 años, racionalizando su economía a fin de estabilizar la integración de los alemanes del este, aquí seguíamos construyendo y gastando por doquier, llegando a una dependencia del 25 % del PIB en la construcción, sector que no aportaba más valor añadido que los escandalosos “pelotazos”, poco I+D, mucho inmovilismo, y una mala estrategia política, basada en el paternalismo y el gobierno a medio plazo. Todo eso, nos ha llevado hasta donde estamos ahora.
 
Pero, ¿es reversible esta situación? Naturalmente, y por mucho que duelan los “recortes”, es necesario recomponer lo que se hizo mal, al menos hasta devolver a los ciudadanos la dosis de realismo que se les robó durante estos años. Yo creo que la gente no nace para pedir, sino más bien para dar, no es una cuestión de generosidad, sino simplemente de que seamos responsables cada uno de lo suyo, y ésta es la primera gran cuestión a cambiar. Hay que dejarse de victimismos y quejas y ser “todas y todos” más responsables, empezando por los de arriba.
 
Hoy este país es más vulnerable que nunca, no tanto por los problemas de endeudamiento exterior, que los hay, ni por la ingente cantidad de parados, que es casi insostenible. El gran problema es la enorme conflictividad y crispación interna, creada a partir del echarse la culpa unos a otros, el recelo entre comunidades creado por los políticos, la desconfianza que sigue latente entre sindicatos y patronales, entre bancos y cajas y por qué no, entre hombres directivos y mujeres con vocación dirigente que siguen obligadas a “romper” indefinidamente el cerco elitista en muchas empresas -cada día menos- obstinadas en mantener sistemas de dirección basadas en la extrema competencia, la radicalidad y la eficacia del resultado, por encima de la implicación conjunta, la comunicación , el compromiso mutuo y la eficiencia del resultado.
No debería asustarnos dar algún paso atrás, pues incluso los atletas de élite lo hacen, para tomar impulso. Hay que volver a la racionalidad y la moderación para recuperar aquellos valores tan claves como el esfuerzo y el coraje para salir de la adversidad. Y de eso las mujeres sabemos mucho y las empresarias no digamos. Si consiguiéramos que el mismo porcentaje de gente quisiera ser emprendedor, en vez de funcionario, salvaríamos la economía en menos de 4 años. No debemos esperar estímulos de fuera, de hecho la nueva Reforma Laboral, criticable como todas, aporta ya algunas ventajas, pero el trabajo depende de cada uno. Por ello, no hay que mirar el calendario, pensando en lo que queda para el próximo puente, mejor pensar en cómo voy a aprovechar cada día para que me pille en actividad y no pueda disfrutarlo ahora, y así sacar adelante mi vida. No hemos nacido para la recesión, sino para la evolución. O sea crecer, de lo contrario no hubiéramos superado la edad media. Las mujeres estamos llamadas a dar vida y si es posible dotarla de sentido, por ello una vez más nos va tocar empujar el mundo, para que todos hagan lo mismo.
 
Mª Ángeles Tejada
Directora General de Randstad  Public Affaire y Presidenta de FIDEM

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