Con la crisis por montera

Isabel GarcíaIsabel García

¿Cambios de mentalidad o cambios en la realidad? La transformación de la sociedad por la delicada situación económica que arrastra el mundo entero es aún hoy una incógnita que solo el paso del tiempo desvelará. De lo que no cabe duda es del impacto que está teniendo sobre áreas muy concretas como es el mercado laboral.
 
Y es que desde que comenzase la crisis en el año 2008, el papel de la mujer ha sido fundamental para salvaguardar la economía doméstica golpeada por la recesión. Otro año más, la tasa de actividad femenina continúa su avance hasta alcanzar el 52,93%, mientras que la masculina se contrae hasta el 67,3% ante el desánimo extendido entre los hombres parados de larga duración. La principal incorporación de la mujer ha venido por parte de las amas de casa que ha tenido que ponerse la crisis por montera y abandonar progresivamente las labores domésticas para buscar un empleo en el mercado laboral. Así, según Adecco, si en 2009, se incorporaban más de 100.000 amas de casa y en 2010, la de 170.000 más, en este pasado 2011, 195.500 fueron las amas de casa que se sumaron a la búsqueda activa de empleo, incorporándose de esta manera al mercado de trabajo. Esto hace un total de casi medio millón de mujeres que han cambiado el trabajo doméstico por el laboral. Son mujeres que buscan una oportunidad. Mujeres, muchas de ellas, sin apenas experiencia anterior. Mujeres que han visto que su pareja se quedaba sin trabajo o que los ingresos en su hogar mermaron tanto que resulta imposible sostener la economía doméstica. ¿Y por qué ellas lo van a tener más fácil? Porque el abanico de opciones laborales más precarias, lo que, no nos engañemos, abunda hoy, es mucho mayor entre las mujeres… Y todavía hay quienes dicen que no hace falta celebrar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora…
 
Isabel García
redaccion@mujeremprendedora.net

Todos con Pepe

Isabel GarcíaIsabel García

¿Os acordáis de Pepe? ¿Ese Alfredo Landa de los años 60 que decide marcharse a Alemania en compañía de su amigo Angelino soñando con hacerse rico? Hoy, si Pepe, y si todos los que como Pepe, se fueron en su día en busca de una vida mejor, hubieran decidido quedarse, hubieran estado muy pero que muy acompañaditos por compatriotas. Y quien dice los que se fueron a Alemania, dice Reino Unido, Dinamarca, Austria o donde haga falta. Y es que los españoles volvemos a emigrar. En España, el paro está por las nubes, y el mercado no es capaz de absorber a profesionales con cada vez más estudios, muchos estudios. Todos esos estudios que en su día les dijeron les darían un futuro. Es cierto, nadie les enseñaba un contrato pero parecía una ley inquebrantable de la sociedad, si cumplían con su mitad del trabajo la sociedad les daría su recompensa. Mentira.
 
Dos más dos suman cuatro: solo hay que juntar a los que ofrecen trabajo con los que lo buscan y ¡vualá!, habemus lo que se conoce como una fábrica de talentos en fuga. Eso es hoy España, un país que ha visto irse a más de 300.000 españoles desde 2008 ante la falta de horizonte laboral. La falta de planificación y de gestión de recursos humanos y las condiciones laborales son los factores que favorecen esta fuga de profesionales, que emigran a países donde se reconoce su talento, tanto profesional como económicamente. Estamos destruyendo el tejido empresarial de España mientras expulsamos a los mejores y los más válidos, que se niegan a tirar sus cerebros a la basura, máxime cuando van a trabajar hasta los 70 años. La fuga de talentos nos debería hacer reflexionar a todos, pero especialmente a aquellos que ejercen responsabilidad política sobre ello. Aquellos que todas las mañanas van al Congreso y que no hacen nada para que los jóvenes de su país tengan una vida y un futuro dignos.
 
Isabel García

Mujeres que hacen cine

Isabel GarcíaIsabel García

Siete de 74 y ocho de 53. Esa es la presencia de las mujeres participantes que compiten en estos días en la XXVI edición de los Premios Goya en las categorías de mejor dirección y mejor dirección novel y que aspiran a convertirse el próximo 10 de enero en una de los finalistas de cada categoría. Pero, ¿es un problema de número de directoras? ¿de calidad? ¿de éxito? ¿de talento? ¿de promoción? ¿de reconocimiento? Esas cifras son fruto de la realidad, apenas un 8% de las películas que se producen en nuestro país están dirigidas por una mujer. En guión y producción las películas con participación femenina no alcanzan el 20%; y no importa si hablamos de cine, televisión o documentales: la creación audiovisual en nuestro país está casi absolutamente en manos masculinas. El resultado de estas cifras no solo se traduce en escasa presencia femenina en premios como los Goya sino también en la perpetuación y legitimación de todo tipo de estereotipos sobre la mujer que la escritora y crítica de cine Pilar Aguilar resume en la siguiente frase: “Si un marciano conociese nuestro planeta a partir de las películas más taquilleras de los últimos seis años, se convencería de que la población terrestre está formada en un 90% por hombres, muy activos, arrojados y agresivos y que se relacionan sobre todo entre ellos. También verían que hay un grupo pequeño de seres llamados mujeres, que se comunican poco o nada entre si, que casi siempre son pasivas, poco dadas a resolver conflictos y cuyas vidas giran en gran medida alrededor de los hombres”.
 
A ver, no cabe duda de que la industria del cine en España es dificilísima tanto para hombres y mujeres, pero más para las mujeres para las que parece les resulta milagroso hacerse un hueco. Mientras los negocios se cierren en un bar, mientras tanto productores como críticos duden del talento femenino, mientras las mujeres tengan una menor presencia en jurados de cine, comités para elegir subvenciones o artículos sobre los nuevos talentos del cine español, no descubriremos que ya, y hace tiempo, las directoras también pueden contar historias, hacerlo bien, y ser ‘rentables’.
 
Isabel García
redaccion@mujeremprendedora.net

Ni una más

Isabel GarcíaIsabel García

No habrá ni una sólo diputada más en la Cámara del Congreso de los Diputados cuando el próximo 13 de diciembre abra sus puertas para constituirse tras las elecciones del pasado 20 de noviembre. Serán 124 mujeres, como en la legislatura pasada, un porcentaje que no llega al 36% de los 350 parlamentarios. En cambio, 226 hombres ocuparán un escaño, casi el doble. La ley de Igualdad no ha conseguido, y ya lleva dos intentos, llevar más mujeres al hemiciclo… ¿o es que ése no era su objetivo? En 2004, la última convocatoria sin que la paridad fuera obligatoria en las listas, se sentaron 125 mujeres en los escaños.
 
Conclusión, hemos hasta perdido un puesto… y lo peor de todo es que no resulta sorprendente, era previsible y hasta esperado. La razón se puede resumir con un proverbio popular… “hecha la ley, hecha la trampa”. Según la norma ningún sexo puede superar el 60% o estar por debajo del 40% en cada tramo de cinco puestos de las listas electorales, lo que no impide que los puestos de salida estén copados, casi por completo, por hombres, tal y como sucedió en las últimas elecciones. Por eso, precisamente, no se puede decir que la Ley no sirve para nada porque una vez más se ha cumplido y en los términos previstos. Si se pretendía otra cosa, habría que haber hecho otra cosa. La fórmula propuesta por la Ley garantiza la presencia de mujeres en las listas pero no en los resultados electorales. De ahí sus resultados. 
 
Isabel García

Gracias

Isabel GarcíaIsabel García

El pasado octubre paseando por Sevilla me topé, de casualidad, con un acto de protesta de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (Ahige) contra la violencia machista, una protesta que al parecer celebraba ese mismo día hasta en 35 ciudades españolas. Eran hijos de… padres… maridos de… abuelos de… que, como leí en un comunicado, mostraban su rechazo y se mostraban parte de la solución ante una lacra social como es la violencia machista porque, como dicen, el silencio les hace “cómplices”. Fue ese mismo día, en ese mismo momento, cuando me dí cuenta que llevaba años hablando de mujeres, de nombres de mujeres, y que nunca me había parado a hablar de hombres, de todos aquellos hombres, que son muchos, conscientes de la necesidad de cambio del planteamiento de la masculinidad, conscientes de cuánto ganamos todos, nosotras y ellos, con el cambio hacia la igualdad.
 
Son hombres que saben que la lucha de las mujeres por la igualdad es una lucha por construir una sociedad democrática, no es una lucha contra los hombres. Son hombres que apoyan a las mujeres y a sus organizaciones cuando exigen a los poderes públicos acciones positivas y efectivas contra la desigualdad de género, iniciativas dirigidas a lograr un reparto equitativo de todas las tareas y responsabilidades de la vida cotidiana, social, doméstica o laboral, o a poner fin a toda situación de privilegio masculino, legal o de hecho. Son hombres que luchan de manera personal y colectiva contra toda discriminación por razón de sexo, que han renunciado al silencio, al inmovilismo y a la resistencia pasiva que siguen produciendo desigualdad y dan aliento a actitudes y aptitudes machistas. A todos ellos este mes quiero darle las gracias, gracias por ver que la desigualdad es un problema no sólo de las mujeres, no sólo de sus nietas, hijas, esposas, madres y abuelas… es un problema también de ellos.
 
Isabel García

Prostitutas

Isabel GarcíaIsabel García

Sanciones a los clientes, de entre 750 y 3.000 euros. Esta medida se incluye dentro del plan contra la prostitución que ha aprobado recientemente el Ayuntamiento de Sevilla y que se pondrá en práctica a partir de este mes de octubre. Su objetivo, abolir la prostitución en la ciudad. Y es que las prostitutas, son un problema. No el “importarlas” de Sudamérica o de la antigua Europa del este a cambio de promesas falsas; tampoco es un problema que sea fácil acudir a ellas cuando el mequetrefe de turno quiere echar un polvete después del fútbol, o porque se aburre sin más: la publicidad en la prensa es abundante, los prostíbulos se anuncian con luces rojas de neón.
 
El verdadero problema no es nada de esto, el verdadero problema es que se ven. Y claro, eso es vergonzoso, molesto y hasta antihigiénico. Por eso hay que buscar una solución para apartarlas de los barrios céntricos y menos céntricos; una solución no para apartarlas de una profesión que aún ejerciéndose en unas condiciones dignas no lo es; una solución no para evitar que se marchen a zonas más apartadas y abandonadas, en las que cada vez estén más marginadas, más solas. La prostitución no va a desaparecer porque se prohíba, ya que no se puede incidir en la voluntad personal de cada uno, pero por lo menos se tiene que luchar contra aquello que es degradante para las personas. Y, sobre todo, dotar de recursos a estas trabajadoras del sexo para que realmente tengan otras salidas; escuchar sus necesidades y dar el estatus de ciudadana de pleno derecho a quien sea víctima de la explotación sexual, así como el apoyo de seguridad, sanitario, educacional y económico necesario para que estas personas puedan rehacer su vida y vivir con dignidad, la misma de la que alardean sus clientes. Lo cierto es que mientras las fuerzas políticas y las diversas asociaciones interesadas se ponen de acuerdo, estas mujeres siguen vendiendo su cuerpo en una situación absoluta de desamparo que las convierte en el blanco perfecto para mafias y proxenetas.
 
Isabel García

Visibles

Isabel GarcíaIsabel García

Las mujeres rurales están de celebración. Celebran el pago de una deuda histórica que la sociedad tenía contraída con ellas desde hace mil años o desde, como dicen algunos, desde el neolítico, cuando empezó a hacerse visible el concepto de la propiedad. Y es que, por fin, el pasado mes de julio se saldó dicha deuda, o al menos se firmó el ‘primer pagaré’, con la aprobación por parte del Congreso de los Diputados del proyecto de Ley de Titularidad Compartida de Explotaciones Agrarias con el respaldo de todos los grupos parlamentarios. En total, se calcula que se podrán beneficiar de esta ley cerca de 100.000 mujeres españolas que, hasta ahora, desde que se levantaban hasta que se acostaban, colaboraban en las tareas de la explotación familiar sin remuneración económica alguna, sin derecho a baja por maternidad, sin pensión de jubilación. Con la nueva normativa se permite a las mujeres figurar como copropietarias y trabajadoras de los negocios familiares del campo, algo tan simple y ‘de cajón’, pero que, sin embargo, no se reconocía jurídicamente el papel femenino en el sector agrario. Además, las explotaciones de titularidad compartida tendrán prioridad para acceder a ayudas económicas públicas y tanto las subvenciones como los rendimientos se repartirán al 50% entre las dos personas titulares, según esta Ley.
 
Ahora lo que toca, porque con esta Ley no está todo hecho, es lograr hacer efectivo y real el cambio en la cultura del medio rural, un cambio que requerirá una vez más la aportación y la participación de las mujeres del mundo rural quienes, sufridas por ser mujeres y por vivir en un ámbito hostil, recuperan hoy una brizna de la dignidad que siempre les hurtó la sociedad machista. Ha costado pero, mejor tarde que nunca.
 
Isabel García

De canchas y pasarelas

Más ajustado, más escotado, más corto. Y es que las jugadoras de la Euroliga Femenina de Baloncesto ya pueden guardar en sus armarios las camisetas y los pantalones con los que han competido hasta ahora después de que la F…

De canchas y pasarelas

Isabel GarcíaIsabel García

Más ajustado, más escotado, más corto. Y es que las jugadoras de la Euroliga Femenina de Baloncesto ya pueden guardar en sus armarios las camisetas y los pantalones con los que han competido hasta ahora después de que la Federación Internacional de Baloncesto haya decidido que éstas tengan que llevar camisetas mucho más entalladas y pantalones como mínimo a diez centímetros por encima de la rodilla, con una anchura máxima de dos centímetros entre la piel y la tela. ¡Toma ya! ¿Sexista? No, qué va… Pero si solo tiene como objetivo “diferenciar los uniformes de los hombres de las mujeres”…  Pero si solo “se pretende ensalzar las cualidades de la mujer como una atleta y no como un objeto”… Pero si solo quieren “que cuando alguien haga zapping y aparezca un partido de chicas diferencie que es un producto diferente”. O al menos todo eso es lo que dice Elisabeth Cebrián, miembro de la Comisión de la Mujer de la FIBA Europa. Porque, claro, como están constantemente televisando partidos de baloncesto femenino… Y porque, claro, como solo se nos puede diferenciar a unos de otros marcando curvas… eso sí, siempre las nuestras… Y porque, claro, como lo siguiente será no poder federar a toda  jugadora cuyas medidas no se ajusten en un determinado tanto por ciento al 90-60-90 por aquello de los “cuerpos de atleta”…
 
Pero, a ver, ¿qué es lo que se supone que hay que ver botar en un partido de baloncesto femenino? ¿La pelota o…? Dejemos ya, como dicen desde la propia Asociación de Jugadoras de Baloncesto, de entorpecer la progresión de la mujer jugadora de baloncesto bajo debates y propuestas que no inciden en el desarrollo real de la competición; sino en utilizar a las jugadoras de baloncesto profesionales como objetos, atractivos desde el punto de vista de la estética masculina, y a las que se las quiere mediatizar no tanto por su valía de deportistas profesionales; como por lo atractiva a la vista que pueden ser para espectadores, más preocupados por percibir la exhibición de un cuerpo, que por seguir la jugada en el terreno de juego.
 
Isabel García

Mamás de cabecera

Isabel GarcíaIsabel García

El Doctor House salió de la sala donde yacía una joven en estado comatoso de una enfermedad mortal. Acababa de conversar con la madre de la enferma en términos técnicos de medicina. Al salir, uno de sus ayudantes le preguntó si no iba a comprobar los datos, si se iba a quedar tan sólo con la información proporcionada por la señora, a lo que House respondió: “Es madre de hija enferma: la ha cuidado toda su vida, la conoce mejor que nadie, ha investigado, sabe más que un médico, no necesito más datos que los que me dio”. ¿Acertadas las palabras del afamada médico televisivo? Yo diría que incluso cortas. Y es que este mes quiero asomarme desde esta ventana para alabar el papel de todas y cada una de estas mamás que de la noche a la mañana, del tener a no tener un diagnóstico, pasan de ser simplemente madres, con todo lo que eso de por sí ya conlleva, a cumplir roles de médico, enfermera, terapeuta, maestra… dejando atrás las lágrimas y sacando fuerzas de flaqueza de quién sabe dónde para aceptar, con una dosis de realismo superlativo, que su hijo nunca alcanzará esos objetivos que había soñado durante los nueve meses de embarazo. Son madres que han renunciado a vivir sus vidas para vivir la de sus hijos porque el Estado de Derecho en el que vivimos ha dejado de la mano de Dios a estos enfermos, que han aprendido a dar importancia a lo que realmente la tiene, a separar lo urgente de lo accesorio, a mirar a su hijo como tal tan sólo cuando no tienen que ver si la mano se le ha caído del reposabrazos de la silla de ruedas, si se ha sentado con las piernas abiertas o si no logra relacionarse con la ‘amiguita’ de la ‘guarde’. Son madres ‘roble’, al menos delante de sus hijos. Son madres para las que no tendría palabra y para las que a la vez tendría mil. A todas y cada una de ellas mi más sincera admiración por hacer del futuro la esperanza. (A dos de esas madres. Ellas saben quiénes son).
 
Isabel García

Periodismo
Constructivo