Mujeres al paro

Y  al final, ocurrió lo que ya nos temíamos y es que después de los avances  en empleo femenino de los últimos años, con la crisis han venido las rebajas, pero las del “paro femenino”, porqu&eacu…

Mujeres al paro

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Y  al final, ocurrió lo que ya nos temíamos y es que después de los avances  en empleo femenino de los últimos años, con la crisis han venido las rebajas, pero las del “paro femenino”, porqué sólo en septiembre de 48.102 parados, el 70% han sido mujeres.
 
Con tanto hablar de la conciliación, del éxito universitario, de las capacidades femeninas y todo eso, nos habíamos olvidado que en un país que presume de igualdad, que permite abortos juveniles respetando hasta el límite la libertad de la madre, la realidad es que dos de cada tres desempleados son mujeres y esto no parece que mejorará en breve.
 
Nos gustaría creer que va a terminar muy pronto, aunque me temo que durará lo mismo que dure la crisis para todos pero, mientras tanto, se me ocurren algunas recomendaciones, no sin antes advertir, que a menudo el mayor inconveniente para encontrar trabajo, nos lo ponemos nosotras, me explico.
 
Leía el otro día en un diario estatal algunas contestaciones de mujeres que buscaban trabajo y que me gustaría comentar:
 
“Hay empresas que preguntan si tienes pareja e hijos”. Pues claro, porque se contrata a una persona y la situación familiar forma parte de su vida, sin que presuponga nada en cuanto a su eficiencia y profesionalidad; si es tu caso, ¿por qué no aprovechar la pregunta para afirmar? “Pues sí, tengo una pareja feliz, un hijo y probablemente aumentemos la familia, porque quiero trabajar en una empresa sólida y tener un proyecto profesional que me permita mejorar la vida de mi familia, creo que soy buena en lo mío y si me dan el trabajo, lo demostraré”.
Otra: “En el Inem, me llaman para cursos que son una castaña”, se referirá a que no le interesan, pero si se sabe lo que se quiere debemos saber dónde buscar y estar dispuesta a cambiar de sector, formarse siempre es  positivo.
 
Y alguna más: “Las empresas  quieren “ferraris” a precios de “Pandas”. Y tú, ¿no vas a los outlet, mercadillos o de rebajas? Lo laboral, se llama mercado de trabajo, porque hay oferta y demanda, si tienes más cualificación porque te has preparado, te pagarán más,  si no lo demuestras, o no compartes tu conocimiento o te limitas a cumplir un horario te pagarán simplemente por la función laboral, pero si aportas “valor añadido” eso tiene un precio, pero hay que demostrarlo.
 
Creo que todas estamos de acuerdo en que aparte de las dificultades, existen factores que te permiten competir con los demás y salir adelante. Si eres buena en algo, eso se valora, si dominas inglés, si eres flexible, si te adaptas, si eres positiva, si trabajas en equipo… Todo eso tiene un valor, pero sobre todo se  paga la actitud, las ganas, el aprender constantemente y aportar buen rollo.
 
Las mujeres tenemos una virtud que nos permite superar al otro género y es nuestra capacidad de aguante, la paciencia y poder hacer muchas cosas a la vez, aprovechemos nuestro conocimiento crítico y pronto  hasta podremos cambiar las estadísticas del paro.
 
Mª Ángeles Tejada

Empleabilidad y flexeguridad

A menudo los paradigmas pierden su razón de ser con los tiempo y con la propia evolución de la vida; todos recordamos hablando de educación uno que decía algo así: “las letras con sangre entran”, y no se r…

Empleabilidad y flexeguridad

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

A menudo los paradigmas pierden su razón de ser con los tiempo y con la propia evolución de la vida; todos recordamos hablando de educación uno que decía algo así: “las letras con sangre entran”, y no se refería sólo al “esfuerzo” sino más bien algún cachete en el momento adecuado, que te ayudaba a centrarte en los estudios.
 
Claro que todo eso ha cambiado en los tiempos actuales, y no tanto porque la  violencia se haya erradicado, que más quisiéramos, sino porque en esta sociedad hipócrita dejamos que se manifieste de otra forma. Así despojamos de autoridad a los maestros, ya que los padres tampoco la tienen y, persiguiendo esta utopía de libertad, permitimos el maltrato psicológico, reventamos la naturaleza o también  se paga menos salarios a las mujeres, que no deja de ser otra forma, más sutil, de agredir sus derechos.
 
Pero yo quería referirme a otro paradigma, relacionado con la empresa y el trabajo, que es lo mío y, concretamente, a la realidad del “a mejor formación, mejor trabajo”. ¿Estamos de acuerdo? Siempre fue así y ahora mucho más, porque nuestra sociedad premia el conocimiento y/o los valores añadidos por encima de la simple presencia o el esfuerzo físico.
 
Me ha gustado especialmente el trabajo preparado por Elogos y la escuela de negocios IESE sobre la realidad de la formación española en 2009. Entre otras cosas interesantes, se dice que en un mundo marcado por la tecnología, la velocidad del cambio y la constante innovación se consideran “conceptos  claves” de un aspirante a trabajador, la empleabilidad, imprescindible para ser contratado  y la flexiseguridad, o sea la polivalencia y la capacidad de hacer varias tareas a la vez.
 
Confieso que me sonreía al recordar que en estas “competencias claves”, las mujeres llevamos  mucha ventaja desde nuestros ancestros, especialmente en la segunda, porque la multitarea forma parte de nuestra genética, nos multiplicamos con frecuencia atendiendo pareja, familia, trabajo, previsiones, administración doméstica e incluso relaciones sociales, integrándolo en nuestra vida de la forma más natural.
 
Pero detrás de esta esperanza como género, me  preocupa especialmente que desde el seno de la familia, la escuela y muy especialmente desde la sociedad, no hayamos sido capaces de inspirar estos valores a las generaciones que nos suceden, por ello, no es nuevo que las propias empresas no evalúen adecuadamente sus necesidades formativas, aunque tengan los medios.
 
Pero lo peor de todo sería el enorme “escepticismo” de los trabajadores aspirantes para invertir “su” tiempo en formarse  y el rechazo generalizado al  “reciclaje”. No pretendemos que haya cola en los cursos -aunque sean gratuitos-, pero por desgracia no existe  excesiva motivación para dejar de pertenecer a la categoría de “subvencionado”, “apalancado” o “mantenido”, obviando que con valores, esfuerzo y sobretodo actitud, desterraríamos la frase “es que no encuentro trabajo” y, a cambio, nos plantearíamos, “quizás, no busco adecuadamente, ni me preparo para que me contraten”.
 
Mª Ángeles Tejada

Directivas y Red 2.0

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Los días 10 y 11 de junio, se celebró en Barcelona el Congreso Internacional de Directivas y Profesionales She Leader 2.0, con el objetivo de impulsar la creación de redes de contactos, potenciar habilidades en estilos de liderazgo, comunicación estratégica, innovación tecnológica y sinergias que nos permitan sumar, construir y fomentar la competitividad empresarial en nuestro país.
 
También es clave que la mujer consiga tener visibilidad, en ocasiones somos nosotras mismas las que no ayudamos en obtener reconocimiento de nuestro trabajo, a veces somos invisibles, trabajamos, nos dedicamos a nuestras familias, y no obtenemos el reconocimiento o ni siquiera lo alentamos.
 
Debemos fomentar que la mujer pueda ocupar puestos estratégicos, y que puedan elegirnos por nuestras competencias profesionales, talante, personas necesarias para mejorar nuestros entorno, compartir, en definitiva, sumar.
 
De entrada, pienso que cualquier Congreso que agrupe a gente preocupada por cambiar y mejorar actitudes ya es bueno, simplemente por el factor de comunicación e interrelación. Por otra parte, la realidad del 2.0 significa sumar comunidades virtuales, en este ancho espacio que es Internet y, con ello, la difusión de opiniones, contactos y quizás negocios, al servicio de un colectivo que está demostrando cada día su espacio en el mundo, con o sin crisis.
 
Dicen los expertos del management, que está de moda dirigir con el hemisferio derecho, me refiero al cerebro, y teniendo en cuenta que la mayor parte de estos conocimientos y habilidades que son propios del sexo femenino se encuentran en este lóbulo, con referencia a las emociones, la conciliación, comunicación, empatía y especialmente la intuición.
Seguro que en los tiempos que corren y con tanta incerteza por delante, dirigir con intuición debe permitir detectar las oportunidades, interpretando aquellas pautas que son simples síntomas, prever y captar gracias a nuestra famosa intuición, situaciones que puedan devenirse en el futuro, ya sea para evitarlas, cambiarlas o aprender a “bailar” con ellas.
 
No es por casualidad que en los últimos 20 años se haya incrementado en este país la promoción de mujeres para puestos de responsabilidad dentro de las empresas, en ello habrá tenido que ver, por una parte, la firme incorporación laboral femenina y también la mejor preparación académica y especialmente la clara demostración de nuestra capacidad de compromiso y responsabilidad, cuando hemos tenido la oportunidad de probarlas.
 
La tecnología y la velocidad del cambio nos han llevado a un escenario, en el que la sociedad tal como diría nuestro último Premio Príncipe de Asturias, el sociólogo Zigmunt Bauman, se trata como una “red” y no como una estructura, ya que por encima de todo cuentan las conexiones y en esta red la responsabilidad pertenece a la persona, de los que se espera libertad de actuación, por tanto susceptibles a la influencia, por tanto la virtud, más importante, no es la conformidad, sino la trasgresión y la capacidad individual de ser flexibles y adaptarse.
 
Ciertamente, todas y todos aspiramos a ser tratados de forma personal y por tanto ser reconocidos por el valor que aportamos en todo lo que hacemos. Deseamos que se premie la actitud y el talento por encima de las posiciones de organigrama, por ello nos reconforta comprobar cómo muchas mujeres emprenden sus sueños y crean una empresa, contando simplemente con su coraje y la pasión, confiando en que con esto y su esfuerzo saldrán adelante. No sé cuanto tiempo vamos a tardar para que la educación básica de nuestros hijos y nietos los haga más emprendedores, más flexibles y más imaginativos, pero estoy convencida que éste es el camino, y el mundo del 2.0 el escenario para contarlo y compartirlo tod@s con tod@s.
 
Mª Ángeles Tejada

Despertar ante la crisis

He oído demasiadas veces que este inicio del siglo XXI, significa el despertar, de las mujeres en el mundo laboral. La verdad es que esta acepción no me parece nada afortunada, porque las mujeres no necesitamos despertar de nada, porque n…

Despertar ante la crisis

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

He oído demasiadas veces que este inicio del siglo XXI, significa el despertar, de las mujeres en el mundo laboral. La verdad es que esta acepción no me parece nada afortunada, porque las mujeres no necesitamos despertar de nada, porque nunca hemos dejado de estar en la sociedad, trabajando y ocupando un rol decisivo, aunque no siempre reconocido.
 
No es nada despreciable que según el estudio realizado sobre Impacto de la actividad empresarial femenina en la economía española, elaborado para la Organización de Mujeres Empresarias y gerencia Activa (Omega) y Banesto, “el 69% de las mueres empresarias aporta más del 50% de los ingresos de economía doméstica”, constituyendo las mujeres el 33% del empresariado español.
 
Según el documento “Economía Social en la Unión Europea”, la mujer representa una fuente importante de generación de empleo y de riqueza, empleando a más de 11 millones de personas; además, en el último decenio las mujeres con empleo aumentaron en 200 millones, hasta alcanzar los 1.200 millones de empleos.
 
Asimismo la presencia de directivas  en este segmento también sigue aumentando, pues del 43% de empleos femeninos, un 36% tiene puestos directivos. Según CEPES, el 45,89% del empleo creado en cooperativas corresponde a mujeres. Pero como diría Thomas Fuller, “lo bueno no es bueno, cuando se espera algo mejor” y por ello no debemos pararnos ahí.
 
Creo honestamente que las mujeres emprendedoras y directivas no podemos autolimitarnos y  si queremos superar la susodicha brecha salarial, que aún se sufre en determinados sectores de la economía, debemos fijarnos objetivos ligados a la competitividad y los resultados, en congruencia con lo que se valora en la economía de mercado, que es conocimiento y si apuramos un poco más, diría que es el conocimiento crítico, o sea, los valores diferenciales que te hacen mejor que la competencia.
 
Hay que asumir compromisos y puestos de decisión, ya que continúa siendo una incongruencia que la representación femenina en altos cargos, suponga sólo un 5%, cuando nuestro colectivo  corresponde a más de la mitad de alumnos en las Universidades y en las facultades de Economía y Empresa.
 
Estamos en un mercado altamente competitivo, que requiere flexibilidad, movilidad y adaptación constante. Por ello y siendo muy humano, racional y digno tener una vida plena en la que pueda conjugarse trabajo y familia, es necesario en cada caso definir qué es lo realmente importante y cómo queremos dar sentido a nuestras vidas. Hemos de entender que por mucho que queramos separarlas, somos una sola persona y la armonización de una perfecta vida social, familiar y laboral requiere gran organización, capacidad de sacrificio y especialmente el apoyo, la colaboración y la contribución efectiva de la pareja o las personas con las que convivimos y que pertenecen a este proyecto personal.
 
Por último, es importante destacar que precisamente en las épocas de crisis es cuando parece posible acudir al cambio que permita descubrir las oportunidades, las crisis sólo pueden superarse con ilusión, valores, actitud e innovación, y yo añadiría con mucho esfuerzo y una dosis de sacrificio, el necesario que corresponda a los objetivos individuales que nos propongamos cada una de nosotras en el ámbito de nuestra vida.
 
Mª Ángeles Tejada

Construyendo un futuro

Todas sabemos un poco de que va eso de las modas, normalmente van y vienen de la mano de las estaciones del año, ofreciendo sugerentes productos y servicios que a menudo se van repitiendo y sucediendo en intervalos de unos diez años. Este…

Construyendo un futuro

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Todas sabemos un poco de que va eso de las modas, normalmente van y vienen de la mano de las estaciones del año, ofreciendo sugerentes productos y servicios que a menudo se van repitiendo y sucediendo en intervalos de unos diez años. Este fenómeno más o menos lúdico se repite también en el mundo de los negocios y ocupa lugar destacado lo que conocemos como la autoayuda.
 
Ahora están de moda los libros sobre el sentido de la vida, mira por donde, gente como Stephen Covey, Alex Pattakos y mucho más en la línea del psiquiatra Viktor Frankl, nos recuerdan que la vida debe servir para algo y cómo buscarle el sentido a lo que hacemos. Claro está que las mujeres, ya hace siglos que le encontramos este sentido, especialmente nuestras abuelas, que no tenían tiempo a “deprimirse” porque la familia, los hijos y liberarse un poco de la esclavitud del entorno hasta conseguir algún derecho, ya les llevaba toda la vida.
 
Si ser empresaria era casi utópico hasta finales del siglo XX, tener éxito y sentirse reconocidas, era poco menos que milagroso; no obstante creo que  estas mujeres que fueron capaces de hacer florecer vidas con futuro, aplicaron casi siempre algunos principios, que merece la pena recordar, más que nada, para no perderlos de vista porque siguen vigentes.
 
Por si te atreves a iniciar algún camino como empresaria, y ojalá estuviera de moda serlo, lo primero que debes hacer es preparar un poco el terreno. Es importante tener apoyo familiar, eso que llaman conciliación y que significa simplemente liberarte de la presión y pensar un poco en ti y en tu ilusión emprendedora; el entorno puede ser facilitador o un obstáculo y si lo preparas todo es más fácil, la administración, las corporaciones femeninas, algunas consejerías del ramo y tú voluntad permiten un buen inicio. Después, traza un plan de empresa y ejecútalo, pero asegúrate de tener las personas adecuadas de tu parte y si no tienes los medios o los buscas o los inventas, pero sin perder de vista que el recurso más importante eres tú, tu confianza y todo lo que puedas aprender .
 
A partir de aquí, ya puedes empezar a hacer cosas. Mueve todos tus contactos, tu agenda y empieza a probar, pensando que si no te equivocas algunas veces es que lo has intentado poco, pon en marcha todas la iniciativas que consideres interesantes, el networking “fundamental”, tienes que dar a conocer al mundo lo que estás haciendo, y sobre todo mima a las personas  que confían en tu proyecto, colaboradores, clientes y proveedores, el buen rollo atrae y nos gusta comprar a quien nos trata bien, la buena comunicación es básica.
 
Cuando tu proyecto empieza a andar, protégelo y cuídalo, aprende de tus competidores, guárdate de las amenazas, descubre tu originalidad. Eso te hará diferente. Refuerza tu empresa, crea alianzas con los que piensan como tú, convierte a tus proveedores en partners, especialmente en el tema de recursos humanos; crea tu propio equipo, pero confía en el apoyo externo; consolida lo que vas consiguiendo y disfruta los resultados, procurando que también lo haga tu equipo; con eso y un poco de suerte, tu proyecto funcionará y con él tu propia vida.
 
 
Mª Ángeles Tejada
Presidenta de Fidem y Directora General de Randstad Especialidades

Con los pies en el suelo

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Yo también he ido a ver «Up in the air», me gusta el cine y procuro no perderme películas recomendadas. El tema y el  protagonista me justificaban la visita a la sala, ya que la historia es curiosa: George Clooney interpreta a un consultor de empresas que se dedica a despedir a empleados, es un buen comunicador, gestiona conflictos y da conferencias; es un soltero que vive en el aire y se ha obsesionado en alcanzar la marca de un millón de millas. Ésta es la historia, pero el fondo no puede ser más dramático.
 
Me sentí afortunada creyendo que aquí y por ahora aún no existen este tipo de empresas. Me gusta creer que nuestros empresarios son de otra «pasta», no hablo de empleadores a secas, de aquellos para los que las personas son sólo un medio para cumplir sus especulaciones económicas, me refiero a las emprendedoras y emprendedores que quieren construir proyectos con la gente y que pone su vida en el empeño. De esos tenemos much@s, especialmente entre las pymes y aseguro que ninguno de ellos disfruta despidiendo a nadie.
 
Lástima que la administración los olvide con frecuencia. Es una pena que las cuentas de explotación y los EBIPTA no ayuden a ver que detrás de una nómina, o una unidad de coste, hay vida, familias, dependencia y sueños por cumplir.
 
«Alguien tiene que hacerlo», dice el protagonista y añade «mejor hacerlo con cortesía y cierta humanidad». Posiblemente, pienso yo, pero lo mejor es evitarlo y para ello ya va siendo hora de que nos pongamos en la piel de las empresas, porque los subsidios deberían ser exclusivamente la medicina terminal, cuando ha fallado toda la prevención.
 
A la gente emprendedora nos gusta contratar gente, dar trabajo, trabajar en equipo, pero los empleos no se inventan, se crean en un mercado que debe ajustarse con flexibilidad para competir.
 
Los empresarios no quieren subvenciones, sino que existan las condiciones de infraestructuras, reformas especialmente en el tema laboral y una política financiera y bancaria que colabore con las pymes, para que éstas sean sostenibles y puedan contratar profesionales. De esta forma se combate el paro.
 
Y en la calle, necesitamos un clima de confianza para que la gente pueda consumir con cordura y los inversores puedan sumar con nosotros. Necesitamos esperanza, para que podamos comprometernos con las personas y que éstas aporten su conocimiento y así juntos construyamos proyectos de futuro. Y sobre todo necesitamos auténtico liderazgo, porque todas y todos queremos seguir a líderes que sepan dónde van, capaces de conseguir lo mejor de cada persona y que además de explicarlo también lo hagan, porque el ejemplo y la afinidad son las claves del líder que vive con los pies en el suelo.
 
Mª Ángeles Tejada

Periodismo
Constructivo