Contratación fácil

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

El título parece muy obvio, pero sirve para contraponer algunos titulares de estos días, como ‘Despido fácil’ que sacaba el sábado 11 de febrero un diario tan serio como La Vanguardia. Supongo que la razón de este titular sonado sería para llamar la atención e incentivar el consumo de prensa, que cada vez lo tiene más difícil, ya que las noticias “vuelan” más deprisa que las rotativas y la posterior distribución.
 
Sigo creyendo que lo mejor de los periódicos, igual que en las personas, ocurre en su interior y gracias a los profesionales con criterio, como algunos buenos redactores y articulistas, que tratan de descubrirnos a la gente de a pie, algunos entresijos, como por ejemplo, los de esta última reforma laboral, que nace de un embarazo con excesivos años de gestación.
 
Recuerdo que cuando, también con retraso histórico, se promulgó la ley 14/94, que regulaba las ETT´s, se justificaba ésta con dos palabras que sigue siendo vigentes después de 18 años: flexibilidad y competitividad. Si eso mismo se viene repitiendo hasta hoy, es porque el marco legislativo, se ha “cargado” de parches durante años, intentando hacer feliz a todos, sin contentar a nadie, como el que quiere lindar el desierto, olvidando que lo “natural” siempre acaba fluyendo.
 
Pero fíjense que paradoja, andar pisando huevos en lo legal, durante decenios, sólo ha servido para que el tsunami de una crisis global acabe con una tercera parte de las empresas del país, llegando a un récord histórico de desempleo, para vergüenza de políticos y resto de actores de esta comparsa socio-económica, que nos ha llevado hasta donde estamos.
Y ahora, simplemente aplicando un poco de sentido común, parece que podemos avanzar hacia algún lado coherente, teniendo en cuenta la mundialización económica en la que estamos. Generalizar el contrato de 33 días, facilitar el despido objetivo, la creación de un contrato -poco preciso- para jóvenes y otro para pymes, dar relevancia a los convenios de empresa, la capitalización de prestaciones, el fondo de formación… han sido en síntesis los puntos calientes de esta reforma, tan anunciada y probablemente combatida, como es lógico, por los sindicatos que deben justificar su razón de ser. Es posible que no limitar los contratos temporales parezca preveer una cascada de despidos, pero no hay que perder de vista que este “crédito laboral”, que creemos poseer por los años trabajados, sólo se mantiene haciendo muy bien el trabajo diario, aportando valor, con eficiencia y competitividad. Los derechos adquiridos sólo sirven cuando se traducen en experiencias e implicación.
 
El tiempo marcará las consecuencias de estas medidas del “sálvese quien pueda” pero por la parte que me toca, me interesan dos puntos especialmente, la mayor autonomía para las etetés, que como ya he manifestado, es un discurso lógico de hace 20 años, ya que el mercado de trabajo, como el de alimentos y todos los demás, no funcionan sin mediación profesional y no hay mejor agencia de colocación, que aquella que es profesional, modelo que en la Europa, que no se queja, funciona desde hace decenios.
 
Y el otro punto tiene que ver con aquellas medidas que ayuden a la creación de empresas, porque hay que favorecer el espíritu emprendedor por encima de todo. Aparte de las ayudas a la contratación y las subvenciones, que no lo son tanto, hay que intentar que una parte de estos jóvenes que salen de las universidades con sus masters, con su formación de lujo y bien petrechados, después de disfrutar la mayoría, de una juventud de ensueño, gracias al esfuerzo de sus padres, que empiecen a crear empresas, porque esto puede aprenderse y enseñarse. Se trata de encontrar una necesidad vendible, asumir riesgos y algunos problemas buscando las soluciones, pero mejor fracasar algunas veces que no haberlo intentado nunca. Mi paisano Ferrán Adríá dice que “el fracaso es el camino hacia el éxito” y acabó donde empecé, en los titulares de prensa. Ninguna empresaria ni empresario busca “el despido fácil” sino la contratación fácil. No nos gusta despedir, sino dar trabajo, crear riqueza, hacer proyectos sostenibles y mejorar un poco la sociedad, no se equivoquen.
 
Mª Ángeles Tejada
Presidenta de Fidem y directora de Randstad Professionals y HR Solutions

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