«Las mujeres son la vida y la fuerza de nuestros pueblos»

CARMEN QUINTANILLA. AFAMMER

Carmen Quintanilla es la presidenta nacional de la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural, AFAMMER.

¿Cómo se presenta este 15 de octubre, Día de la Mujer Rural de 2020?

Este año celebramos el Día Internacional de la Mujer Rural en unas circunstancias un tanto especiales a consecuencia de la pandemia del coronavirus. Este año muchas de nuestras mujeres no pueden acudir a nuestros actos por las limitaciones de aforo y medidas decretadas por las autoridades sanitarias. Por ello, en AFAMMER nos hemos reinventado y hemos adaptado nuestras actividades a la nueva realidad en la que nos encontramos. Asimismo, estamos realizando una apuesta más fuerte por las nuevas tecnologías para alzar la voz en la defensa de las mujeres rurales y que sea escuchada en todas partes. A pesar de la situación que atravesamos por el COVID-19, tenemos que seguir adelante y aprovechar la oportunidad que nos ofrece esta fecha institucionalizada por Naciones Unidas para seguir reivindicando que las mujeres son la vida y la fuerza de nuestros pueblos. Porque si no creamos las oportunidades que merecen y les damos el lugar y las oportunidades que ellas merecen, nuestros pueblos desaparecerán y con ellos desaparecerán también gran parte de nuestro patrimonio y la seguridad alimentaria. Por ello, cuando celebramos el 25 Aniversario de la IV Conferencia de la Mujer de Beijing, donde AFAMMER consiguió que se declarase el 15 de octubre como el Día Internacional de la Mujer Rural junto a otras organizaciones allí presentes, debemos hacer un llamamiento para seguir avanzando en mejorar la situación de las mujeres del medio rural en todo el mundo.

«Tenemos que aprovechar las oportunidades que las nuevas tecnologías nos ofrecen a la hora de colocar a las emprendedoras rurales en el mapa»

Desde su punto de vista, ¿en qué medida ha afectado el COVID-19 a la mujer rural?

Han sido las mujeres las que han sufrido en mayor medida la pandemia del coronavirus, porque son ellas las que se encargan principalmente de las tareas domésticas, del cuidado de los hijos y de las personas dependientes. El cierre de colegios e institutos ha hecho que esta carga sea más fuerte. En el caso de las mujeres que residen en zonas rurales, el aislamiento y la falta de servicios que predomina en el medio rural ha sido un agravante. Pero por otro lado, la pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto la gran capacidad de liderazgo de las mujeres rurales. En nuestro caso, en AFAMMER fuimos conscientes desde el primer momento de que teníamos que estar al lado de nuestras familias y personas más vulnerables como en el caso de los mayores del medio rural donde un gran porcentaje de ellos viven solos.

Cientos de mujeres rurales de AFAMMER procedentes de todas las provincias de España nos unimos a través de los diferentes grupos de WhatsApp y los diferentes canales internos, dando lugar a una Gran Red Solidaria que ha repartido mascarillas y batas para aquellos trabajadores que han seguido realizando su trabajo esencial durante el confinamiento -conductores de ambulancias, personal de residencias o taxistas- así como familias con pocos recursos o personas de edad que no contaban con protección frente al virus. Esta red que se inició con un pequeño grupo de mujeres que comenzó a coser mascarillas artesanales con su propio ajuar ante la falta de material en esos momentos, llamó la atención de empresarios del medio rural que han donado material para elaborar mascarillas que sean totalmente eficaces contra el coronavirus. Asimismo, también nos hemos preocupado por nuestras socias de más edad a las que hemos llamado para saber cómo estaban o si necesitaban algo.

«La pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto la gran capacidad de liderazgo de las mujeres rurales»

 ¿Cuáles son las prioridades para la mujer en el medio rural de cara a este nuevo año que entra?

La conciliación y la corresponsabilidad sigue siendo una de las principales asignaturas pendientes pues aun hoy tenemos que combatir a las tres de cada 10 personas del medio rural que, a día de hoy, considera que la mujer debe abandonar su puesto de trabajo cuando tiene a su primer hijo. Hasta que la conciliación y la corresponsabilidad no sean una realidad, no será posible que las mujeres puedan emprender y que tengan el lugar que les corresponde en la toma de decisiones y en el liderazgo de la vida social, cultural, económica y política de los pueblos. Pero, a pesar de las dificultades con las que se encuentran, las mujeres rurales están demostrando que saben liderar sus propias iniciativas empresariales pues son las que crean el 54% del empleo autónomo del medio rural.

La formación para la mujer rural es otra de las grandes reivindicaciones históricas de AFAMMER, pues con la formación se favorece la inserción laboral y el emprendimiento de proyectos viables y sostenibles liderados por mujeres rurales. Si generamos oportunidades para las mujeres aseguraremos el futuro y el desarrollo de los municipios y comarcas, y repercutiremos al mismo tiempo en la vertebración social y territorial del país.

Por otra parte, tenemos que lidiar con la falta de servicios en las zonas rurales y con el hecho de que, aun hoy, muchos pueblos de España no cuentan con acceso a Internet de calidad. Tenemos que aprovechar las oportunidades que las nuevas tecnologías nos ofrecen a la hora de colocar a las emprendedoras rurales en el mapa.

También hay que destacar que todavía no se reconoce el trabajo de la mujer rural en el campo. Por ello, en AFAMMER reivindicamos el relevo generacional femenino de las explotaciones agrícolas o ganaderas dando un mayor impulso a la Ley 35/2011 de Titularidad Compartida en las Explotaciones Agrarias, que nació para visibilizar el trabajo de las mujeres en el sector agrario, pero sobre todo para dar respuesta a la falta de profesionalización agraria llevada a cabo por las mujeres durante generaciones.

En cuanto a las mujeres rurales de más edad, reivindicamos más acciones para acabar con el grave problema de la soledad, pues aunque afecta también a los hombres mayores, son ellas las que lo sufren en mayor medida. De los dos millones de mayores que viven solos, el 71,9% son mujeres (1.465.600). Esta situación se agudiza a medida que aumenta la edad, pues en las mujeres que superan los 85 años en España vemos que casi la mitad vive sola (el 42,7%) frente al 23,6% de los hombres de su misma edad. El sobre-envejecimiento y la ausencia de jóvenes en las zonas rurales aumenta el problema de la soledad, una soledad que como mencionaba anteriormente tiene nombre de mujer.

Y, por supuesto, tampoco podemos olvidarnos de las mujeres rurales que sufren maltrato, sobre todo cuando las estadísticas nos dicen que el número de mujeres maltratadas que denuncia o verbaliza su situación disminuye en función del tamaño del municipio. Hablamos de mujeres que viven en círculos pequeños donde todo el mundo se conoce, donde importa mucho el “qué dirán” y que en algunos casos no cuentan ni con juzgado, puesto de Guardia Civil, Policía Local, centros de salud o centros específicos de atención a la mujer.

«La formación para la mujer rural es una de las grandes reivindicaciones históricas de AFAMMER»

¿Qué actividades y proyectos han planteado para este nuevo curso?

Tenemos planteados numerosos y grandes proyectos que serán de gran ayuda para la sociedad rural en general, y para la mujer rural en particular. Entre ellos, programas de formación para el empleo y el emprendimiento de la mujer rural. Durante nuestros 38 años de vida hemos formado a miles de mujeres que tras su formación han encontrado salidas laborales y en muchos casos han emprendido negocios que con el paso de los años se han consolidado y han creado riqueza y empleo para sus pueblos y comarcas.

Por otro lado, tenemos planteados programas enfocados a las nuevas tecnologías y a la alfabetización digital.

Aunque son las mujeres rurales las principales destinatarias de nuestros proyectos, también contamos con programas dirigidos a toda la sociedad rural como el programa de apoyo para las personas mayores del medio rural; la prevención de adicciones en el ámbito rural; nuestro servicio de asesoramiento a mujeres víctimas de maltrato que residen en zonas rurales y otros proyectos para fomentar la cultura y la lectura.

María Cano Rico

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