Ni adelante, ni atrás

Mª Ángeles TejadaMª Ángeles Tejada

Pues parece que sí, que por desgracia, los titulares de los periódicos anuncian lo que ya sabía la calle. Estamos en recesión, o sea andando para atrás como los cangrejos y la bajada de la bolsa. Conjuntamente con las amenazas de intervenciones en la autonomías, anuncian el fin del “café para todos” gratis, y volveremos a repartir el café con las enormes lecheras, teñidas con el “malta” de la postguerra; entonces los que quieran café del bueno tendrán que comprarse la nespreso, porque los lujos tendrá que pagárselos cada uno.
 
Era inevitable, porque mientras Alemania empezaba a recortar hace 8 años, racionalizando su economía a fin de estabilizar la integración de los alemanes del este, aquí seguíamos construyendo y gastando por doquier, llegando a una dependencia del 25 % del PIB en la construcción, sector que no aportaba más valor añadido que los escandalosos “pelotazos”, poco I+D, mucho inmovilismo, y una mala estrategia política, basada en el paternalismo y el gobierno a medio plazo. Todo eso, nos ha llevado hasta donde estamos ahora.
 
Pero, ¿es reversible esta situación? Naturalmente, y por mucho que duelan los “recortes”, es necesario recomponer lo que se hizo mal, al menos hasta devolver a los ciudadanos la dosis de realismo que se les robó durante estos años. Yo creo que la gente no nace para pedir, sino más bien para dar, no es una cuestión de generosidad, sino simplemente de que seamos responsables cada uno de lo suyo, y ésta es la primera gran cuestión a cambiar. Hay que dejarse de victimismos y quejas y ser “todas y todos” más responsables, empezando por los de arriba.
 
Hoy este país es más vulnerable que nunca, no tanto por los problemas de endeudamiento exterior, que los hay, ni por la ingente cantidad de parados, que es casi insostenible. El gran problema es la enorme conflictividad y crispación interna, creada a partir del echarse la culpa unos a otros, el recelo entre comunidades creado por los políticos, la desconfianza que sigue latente entre sindicatos y patronales, entre bancos y cajas y por qué no, entre hombres directivos y mujeres con vocación dirigente que siguen obligadas a “romper” indefinidamente el cerco elitista en muchas empresas -cada día menos- obstinadas en mantener sistemas de dirección basadas en la extrema competencia, la radicalidad y la eficacia del resultado, por encima de la implicación conjunta, la comunicación , el compromiso mutuo y la eficiencia del resultado.
No debería asustarnos dar algún paso atrás, pues incluso los atletas de élite lo hacen, para tomar impulso. Hay que volver a la racionalidad y la moderación para recuperar aquellos valores tan claves como el esfuerzo y el coraje para salir de la adversidad. Y de eso las mujeres sabemos mucho y las empresarias no digamos. Si consiguiéramos que el mismo porcentaje de gente quisiera ser emprendedor, en vez de funcionario, salvaríamos la economía en menos de 4 años. No debemos esperar estímulos de fuera, de hecho la nueva Reforma Laboral, criticable como todas, aporta ya algunas ventajas, pero el trabajo depende de cada uno. Por ello, no hay que mirar el calendario, pensando en lo que queda para el próximo puente, mejor pensar en cómo voy a aprovechar cada día para que me pille en actividad y no pueda disfrutarlo ahora, y así sacar adelante mi vida. No hemos nacido para la recesión, sino para la evolución. O sea crecer, de lo contrario no hubiéramos superado la edad media. Las mujeres estamos llamadas a dar vida y si es posible dotarla de sentido, por ello una vez más nos va tocar empujar el mundo, para que todos hagan lo mismo.
 
Mª Ángeles Tejada
Directora General de Randstad  Public Affaire y Presidenta de FIDEM

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