Ssssstttt… el silencio

Viene del latín, silentium, que significa callar, es decir ausencia de ruido, alrededor del silencio se han creado canciones como la de Simon y Garfunkel de ‘El sonido del Silencio’ o bien una banda de rock española «Héroes del Silencio» o la gran película de Elia Kazan, ‘La ley del Silencio’ en definitiva parece que siempre hay algo que se refiere al silencio.
 
El silencio toma diversas formas, por ejemplo, se habla de ‘la mayoría silenciosa’, o del ‘silencio oficial», o del ‘silencio administrativo’, o también podemos hablar del ‘silencio eterno’, o del ‘silencio activo’ (observando o escuchando), o más próximos a nosotros a nuestra cotidianidad como el «silencio arrepentido» (si me hubiera callado …), o el «silencio interesado» (es mejor que me calle…), o el «silencio obligado» (suele producir pequeñas o grandes irritaciones). O también hay parte de «silencio social» (vete con cuidado con lo que dices, o entiéndase bien: mejor te calles). En definitiva el silencio es un bien que todos poseemos y ejercitamos en mayor o menor medida, aunque lo evitamos, poniendo ruido a nuestro alrededor, siempre ha sido así, desde los árabes con sus fuentes para escuchar el sonido del agua hasta nuestros tiempos encendiendo el TV o cualquier otra cosa cuando entramos en la casa vacía y silenciosa. Tenemos tendencia a llenar los silencios, esto se puede observar en una reunión en la que de pronto los reunidos se quedan en silencio, inmediatamente, alguien tiene que decir algo aunque sea una tontería, porque ha topado con el «silencio perseguidor». 
 
El silencio ha ocupado la mayor parte de la historia del universo, «Al principio era el silencio, y … después fue la vida». La vida, la relacionamos con movimiento, por tanto al ruido. El silencio es un idioma universal que todos usamos, nos comunicamos con gestos, todos nos apoyamos en los ‘gestos del silencio’ para decir cosas. El silencio nos invita a la unión, los amantes viven con mucha intensidad los silencios, porque están comunicando en un plano más profundo.
 
¿Dónde está el quid de la cuestión? En que nuestro aprendizaje ha estado totalmente enfocado a hablar y no nos han ayudado a aprender del silencio. Como directiva es necesario dominar este aspecto de las habilidades personales, aprender a estar en silencio consciente cuando la situación lo requiera.
 
El silencio nos invita a unirnos al orden natural, para conocernos bien es necesaria la reflexión, el descubrirse a uno mismo pasa siempre por el silencio, ahora puede ser el momento, durante las vacaciones o cuando se está más tranquilo en el despacho, para tomarse tiempo, para estar en silencio y descubrirse a si mismo, aprender a conocerse. Haga este pequeño ejercicio a diario y encontrará los beneficios de inmediato.
 
«Propóngase cada día dedicar cinco a diez minutos al silencio. Busque el lugar más tranquilo que pueda encontrar y adopte una posición lo más cómoda posible. Respire profundamente y relájese. Visualice el lugar donde siempre ha encontrado paz en su corazón. Deje su mente en blanco, cuando venga un pensamiento, déjelo que flote, no intente alejarlo. Escuche el silencio. Deje de lado la finalidad de encontrar algo, cuando no busque nada entonces encontrará. Vuelva a la normalidad lentamente».
 
Ana Mª Herrero

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