Liderazgo de mujeres, participación para el cambio

Michelle Bachelet fue presidenta de la República de Chile entre 2006 y 2010, posteriormente ha estado a cargo de ONU Mujeres, agencia de las Naciones Unidas para la igualdad de género, y recientemente ha confirmado su candidatura para volver a optar a la presidencia de Chile. Mujeres con este historial, pocas, hombres, casi todos. Michelle […]

Recordando a Dulce del Moral

Las mujeres pagan las proezas con su olvido, cosa que los hombres hacen con su gloria, así nos lo enseñan los libros de Historia, de Literatura, de Arte, desde los textos infantiles a los ensayos para “cultos”; poca gala hacen unos y otros a la proporcionalidad numérica que guarda ambos sexos en nuestro ecosistema. Y […]

Las asperezas que suscitan las empleadas de hogar

El pasado 28 de diciembre de 2012 el Gobierno de la nación ha aprobado un Decreto Ley que modifica aspectos importantes del proceso de integración de las personas empleadas de hogar en el Régimen General de la Seguridad Social. Y anda que iba a tardar el actual gobierno de la nación en poner freno a […]

Una violencia estructural llamada crisis

Ana Pérez LunaAna Pérez Luna

En el presente artículo desde la Secretaría de la Mujer de UGT Andalucía pretendemos hacer un análisis completo de la violencia contra las mujeres y de cómo la crisis está siendo utilizada por los sectores más conservadores (y poderosos) de nuestra sociedad para destrozar los avances que las feministas hemos conseguido a lo largo de estos años. Queremos denunciar, y sobre todo alertar, de los efectos devastadores que la gestión de esta crisis puede y tiene para nosotras, cada vez más lejos de ser ciudadanas de pleno derecho.
 
No queremos desvirtuar lo que el 25 de noviembre denuncia, y entendemos que la violencia machista es la más grave y la más importante pues, de todos los derechos que a las mujeres nos arrebatan en el día a día, el más sangrante es el derecho a la vida y a la integridad física. Pero no podemos olvidar que si aumentamos las discriminaciones hacía las mujeres y las brechas entre géneros, estaremos aumentando alarmantemente el riesgo de sufrir violencia a la mitad de nuestra población; y una forma de luchar contra esto es visibilizar, nombrar y analizar la red que el patriarcado teje a diario para oprimir, infravalorar, explotar y violentar a las mujeres de muchas formas.
 
La discriminación laboral de las mujeres en el mercado de trabajo es una de las bases de esta violencia estructural y social, como venimos denunciando desde UGT Andalucía desde hace mucho tiempo, hay unos efectos devastadores en las medidas que introduce la Reforma Laboral para el empleo de las mujeres. Y no olvidemos que sin independencia económica las mujeres no tendremos libertad para decidir. Además, la exclusión del mercado de trabajo determina nuestra posición en la propia familia: el tener opción o no para repartir los cuidados o asumirlos en exclusividad también viene determinado, no solamente por la educación diferenciada, si no por el hecho de tener un empleo o no, y si este es de calidad o mejor o peor retribuido que el de la persona con quién tengamos o podamos compartir, según las familias.
 
Además, el hecho de no tener independencia económica nos sitúa en una posición mucho más vulnerable y nos dificulta aún más la posibilidad de salir de  relaciones violentas. Está demostrado que en época de crisis hay menos separaciones y divorcios, ante la imposibilidad de la pareja de poder subsistir económicamente por separado. Si a esto le sumamos el aumento de las tasas judiciales la consecuencia para las familias dónde hay violencia torna el problema en aún más desolador, y pone otro obstáculo más a las mujeres en el, ya de por sí, difícil camino hacia la salida de estas relaciones.
 
Además los recortes en educación, sanidad, dependencia tienen consecuencias nefastas tanto en el empleo de las mujeres, siendo sectores feminizados, como en la disponibilidad que tenemos para trabajar.
 
El mantenimiento de una “institución del patriarcado” que es pura violencia contra las mujeres como es la prostitución, los retrocesos como el de que se permita y subvencione colegios que segreguen por sexo. La vuelta atrás aún más restrictiva en la normativa sobre el aborto: reivindicación histórica del feminismo, porque la capacidad de decidir de las mujeres sobre la reproducción no solamente va ligado con discursos religiosos relacionados sobre el origen de la vida humana, sino también con la igualdad y autonomía de las mujeres en la sociedad.
 
En definitiva, estamos viviendo un momento de extremo peligro para la igualdad entre mujeres y hombres. Esto no se puede permitir ni por las que fueron, ni por las que estamos, ni mucho menos por las que vendrán. Así que la Secretaría de la Mujer de UGT Andalucía hace un llamamiento a la lucha contra todas las formas de violencia contra las mujeres y contra todas las medidas que supongan un retroceso de los derechos a la igualdad. Porque la exclusión y la violencia van unidas, las mujeres debemos luchar hoy más que nunca por nuestra igualdad, y defender el papel que nos corresponde: el de ciudadanas de pleno derecho.
 
Ana Pérez Luna
Secretaria de la Mujer de UGT Andalucía
@AnaPerezLuna

Cómo fomentar la igualdad o la desigualdad de las mujeres

Ana Pérez LunaAna Pérez Luna

Siempre ha sido un debate jurídico interesante el de si las normas tienen capacidad de transformar la sociedad a la que afectan o si son las mentalidades imperantes de las sociedades las que determinan las normas aplicables a las mismas. Si relacionamos este debate con el de cómo se impulsa o se frena la igualdad entre mujeres y hombres en una sociedad a través de la creación de normas o reformas de las existentes abrimos el análisis que queremos abordar en este artículo. Éste no es otro que lo frágiles que pueden ser los avances en el derecho a la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres y las trampas de las regulaciones aparentemente neutras pero con un impacto de género devastador.
 
Desde la Secretaría de la Mujer de UGT Andalucía, como agentes sociales que somos, hemos asesorado, apoyado o criticado toda la normativa relacionada con la igualdad de mujeres y hombres que se ha aprobado en estos años atrás. En la época anterior se crearon, entre otras muchas, algunas normas básicas que nos han servido y aún sirven de referencia para la lucha por la igualdad entre géneros en Andalucía: La Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo,  para la igualdad efectiva de mujeres y hombres. La Ley 12/2007, de 26 de noviembre, para la promoción de la igualdad de género en Andalucía. La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. La Ley 13/2007, de 26 de noviembre, de medidas de prevención y protección integral contra la violencia de género de Andalucía. Y la Ley Orgánica 2/2010 de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
 
Estas normas, con todas sus virtudes y defectos, pretenden impulsar un cambio de modelo social basado en unas relaciones igualitarias entre mujeres y hombres, libres de violencia. Se impulsaron nuevos derechos relacionados con la igualdad y la conciliación, y en lo que afecta al marco laboral, cuestión que nos incumbe especialmente como sindicato que somos, se impulsaron las medidas de igualdad en la negociación colectiva y los Planes de Igualdad. Para que una normativa cale, más aún de esta índole, necesita de un tiempo para transformar mentalidades, pero se nos cruzó la crisis y el cambio de gobierno y ¿ahora qué?
 
Tenemos  una Reforma Laboral que acentúa las discriminaciones laborales por razón de sexo, unos presupuestos generales del estado que reducen en igualdad y violencia de género, un recorte enorme en los servicios sociales de educación y  sanidad, un desmantelamiento de la atención a la dependencia y del reconocimiento de las cuidadoras, reducción de plazas en guarderías, cobertura pública a colegios que segregan por sexos y una propuesta de regular el derecho al aborto de una forma aún más restrictiva que en la ley del 85. 
 
Todas estas reformas presentes o futuras tienen un impacto enormemente negativo en el desarrollo de la vida y trabajo de las mujeres en nuestra sociedad, que no lleva más que a un camino de vuelta al trabajo reproductivo y de cuidado del ámbito privado, invisible, no reconocido ni remunerado a muchas mujeres, que incrementará las desigualdades entre los géneros y que fundamentará una sociedad injusta e intolerante. Desde La Secretaría de la Mujer de UGT Andalucía nos negamos a recorrer el camino de vuelta: NO a las reformas estructurales, NO a los recortes, NO a la desigualdad. NO a un gobierno que nos relega a un tercer o cuarto plano.
 
Ana Pérez Luna
Secretaria de la Mujer de UGT Andalucía

Prostitución, crisis e imagen pública

Ana Pérez LunaAna Pérez Luna

La Secretaría de la Mujer de UGT Andalucía quiere volver a plantear el grave problema de la prostitución como violencia contra las mujeres y cuestionar el tratamiento que en los medios y en la sociedad se sigue haciendo de este terrible problema que nadie parece querer o poder solucionar.
 
Diversos medios hablan del aumento de la prostitución debido al incremento de la pobreza por la actual de situación de crisis que lleva a la pobreza a muchas mujeres en nuestro país. Aunque los titulares dan a entender que mujeres que ante problemas desesperados toman soluciones desesperadas, en realidad de lo que se habla es de varias cuestiones que han sacado a la luz tanto la ONG Médicos del Mundo como fuentes policiales:
 
Hay un aumento del porcentaje de españolas entre las mujeres prostituidas, actualmente un 10%, aunque no hay españolas víctimas de redes de explotación sexual o de trata de blancas, al menos oficialmente. Supuestamente las mujeres de otros países están en una situación de desventaja que las nacionales para ejercer sus derechos y para insertarse socialmente, lo que las pone en una situación de especial vulnerabilidad. El aumento de las españolas que ejercen la prostitución tiene una relación directa con el aumento de la pobreza y de la exclusión social de estas mujeres.
 
Por otro lado, existe una vuelta a la prostitución de mujeres que habían conseguido empleos que han perdido por la coyuntura laboral actual. Es decir, mujeres que habían salido de este mundo tan sórdido y peligroso gracias a su esfuerzo y al de personas e instituciones que trabajan para ello se han visto de nuevos excluidas socialmente y relegadas a ejercer la prostitución como opción de subsistencia, para que luego hablen de la voluntariedad o de que es puta quien quiere.
 
Además se denuncia por parte de estas mujeres un empeoramiento de la prestación de los servicios sexuales  pues han tenido que bajar los precios e incluso se han visto obligadas a mantener relaciones sexuales sin protección. Las rebajas toman la peor de sus caras poniendo el riesgo la integridad física de estas mujeres, sometidas a vejaciones por menos dinero y con el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual que pueden llevarlas a la muerte.
 
Y con este panorama seguimos tratando el problema de la prostitución como una cuestión estética de las ciudades, de mala imagen y de salud pública de las zonas o barrios donde estas mujeres están, Barcelona, Sevilla y otras ciudades han tomado medidas, en algunas ocasiones más acertadas que otras. Las multas contra las prostitutas nos parecen una aberración política: hacemos pagar a la víctima en vez de al maltratador. Todo lo relacionado con mujeres, pierde importancia por ser una cuestión femenina, de segundo orden, nadie habla de los dramas personales y familiares de estas mujeres en venta, vulnerables, pobres y excluidas en la mayoría de los casos, que mientras no las veamos no molestan, y toleramos que nuestros hombres consuman explotando a seres humanos y siendo cómplices directos de estas tragedias humanas.
 
Por todo esto UGT Andalucía defiende una mayor seriedad y voluntad política para erradicar este problema, que no debe tener otro objetivo que la abolición de la prostitución como una forma de esclavitud y violencia contra las mujeres en nuestra sociedad.
 
Ana Pérez Luna
Secretaria de la Mujer de UGT-A

La flexibilidad empresarial desconcilia la vida

Ana Pérez LunaAna Pérez Luna

Orquestar dónde acaban mis derechos y empiezan los tuyos no sería una tarea tan difícil si no fuera porque cada vez interesan menos tanto los unos como los otros. Organizar los tiempos de trabajo en las empresas acorde con una vida digna en lo personal y familiar de las personas trabajadoras debería ser una ocupación principal de los recursos humanos de las empresas y su gestión.
 
La Reforma Laboral impuesta por el gobierno de la nación refuerza el contrato a tiempo parcial como modelo para la conciliación de la vida de las mujeres, principales adjudicatarias de esta modalidad contractual, lo cual conlleva la percepción de menores cotizaciones y prestaciones, menores salarios, y pocas posibilidades de promoción, etc.  Ahora si, se añade una trampa más que es la obligación de realizar horas extras no cotizables para el desempleo, requiriéndose del personal una disponibilidad total que impide cualquier planificación personal del resto de horas no contratadas.
 
Asimismo la modificación sustancial de las condiciones de trabajo por razones técnicas y económicas ataca directamente a la jornada de trabajo, pudiendo ser objeto de modificación en un 10%, y afectando también al horario, a la distribución del tiempo de trabajo, a los turnos, a la remuneración y a las funciones.
 
Otro recorte en materia de conciliación viene dado por las modificaciones en relación a la reducción de jornada, que ya no podrá hacerse ni en cómputo anual, ni mensual, ni semanal, ésta última la más demandada. Tan sólo podrá ejercerse a modo de reducción de la jornada diaria, sin solventarse así, en la mayoría de los casos, el objeto problemático que hubiera llevado a la trabajadora o al trabajador a querer hacer uso de la misma. Y pongo por caso la no prestación por ley de la posibilidad de reducir la jornada semanal de lunes a viernes, para hacerme cargo de mi hijo el sábado. La jornada debe reducirse diariamente, debiendo acudir al trabajo el sábado y percibiendo menor salario, y sin quedar resuelto el problema de conciliación. Cualquier mejora ha de ser objeto de negociación con la empresa.
 
Este claro empeoramiento del panorama laboral ha venido a escena cuando estábamos aún sin resolver cómo hacer factible los derechos de conciliación de unas personas sin restar estos mismos derechos en las otras. Y me sirve de ejemplo el sector que concierne al turismo, al comercio y a la hostelería, con mayoría de turnos rotatorios. Los derechos de conciliación deben ejercerse forzosamente resolviendo cuestiones de prioridad, a través de una baremación adecuada a la situación concreta de la empresa en relación a las demandas de conciliación, situación que debe ser revisable en todo momento. La liberalización de los horarios comerciales que pone en marcha el gobierno acentuará aún más los problemas de conciliación de la vida laboral, familiar y personal.
 
La doble jornada laboral que asumen tantísimas mujeres constituye un lastre para su desarrollo profesional. Los usos del tiempo diferenciados por sexo, la ausencia de un compromiso social por parte del empresariado, y la falta de una red adecuada de servicios públicos que garanticen la compatibilización de la esfera pública y privada, prevalecen como grandes obstáculos para hacer efectiva la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en el mercado de trabajo.
 
El gobierno y las organizaciones empresariales que mandan no debieran olvidar que los derechos conseguidos por la clase trabajadora son fruto de una larga e intensa lucha sindical y no milagros de la buena economía, y sobre todo que esta clase trabajadora está mejor formada que nunca.
 
Ana Pérez Luna
Secretaria de la Mujer de UGT-Andalucía

Las jóvenes y la igualdad: ¿una relación peligrosa?

Ana Pérez LunaAna Pérez Luna

Cuando hablamos de mujeres jóvenes nos imaginamos una generación de chicas muy preparadas, con pleno acceso a la educación y al empleo,  muy alejadas de los referentes de generaciones anteriores y muy a salvo de ser discriminadas por el hecho de ser mujeres. Claro que esa idea preconcebida responde a una estrategia de marketing del patriarcado para que pensemos eso, que las jóvenes hemos superado determinados roles sexistas y que ni nuestros compañeros ni la sociedad en la que vivimos son machistas, por eso nos genera tanto rechazo el feminismo. Nos han vendido, y muy bien, que las feministas son unas locas todas, lesbianas y feas, que odian al sexo opuesto y que están absolutamente desfasadas en los tiempos que corren.
 
Permítanme que me indigne, y que desmonte mitos, que ya es hora, pues creer eso nos convierte en ilusas y lo que es peor, creemos que somos iguales y rechazamos los mecanismos de igualdad existentes, y ¡zas! caemos en la trampa: ¿cuándo nos vamos a enterar de que los cambios no son para que todo siga igual?
 
Los nuevos discursos de las personas que hablan de las “feminazis”, la teoría radical del co-lecho, el síndrome de alienación parental (SAP), la negación de las cuotas y las leyes y medidas de igualdad, etc. no es más que una estrategia neomachista para mantener a las mujeres en la sociedad como ciudadanas de segunda con respecto a los hombres, que al final, son los buenos, y, que casualidad, los que mandan.
 
No puedo entender estos espejismos de igualdad cuando veo en las noticias mujeres jóvenes asesinadas por sus parejas, también jóvenes; cuando tantas de nosotras no podemos entrar a trabajar en empresas masculinizadas, y tenemos las peores condiciones en empresas feminizadas; cuando por un lado se nos presiona para ser madres y por otro, las que queremos serlo tenemos que posponer, o directamente renunciar, a la maternidad para continuar con nuestras carreras profesionales; cuando se nos siguen imponiendo los roles de cuidados; cuando somos víctimas una y otra vez de violencia económica en las empresas imponiéndonos como condición para tener un empleo la precariedad, con peores salarios que nuestros compañeros; cuando sufrimos también violencia con los acosos sexuales y acosos morales que se basan en el hecho de que seamos mujeres y ejerzamos nuestro derecho a la conciliación. Yo también estoy hablando de mujeres jóvenes.
 
Y ahora llegan las reformas y los recortes: las mujeres no podremos abortar libremente, podremos no tener acceso a la píldora del día después, y las legislaciones de igualdad se están incumpliendo sistemáticamente.
 
Además, tenemos una Reforma Laboral que penaliza a quién asume las responsabilidades familiares y de cuidado, nosotras, con una mayor disponibilidad para las empresas en todos los aspectos, con contratos formativos más largos y precarios, con menores medidas de conciliación, con medidas que fomentan que la conciliación pasa, bien por abandonar tu puesto de trabajo, bien por trabajar y emplearte en casa, con un despido libre y gratuito en muchos casos, o muy barato en otras, con contratos a tiempos parciales con disponibilidad completa, Todas estas disposiciones parecen estar orientadas a que las mujeres abandonemos el mercado laboral ahora que hay mucho menos empleo.
 
Yo les pregunto a las chicas de mi generación y más jóvenes: ¿de verdad pensáis que tenemos los mismos derechos que los hombres? La principal causa de discriminación contra las mujeres es negar la existencia de tal discriminación, piénsalo bien, si la respuesta es afirmativa, te están engañando.
 
Ana Pérez Luna
Secretaria de la Mujer de UGT-Andalucía

Europa tiene nombre de mujer

Ana Pérez LunaAna Pérez Luna

El pasado 9 de mayo fue el Día de Europa. Pero no corren tiempos de celebración en el viejo continente, territorio referente de conquistas sociales y espacio garante de libertades y derechos que fue.
 
Europa tiene nombre de mujer, pero lejos queda la bella y dulce muchacha fenicia que recogía flores cuando un Zeus, conquistador y embrutecido a la vez, se enamoró de ella y acabó raptándola convertido en toro bravo. Lejos queda como digo, el mito griego que dio nombre a Europa. Y no es que sea yo precisamente muy partidaria de hablar de este rol de mujer conquistada y delicada, pero es que hay un abismo entre la hija de Agènor y Telefasa y la nueva fémina protagonista en Europa. Han cambiado las cosas y una Merkel invasora, en forma de animal político, condiciona, secuestra y somete a sus vecinos a su antojo y capricho. Menudo contrasentido que el país que dio nombre al continente, Grecia, cuna de la cultura clásica, de históricos pensadores, políticos y filósofos sea hoy el país más represaliado y castigado de la Unión Europea.
 
Tremendo contrasentido, que una Europa con un abanico de leyes propiciatorias del principio de igualdad entre mujeres y hombres, presencie ahora cómo sus políticas de progreso, de justicia y de equidad se estén esfumando en aras de un mercado económico y político cada vez más retrógrado, otra vez sexista sin paliativos, un mercado a disputarse salvajemente por los que siempre mandaron, y quieren seguir haciéndolo, y que en tiempos mejores, todavía tan recientes, nos vendieron a las mujeres participaciones con fecha de caducidad.
Si no fuera porque mi condición feminista me hace evitar ciertos planteamientos, casi me atrevería a pensar que Hera, la famosa esposa de Zeus, se ha reencarnado en forma de Merkel para vengar las infidelidades de su marido.
 
Europa se ha masculinizado, priorizando unos valores que nada tienen que ver con las necesidades de su población en general y de las mujeres que  la habitamos en particular. Los «ritmos monetarios», el FMI, los mercados, la prima de riesgo, y todo eso que tan oscuro suena ha terminado empobreciendo unas tierras, que competían a nivel mundial en color, paisajes, cultura, armonía y alegría. Y sobre todo era líder en derechos sociales y bienestar para sus ciudades y para sus personas sin tener en cuenta de dónde venían ni cuánto traían en el bolsillo.
 
Europa, maltratada y secuestrada se ha vuelto de un gris tan metálico como sus nuevos valores.
 
Expectantes permanecemos, casi con la respiración entrecortada y con la mirada puesta en el país vecino. La esperanza: que Hollande haya venido a correr las cortinas y dejar pasar de nuevo la luz.
 
Ana Pérez Luna
Secretaria de la Mujer de UGT-A

1º de Mayo

Ana Pérez LunaAna Pérez Luna

El 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, se caracteriza -este año- por la profundización de la crisis global. Tras casi cinco años del inicio de la crisis financiera, el fracaso de las políticas neoliberales aplicadas es un hecho incuestionable y con efectos dramáticos al haber aumentado la destrucción de empleo, la pobreza y las desigualdades.
 
A medida que se incrementan éstas, las personas que padecen en mayor medida sus efectos ven acentuada su situación, llegando a soportar episodios verdaderamente dramáticos; es el caso de la mujer.
 
El día del trabajo es un día de reivindicación para todas las personas, independientemente de su sexo, edad, lugar de origen, orientación sexual, etc. Sin embargo la relación mujer y trabajo, sigue teniendo unas connotaciones muy concretas que ponen de manifiesto un alto grado de discriminación en muchos aspectos. La gravedad de esta discriminación reside, si nos paramos a pensarlo, en que la mujer representa algo más de la mitad de la población.
 
En conclusión, estaríamos hablando de que la mayoría de población, cuando tiene la suerte de acceder a un empleo, lo hace en términos de precariedad y desigualdad. Y es que, la violencia hacia las mujeres en forma de acoso sexual, el acoso por razón de sexo, la brecha salarial, las dificultades para conciliar una vida personal con el horario laboral, la infrarrepresentación de las mujeres en las direcciones de las empresas e instituciones y un largo etcétera son discriminaciones que siguen estando a la orden del día en un mermado mundo laboral.
 
Los recortes en derechos laborales, sociales y libertades a los que estamos asistiendo suponen un enorme retroceso para una sociedad que se ha construido a base de esfuerzos a lo largo de la historia. Un pueblo que ha priorizado lo colectivo frente a lo individual, lo público frente a lo privado y que asiste impotente a un atentado, a un saqueo sin contemplaciones.
 
Especialmente preocupante es que se ponga en riesgo el acceso igualitario a los pilares fundamentales que representan la sanidad, la dependencia y la educación. Insisto, especialmente preocupante para nosotras las mujeres, pues han sido tareas que hemos desempeñado durante mucho tiempo en el espacio privado, en casa y en la familia. Y ha sido precisamente la conversión de este trabajo en empleo, en trabajo retribuido, lo que nos ha permitido salir aquí fuera, al mundo, al mercado laboral, a una sociedad con derechos, a cotizar, a aportar a la saca común y a tener después acceso a una protección por desempleo, por enfermedad, por llegar a la recta final de la vida y haber guardado en esa hucha conocida como «la jubilación».
 
La aplicación de unas políticas progresistas nos ha hecho avanzar en la Historia. Y esas políticas son públicas, universales y democráticas. Que la sanidad, que la educación y que la dependencia sean servicios públicos, asumidos por las instituciones y los gobiernos tiene relación directa y estrecha con la incorporación de la mujer a este espacio, además de garantizar al conjunto de la ciudadanía el acceso a un derecho independientemente de su nivel económico. Las mujeres, parte del movimiento sindical internacional y europeo, también reivindicamos el fin de todos los conflictos bélicos originados por los intereses económicos y políticos o por los fanatismos de todo tipo y exigimos que terminen, de una vez por todas, las violaciones de los derechos laborales, sindicales y civiles en todo el planeta.
 
Ana Pérez Luna
Secretaria de la Mujer de UGT Andalucía

Periodismo
Constructivo