Con los pies en el suelo

Yo también he ido a ver «Up in the air», me gusta el cine y procuro no perderme películas recomendadas. El tema y el  protagonista me justificaban la visita a la sala, ya que la historia es curiosa: George Clooney interpreta a un consultor de empresas que se dedica a despedir a empleados, es un buen comunicador, gestiona conflictos y da conferencias; es un soltero que vive en el aire y se ha obsesionado en alcanzar la marca de un millón de millas. Ésta es la historia, pero el fondo no puede ser más dramático.
 
Me sentí afortunada creyendo que aquí y por ahora aún no existen este tipo de empresas. Me gusta creer que nuestros empresarios son de otra «pasta», no hablo de empleadores a secas, de aquellos para los que las personas son sólo un medio para cumplir sus especulaciones económicas, me refiero a las emprendedoras y emprendedores que quieren construir proyectos con la gente y que pone su vida en el empeño. De esos tenemos much@s, especialmente entre las pymes y aseguro que ninguno de ellos disfruta despidiendo a nadie.
 
Lástima que la administración los olvide con frecuencia. Es una pena que las cuentas de explotación y los EBIPTA no ayuden a ver que detrás de una nómina, o una unidad de coste, hay vida, familias, dependencia y sueños por cumplir.
 
«Alguien tiene que hacerlo», dice el protagonista y añade «mejor hacerlo con cortesía y cierta humanidad». Posiblemente, pienso yo, pero lo mejor es evitarlo y para ello ya va siendo hora de que nos pongamos en la piel de las empresas, porque los subsidios deberían ser exclusivamente la medicina terminal, cuando ha fallado toda la prevención.
 
A la gente emprendedora nos gusta contratar gente, dar trabajo, trabajar en equipo, pero los empleos no se inventan, se crean en un mercado que debe ajustarse con flexibilidad para competir.
 
Los empresarios no quieren subvenciones, sino que existan las condiciones de infraestructuras, reformas especialmente en el tema laboral y una política financiera y bancaria que colabore con las pymes, para que éstas sean sostenibles y puedan contratar profesionales. De esta forma se combate el paro.
 
Y en la calle, necesitamos un clima de confianza para que la gente pueda consumir con cordura y los inversores puedan sumar con nosotros. Necesitamos esperanza, para que podamos comprometernos con las personas y que éstas aporten su conocimiento y así juntos construyamos proyectos de futuro. Y sobre todo necesitamos auténtico liderazgo, porque todas y todos queremos seguir a líderes que sepan dónde van, capaces de conseguir lo mejor de cada persona y que además de explicarlo también lo hagan, porque el ejemplo y la afinidad son las claves del líder que vive con los pies en el suelo.
 
Mª Ángeles Tejada

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