«La gran ventaja de la arquitectura saludable es que confluyen los intereses sociales con los económicos»
RITA GASALLA. GALÖW ARQUITECTURA SALUDABLE
Rita Gasalla es la fundadora de Galöw Arquitectura Saludable, una empresa pionera en el concepto transformador de la arquitectura saludable que pone el foco en la salud y el bienestar de las personas. Además, es presidenta del Observatorio de Arquitectura Saludable (OAS), que nació en 2020 con el fin de integrar la arquitectura y el urbanismo en la conversación de Salud Pública. Y también es una firme defensora del talento femenino. Prueba de ello es su apoyo desde Women Angels for STEAM (WA4STEAM), una asociación internacional de mujeres inversoras cuyo objetivo es el de incrementar la presencia de mujeres emprendedoras en el ámbito STEAM. Además, interviene como ponente en foros empresariales y académicos y colabora como articulista en medios y portales especializados.
¿Qué le llevo a crear Galöw?
Galöw nació hace ya 21 años por una pasión, la arquitectura, y una necesidad, mantener la esencia de mis proyectos. Al acabar mis estudios, empecé a presentar mis primeros concursos, que otros se encargaban de construir. Pero me di cuenta de que nadie podría interpretar tan fielmente mis proyectos como yo misma. Esa es la razón por la que decidí emprender y poner en marcha una empresa que cuidara todos los detalles y que pusiera a los ocupantes de nuestros proyectos y obras en el centro. La filosofía de Galöw es poner el foco en la salud y el bienestar de las personas. Hablamos de bienestar físico y mental. Creamos y transformamos los espacios para que cuiden de nosotros y nos ayuden a sentirnos mejor, más sanos, más tranquilos, más concentrados y creativos.
“Cuando hablamos de salud estamos hablando de un concepto integral”
¿Podría hablarnos de la importancia de la arquitectura saludable a día de hoy? ¿En qué medida la arquitectura puede beneficiar al bienestar de las personas?
Siempre ha sido importante. Incluso cuando no existía el concepto. Por ejemplo, en París, cuando la capital francesa era una ciudad medieval insalubre, que hemos podido ver recreada en Los Miserables. Todo cambió cuando Napoleón III encargó al barón Haussmann una transformación que frenó la expansión del cólera y otras enfermedades, y que convirtió París en la hermosa ciudad de la luz que hoy conocemos. La eficacia de la arquitectura como herramienta de salud se demostró también en los años 20 con el movimiento Moderno, que apostaba por el soleamiento y la ventilación y que contribuyó a reducir la mortandad infantil por tuberculosis. Como digo, siempre ha sido importante. Ahora, con la pandemia, hemos vuelto a tomar conciencia, porque necesitamos sentirnos seguros en los espacios cerrados donde existe mayor riesgo de propagación y contagio de la COVID-19.
Los beneficios de la arquitectura saludable por los que me preguntas son innumerables. Lo principal en estos momentos es el control de la calidad del aire en los espacios que habitamos, trabajamos o nos relacionamos con otras personas, y en lo que pasamos entre el 80% y el 90% de nuestras vidas. Esos espacios están hasta cinco veces más contaminados que el exterior. Monitorizando la calidad del aire y utilizando sistemas mecánicos de ventilación y purificación conseguimos preservar la salud y dar seguridad a las personas. También medimos el nivel de ruido, de radiaciones electromagnéticas, de gas radón, de iluminación y la calidad del agua, y con los datos en la mano, corregimos lo que sea necesario. Tenemos en cuenta todos estos factores que influyen en nuestro bienestar físico y mental y actuando sobre ellos, podemos mejorar la concentración, creatividad y productividad de las personas y reducir el estrés y otras muchas dolencias que impactan en el absentismo laboral. Todo influye en nuestro bienestar.
¿Qué define a los proyectos de Galöw?
En Galöw somos pioneros y especialistas en Arquitectura Saludable. Contamos con una larga experiencia y personal altamente cualificado que dispone de las herramientas más novedosas en este campo. La experiencia siempre es un grado porque nos ayuda a comprender mejor y más rápidamente las necesidades de nuestros clientes y elegir las soluciones para adecuadas en cada caso y que provocan su bienestar. Aplicamos conceptos como la neuroarquitectura, centrándonos en el bienestar mental y creando ambientes que facilitan un mayor rendimiento intelectual, la concentración, la inspiración y la mejora de las habilidades cognitivas, además de reducir el estrés y todo ello sin incrementar los costes de las obras. Incorporamos los últimos avances tecnológicos y los criterios más exigentes, porque nuestra apuesta también es la innovación.
En Galöw proponemos un cambio de paradigma que busca que los edificios, además de eficientes, funcionales o estéticos, tengan la capacidad de cuidar a las personas y mejorar su calidad de vida.
¿Cómo hacéis desde Galöw para convertir un espacio en un lugar lo más sano posible?
Hay unas consideraciones generales, pero también particulares, así es que lo primero que hacemos en Galöw es hablar con nuestros clientes, conocerlos y esforzarnos en entender bien sus necesidades. Algunos son particulares, pero la mayor parte son empresarios o responsables de corporaciones que quieren mejorar sus instalaciones, ya sean oficinas u hoteles, tanto para sus empleados como para sus clientes. Primero detectamos las necesidades y los posibles problemas y después proponemos soluciones. En general, cuando hablamos de espacios sanos, estamos hablando de espacios bien ventilados, con luz natural, con vistas, con plantas y elementos naturales en el interior, con confort térmico y acústico. A partir de ahí podemos añadir numerosos factores. En tiempos de confinamiento, por ejemplo, muchas personas han deseado tener una terraza o un jardín, o contar con espacios flexibles, en los que podamos trabajar, descansar o hacer ejercicio. Cuando hablamos de salud estamos hablando de un concepto integral, con elementos comunes para todos los seres humanos, y otros particulares, en función de nuestra vida, nuestra familia o nuestros gustos y necesidades.
“Tenemos la responsabilidad de comprometernos con el desarrollo sostenible. Esa es la manera en la que yo entiendo la arquitectura”
¿En qué medida ha influido el COVID-19 en los proyectos impulsados por Galöw?
Hemos notado un creciente interés de nuestros clientes por garantizar la seguridad y el confort de los espacios y, por lo tanto, por la arquitectura saludable que nosotros practicamos. En las viviendas, porque se empieza a valorar el sentirse protegido y tranquilo en el lugar donde se reside. Y especialmente en los espacios de trabajo, no solo por cuestiones de Salud Pública y responsabilidad empresarial, sino también por cuestiones de retorno económico. Las empresas tienen que garantizar la seguridad de las personas en sus instalaciones para preservar su productividad y rentabilidad. Estamos hablando al fin y al cabo de la supervivencia y el futuro de miles de negocios. Como he comentado anteriormente, esta crisis nos ha servido para reenfocarnos en lo importante, la salud, y las personas. Hemos comprendido que merece la pena invertir en salud, en arquitectura saludable y que no se trata de una moda pasajera, sino de una nueva forma de vida, porque a buen seguro nuestra sociedad va a tener que enfrentarse a muchos retos más.
¿Qué características se deben implantar para hacer de una oficina un espacio seguro?
Como cualquier espacio cerrado, en estos momentos, una oficina debe, en primer lugar, asegurar una ventilación óptima. Sabemos que el virus de la COVID-19 (y muchas otras enfermedades) se transmite fundamentalmente por aerosoles, por vía aérea, y que el contagio es más probable en espacios cerrados. Por eso, la primera actuación para hacer de una oficina un espacio seguro es ventilar, filtrar e instalar purificadores que inactiven el virus en el aire y en las superficies. Para garantizar la calidad del aire, normalmente hay que reducir la ocupación de los espacios, aumentar el caudal de aire, controlar el estado de los filtros, los sistemas de ventilación… Eso es lo principal en estas circunstancias, pero además hay otros factores que mejoran la calidad de nuestros espacios y, por lo tanto, de nuestra vida. El ruido, la temperatura, la humedad relativa, la iluminación, la ausencia de materiales tóxicos, la presencia de plantas naturales y las vistas impactan en nuestro rendimiento, especialmente si se trata de tareas complejas. Existen numerosos estudios que constatan que una mejor calidad del aire incrementa la productividad hasta un 11%; que el ruido altera los procesos cognitivos, la comunicación y el sueño; que una buena iluminación mejora nuestro estado de ánimo y puede incrementar nuestro rendimiento hasta un 5% y que utilizar criterios biofílicos (especialmente si se usan plantas naturales) en el diseño arquitectónico, mejora nuestro bienestar y nuestra creatividad hasta un 15%.
¿Podría hablarnos de la importancia de los materiales?
Este tema por el que me preguntas es también muy interesante, y no hay que pasarlo por alto. Seguramente muchos de nosotros desconocemos los materiales con los que se han hecho nuestras casas. Debemos saber qué sustancias químicas se encuentran en los materiales de construcción, porque una vez instalados, liberan gases que contaminan el aire interior de los edificios. Cada día respiramos unos 15.000 litros de aire y en él se encuentran esos tóxicos y patógenos (virus, bacterias, esporas…) que pueden afectar a nuestra salud. Diferentes estudios han relacionado la contaminación por partículas finas en suspensión (PM2.5) con el aumento mortalidad por COVID-19: se calcula que ese incremento es de entre un 6% y el 21% por cada microgramo/m3 de PM2.5. Afortunadamente, en el uso de materiales tóxicos hemos avanzado mucho, y se ha legislado sobre productos muy utilizados en su día, como el amianto y el plomo, para eliminarlos y evitar así sus graves efectos sobre nuestra salud. Hoy en día contamos con los conocimientos y la tecnología adecuada para construir edificios seguros, respetuosos con la salud de las personas, y con el medioambiente.
“En nuestros proyectos aplicamos la ecología 360º”
¿Qué importancia dan a la sostenibilidad desde Galöw?
Creo que todos, pero especialmente quienes desarrollamos actividades con impacto social y ambiental, tenemos la responsabilidad de comprometernos con el desarrollo sostenible. Esa es la manera en la que yo entiendo la arquitectura, y es la que aplicamos en Galöw. En nuestros proyectos aplicamos la ecología 360º, es decir, tenemos en cuenta la vida de los materiales, su huella de carbono, el impacto en su fabricación y también en su puesta en obra. Aplicamos la llamada economía circular al proceso constructivo. Es una cuestión realmente importante porque solo en Europa, los residuos de construcción suponen un 34% del total de los producidos en un año. Si somos capaces de reutilizar esos materiales, podemos reducir residuos (lo ideal sería residuos cero) y aliviar el impacto sobre el medioambiente. Además, utilizamos materiales no tóxicos, duraderos, de bajo impacto, así como tecnologías y métodos de construcción que optimizan recursos naturales y consumo de energía. Probablemente el modelo a seguir es el estándar Passivhaus, o casa pasiva, que combina elevado confort interior con un consumo de energía muy bajo, gracias a la envolvente del edificio, a su soleamiento idóneo y a un sistema de ventilación controlada que mantiene una temperatura interior estable a lo largo de todo el año.
¿Podría citarnos algunos ejemplos de sus proyectos?
Son muchos, pero si tuviera que escoger, uno de ellos sería The Observatory, el restaurante en la última planta del Hotel Puerta América de Madrid, que es como una especie de oasis en la gran ciudad, con unas vistas únicas y un jardín vertical magnífico. Y las oficinas de Jazz Pharmaceuticals en Madrid Norte, un proyecto del que estoy especialmente orgullosa porque reúne todas las cualidades de un espacio saludable y seguro para las personas. También estoy muy orgullosa de los primeros concursos de arquitectura que gané, dos estaciones de autobuses, en Ribadeo y en Cedeira y un aparcamiento, que, aunque no tuve la oportunidad de controlar su construcción, impulsaron el principio de mi carrera.
Además, desde Galöw promueven el liderazgo femenino.
Somos una empresa comprometida con el talento y el liderazgo de las mujeres. Como CEO de Galöw tengo la oportunidad de participar en numerosas actividades y foros en los que se pone en valor a las mujeres profesionales, denunciando las barreras, brechas y techos que todavía nos impiden vivir en una igualdad real.
Sigue habiendo entornos en los que las mujeres seguimos estando infrarrepresentadas, sobre todo en sectores técnicos y tecnológicos. Por eso formo parte de Women Angels for STEAM (WA4STEAM), una asociación internacional de mujeres inversoras, que buscan aumentar la presencia de emprendedoras en el ámbito STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Arquitectura). Hay muchísimo talento y tenemos la responsabilidad de apoyarlo y promocionarlo, porque de esta forma estamos impulsando el avance de nuestra sociedad.
“Creo que tenemos la oportunidad de transformar esta crisis en un nuevo comienzo y convertir nuestros edificios y ciudades en lugares saludables para nosotros y para las generaciones futuras”
Por otra parte, es presidenta del Observatorio de Arquitectura Saludable (OAS), pionero en España. ¿Con qué objetivo nace este observatorio?
OAS nació el año pasado, en un momento crítico, en el que España y todo el mundo, tenían el reto de hacer frente a la pandemia y diseñar la recuperación económica y social tras las primeras oleadas. El objetivo que perseguimos es involucrar a todos los sectores de la sociedad en la búsqueda de soluciones, porque es una responsabilidad colectiva frenar la propagación de la COVID-19 y construir el futuro. Muchas de las respuestas a los grandes retos que se nos han planteado están en la arquitectura saludable. Por eso, un grupo de expertos (académicos, sanitarios, ingenieros, arquitectos, empresarios…) hemos tomado la iniciativa y hemos constituido el OAS. A medio plazo lo que perseguimos es contribuir a reformular los estándares y normativas de calidad que actualmente rigen los espacios construidos y las ciudades. Como decíamos en el manifiesto con el que comenzamos nuestra andadura: “la vida es un privilegio y preservarla es un desafío”. Es algo que no podemos olvidar.
Finalmente, ¿podría hablarnos de sus objetivos a corto y largo plazo?
En estos momentos, en Galöw, estamos muy orientados a los espacios de trabajo y a apoyar a las empresas que están en un proceso de cambio acelerado, a veces incluso abrupto, por las circunstancias que estamos viviendo. En esta época de reactivación económica, con la vuelta progresiva a los lugares de trabajo, éstos se están reinventado. Ahora los espacios deben ser flexibles y adaptables, y eso es que lo que proporcionamos teniendo en cuenta no solo las necesidades presentes sino también las futuras. Las organizaciones inteligentes necesitan espacios inteligentes y sanos. La arquitectura saludable se basa en evidencias científicas que demuestran la mejora del rendimiento y compromiso de los trabajadores con la empresa y la reducción de las bajas laborales. Cuando las empresas conocen estos datos, se comprometen con la arquitectura saludable. Por eso nos volcamos tanto en su difusión. Y no solo hablamos de oficinas. También del sector hotelero, uno de los más castigados por la crisis. Tanto las grandes cadenas hoteleras, como los pequeños establecimientos, tienen la responsabilidad y la necesidad de ofrecer a sus clientes seguridad, bienestar y salud y hacer frente a lo que llamamos “biomiedo”. Hoy en día un hotel saludable no es aquel que cuenta con spa. Es el que garantiza la seguridad de sus espacios y el bienestar de las personas. Estamos hablando de arquitectura saludable y neuroarquitectura.
Ahora más que nunca, estamos obligados a poner el foco en lo realmente importante, las personas, porque sin ellas no hay economía ni futuro. La gran ventaja de la arquitectura saludable es que confluyen los intereses sociales con los económicos. Creo que tenemos la oportunidad de transformar esta crisis en un nuevo comienzo y convertir nuestros edificios y ciudades en lugares saludables para nosotros y para las generaciones futuras.
María Cano Rico