El genoma humano y el directivo

Ana Mª Herrero

Cuando hace años se supo sobre las investigaciones del genoma humano comenzó una cruzada de cifras relativas al número de genes que lo conformarían. Algunos daban una cifra en torno a los 300.000 genes como mínimo, otros hablaban de millones. El hecho cierto es que ahora ya sabemos cuántos tenemos, (unos 30.000), casi el doble de los que tiene una mosca, que son 13.900 y casi un 50% más de los que tiene un gusano que son 19.000. Este ha sido uno de los grandes avances de la investigación para la humanidad, que permitirá curar enfermedades que hasta ahora eran difíciles de curar.
 
Se podrá hacer una medicina preventiva con más garantías y se podrán tratar las epidemias de forma más precisa, aunque probablemente surgirán nuevas enfermedades y algunas no bastará el conocimiento del genoma para curarlas. Las investigaciones sobre el genoma humano dieron un duro golpe a las teorías genéticas ya que facilitaron el conocimiento y explicaron que las diferencias personales provienen básicamente de la interacción con el medio ambiente, con la forma en que nos interrelacionamos con las personas que están a nuestro alrededor. ¡Qué mejor reconocimiento a las teorías conductistas de la Psicología Clínica! Ahora ya podemos hablar de la importancia de la Psicología Humanista con cuyos postulados me siento identificada, citemos algunos de ellos:
-El Hombre forma su personalidad en edades tempranas de su vida.
-El Hombre toma decisiones vitales durante este período.
-El Hombre puede cambiar cualquier decisión negativa que haya tomado.
-El Hombre siempre puede influir sobre su futuro.
-El Hombre tiene libertad de elección y puede elegir siempre.
 
Con todo ello podemos decidir hacia dónde queremos dirigirnos, ya que la genética no nos dice porque un directivo es brillante y el otro es un patata, y lo más importante es que «la vida de las personas no está escrita en sus genes». Como reflexión a todo lo anterior nos hacemos la típica pregunta: ¿El directivo nace o se hace? Y queda ya contestada: los directivos pueden redecidir el guión de vida que han escrito durante sus intercambios con las personas en su niñez, lo pueden volver a escribir como ellos quieran. Es importante destacar que en el mundo de hoy el ser humano cada vez tiene más responsabilidad a todos los niveles. En consecuencia ya no se puede echar la culpa de que soy así y no puedo cambiar. Esto no es así, sino que todo el mundo puede cambiar y el directivo hará bien en tomar la responsabilidad de su propio desarrollo para forjarse una personalidad eficiente y adaptada positivamente a los cambios. De hecho es el directivo quien tiene que liderar los cambios organizacionales, con genoma o sin genoma.
 
Ana Mª Herrero
Directora de Montaner & Asociados

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