Mujeres y estrés

Mª Ángeles Tejada

Parece ser que las españolas somos las mujeres más estresadas de Europa, al menos, es lo que dice el informe Nielsen realizado hace un par de años y relacionado con otro informe sobre horarios laborales publicado por la Vanguardia (Indescat.2010-2011); imagino que estamos hablando de las mujeres que deben conciliar vida laboral y familiar, que combinan jornadas laborales interminables con «todas las tareas domésticas».

Es verdad que en España el tema de los horarios continúa siendo otra anarquía que arrastramos desde tiempos inmemoriales y que supongo tendrá que ver con los hábitos que no parecen cambiar por ahora, por ello los niveles de flexibilidad son tan amplios que superan cualquier norma racional; y hablando de irracionalidad, sólo hay que ver los horarios de la televisión nocturna que sitúan los programas de máxima audiencia pasadas las 22 horas, que acostumbra a ser la hora de la cena.

En Europa se cena como tarde a las 20 horas, y naturalmente, antes de la cena dispones de tiempo para dedicar a la familia, o simplemente, dedicártelo a ti misma.

¿No se programan reuniones a partir de las 17 horas? Que bien suena, ¿no? Quizás si todos apoyamos la idea de cambiar los horarios, finalmente el Gobierno nos escucharía. Se trata de educar a empresas y público en general. No es necesario trabajar hasta muy tarde, lo importante es rendir durante la jornada laboral y ser más eficiente; de este modo, tanto hombres como mujeres podrían disfrutar de tareas que no sean estrictamente profesionales.

Habitualmente la mujer que no puede combinar ambas tareas y se ve obligada a reducir su horario, con el consiguiente retroceso en su posible promoción futura o con las limitaciones en cotización que vendrán como consecuencia de reducir la jornada. El 95% de la reducción horaria la asumen mujeres, quizás el 5% restante lo aplican los hombres que realizan trabajos profesionales que pueden ejercer fuera de la empresa.

Como siempre el problema está en la educación, y claro está, en el respeto por el otro, o en este caso, por la otra, porque salvo alguna excepción, es la mujer, la que actúa como retén, para liquidar la post-cena, acostar niños etc… y al final dormir un poco, para inaugurar el nuevo día volviendo a la rutina. El problema es cultural y pasa porque la mujer aprenda a delegar funciones familiares, que comparta tareas con sus parejas y que se interiorice que no nos están ayudando sino que cumplen con su función de familia, pero eso es algo que también tenemos que creérnoslo nosotras.

Por lo tanto, los tiempos no han cambiado mucho, y por ello, noto a mi alrededor que la mayoría de mujeres que trabajan y que tienen cargas familiares acostumbran a tener déficits de sueño y ojeras odiosas; que no tienen que ver sólo con la alteración del metabolismo y el riesgo de diabetes tipo 2 (D.Josep Corbella), sino simplemente con la necesidad de tener una vida más armoniosa y más slow y poder aspirar a tomar las riendas de tu propia vida.

Las que somos o hemos sido empresarias, sabemos que este oficio nunca concede treguas, que lo que nos lleva a emprender empieza por la pasión y el esfuerzo y que tratamos de llevarlo con dignidad, sin ignorar que es parte del precio del supuesto éxito, pero no perdamos de vista que lo que mantiene esta ilusión y la lucha del día a día no es otra cosa que el reconocimiento y el respeto de los demás.

Por ello, cuando vemos a tantas mujeres que no sólo perciben salarios por debajo de algunos hombres en su misma posición profesional sino que además se les niega su capacidad o se trata de limitar sus aspiraciones de responsabilidad, a veces con la excusa de los horarios, o las cargas familiares, o por ejemplo, cuando veo que la concesión a una mujer de un premio al mérito empresarial suele ser algo excepcional, comprendo perfectamente que nuestras mujeres estén estresadas pero cuidado, no es sólo por la pluralidad de obligaciones que ya asumimos, sino que probablemente nada causa más “estrés” que sentirse ignorado.

Mª Ángeles Tejada

Directora General de Public Affairs de Randstad y Presidenta de Fidem

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