«Construir la resiliencia de las mujeres rurales a raíz del COVID-19»

El 15 de octubre es el Día Internacional de la Mujer Rural

Bajo este lema, la Organización de Naciones Unidas (ONU) conmemora este 15 de octubre el Día Internacional de la Mujer Rural, un día en el que hay que reconocer la labor esencial de estas mujeres que han estado al pie del cañón en la pandemia. Las mujeres rurales suponen una cuarta parte de la población mundial. Trabajan como agricultoras, asalariadas y empresarias, garantizando la seguridad alimentaria de sus poblaciones.

Tal y como indican desde la ONU: “Las mujeres y las niñas están en desventaja en esta pandemia, un problema que se agrava más aún en las zonas rurales. Las mujeres rurales ya enfrentaban, y se enfrentan, a batallas previas específicas en su vida diaria a pesar de sus roles clave en la agricultura, el suministro alimentario y la nutrición”. Y, ahora, desde el COVID-19, “les es menos probable tener acceso a servicios de salud de calidad, medicamentos esenciales y vacunas. Las normas sociales restrictivas y los estereotipos de género también pueden limitar la capacidad de las mujeres rurales para acceder a los servicios de salud. Además, muchas de ellas sufren de aislamiento, la difusión de información errónea y la falta de acceso a tecnologías críticas para mejorar su vida laboral y personal”.

Sin embargo, como señala ONU Mujeres, “pese a ser tan productivas y buenas gestoras como sus homólogos masculinos, no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor. Tampoco disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento”.

Así, y tal y como destacan desde Naciones Unidas, es primordial crear conciencia sobre las luchas de estas mujeres, sus necesidades y su papel fundamental y clave en nuestra sociedad. Además, es fundamental impulsar inversiones con perspectiva de género en las zonas rurales, así como abogar por servicios e infraestructuras básicas suficientes y, por supuesto, combatir la brecha digital existente a día de hoy.

María Cano Rico

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