Un brindis
Me lo van a permitir, por ser la primera vez. Utilizar las palabras de otro es un recurso muy manido en nuestra profesión, y caer en la tentación, muy fácil, pero la frase que Charles Darwin escribió hacia 1838 explica mi leif motiv: «No es el más fuerte de la especie el que sobrevive, ni tampoco el más inteligente; es el que mejor sabe adaptarse a los cambios»… Y para cambio el que he vivido, junto con mi familia, recientemente. Cambio de ciudad, de acento. Cambio de trabajo, de vida, de hogar y hasta de clima. Cambios todos ellos que me sirven de acicate, de mejoría, en lo personal y en lo profesional. Todo cambio lleva consigo una inseguridad, una incertidumbre, pero también, un reto, una ilusión. Los cambios nos hacen mejores, ganamos en confianza, en amigos, en sabiduría. Crecemos y aprendemos. Aprendemos a valorar lo que dejamos en nuestro lugar de procedencia, los buenos amigos, los buenos recuerdos y lo vivido, pero también nos ayuda a apreciar lo nuevo, nuevas vivencias, nuevos amigos.
En este mi cambio, yo juego con ventaja. Manuel Bellido y su equipo me lo han puesto fácil. Cuando, Manuel, me hizo la propuesta, por mi cabeza pasaron muchísimas ideas. Os podéis imaginar. Conocía la revista desde hacía tiempo, y había visto como se iba transformando, modernizándose, en función de la demanda del lector, nuestro fiel lector. Sabía que era un «buen producto» y que podía aportar mi granito de arena para que su devenir fuera el que él se fijó hace más de una decena de números. Empaqueté mis cosas, las de mi hija, mis dos perros y mis más de 200 cajas de libros, una de mis pasiones, confesables, y me vine en un día que jarreaba en Sevilla. Pero, la ciudad, me ha enamorado. Su gente, amable, risueña y trabajadora, ha echado por tierra el mito de que aquí no se trabaja. Se trabaja, y tanto.
En este, mi primer mes, he aprendido mucho. He escuchado mucho. Mujeres, trabajadoras todas ellas que buscan sacar sus empresas con sudor y, porqué no decirlo, muchas veces hasta con lágrimas. Mujeres y hombres que no lo han tenido fácil, pero que arriman el hombro para lograr adaptarse a un momento de crisis económica. Uno de los peores vividos en España, en el Mundo en general. Momento en el que todos debemos poner nuestro esfuerzo para lograr salir adelante y, que cuando miremos hacia atrás, podamos decir con seguridad, yo he sobrevivido porque he sabido adaptarme a los cambios y con ello he mejorado. Y ahora, contáis con mis manos, mis hombros y mis piernas, pero sobretodo, contáis con mi ilusión, mi ánimo.
Me permito el lujo de ofrecer esta revista a aquellas mujeres, y también a aquellos hombres, que alguna vez han sido tachados de «locos» por tener una idea, por ser emprendedores. Porque emprender significa acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad; pero estos «locos», son los que hacen que las sociedades cambien, avancen y mejoren. Invito a «venir» a esta publicación, a las asociaciones empresariales femeninas, que con sus iniciativas han ayudado a otras mujeres a mejorar sus condiciones como mujeres trabajadoras, a las empresarias y a las mujeres del ámbito rural, que tanto unas como otras saben lo que es recibir un no por ser mujer y se han sobrepuesto y han logrado sacar adelante sus proyectos. A todas las mujeres, en general, que sientan pasión por lo que hacen. Hago un guiño a aquellos hombres, que cada vez en mayor número, aunque falta mucho todavía, pero hacen de la conciliación un problema/solución común.
Brindo por todas ellas y todos ellos. Brindo por la osadía y por la valentía. Brindo por Sevilla en Semana Santa y en Feria. Por la alegría de los andaluces y la sensatez de sus plegarias. Brindo por el equipo de Mujeremprendedora y doy un fuerte abrazo a Gloria Bellido, que con sus palabras, mes a mes, me han convencido.
Estoy donde quería estar.
Mónica Urgoiti
monicaurgoiti@mujeremprendedora.net