Un viaje de película
A simple vista, ¿qué pueden tener en común cine y turismo? ¿Ser una vía de escape de la rutina? ¿Una invitación a relajarnos y disfrutar de nuevas sensaciones? Si profundizamos más allá de esta primera impresión, podremos comprobar que entre estos dos mundos existe, en ocasiones, una relación mucho más estrecha de la que ambos pueden beneficiarse.
En determinadas ocasiones, son las propias empresas turísticas e instituciones públicas las que entablan negociaciones con las productoras; en este sentido, juegan un papel destacado las denominadas «Film Comissions» entre cuyos objetivos se encuentra promocionar territorios como escenarios idóneos para el rodaje de películas.
Pero hay otras veces que son verdaderos exitazos de taquilla los que generan un auge del turismo. Tal ha sido y sigue siendo en la actualidad la influencia del llamado Séptimo Arte en el mundo turístico que en la década pasada llevó a Riley y Van Doren a acuñar el concepto de «Movie Induced Tourism»; término utilizado posteriormente como instrumento para valorar el incremento de visitas a lugares que han sido escenario de importantes y comerciales producciones cinematográficas. Así, diversos estudios demuestran como el número de turistas se ha visto incrementado tras el estreno de exitosas películas: recordemos la Nueva Zelanda de la trilogía de El Señor de los Anillos, la Escocia de Braveheart o la Gran Bretaña de Harry Potter.
De este modo, no resulta difícil comprobar cómo una visita al cine nos puede hacer soñar con nuestro próximo destino de vacaciones.
Vanessa Calvo