Y colorín colorado…

‘Blancanieves’, ‘La Cenicien­ta’ o ‘La Bella Durmiente’ se han acabado. Y es que la última misión pedagógica del Ministerio de Igualdad ha convertido a Bibiana Aído en la mala del cuento, poniendo en el punto de mira a títulos tan populares como estos clásicos de Walt Disney. La responsable de todo ello ha sido la campaña presentada el pasado mes de abril por Igualdad, Instituto de la Mujer y el sindicato FETE UGT, ‘Educando en Igualdad’, una iniciativa que propone buscar cuentos no sexistas. Porque en palabras de la directora general del Instituto de la Mujer, Laura Seara, las historias infantiles “suelen estar llenos de estereotipos”, pues “casi todas las historias colocan a las mujeres y a las niñas en una situación pasiva en la que el protagonista, generalmente masculino, tiene que realizar diversas actividades para salvarla”.
 
Decir que el contenido sexista de muchos cuentos clásicos no existe sería absurdo porque es obvio que muchos de ellos sí que lo son. Ahora bien, la igualdad no se aprende en los cuentos, cuentos que por otra parte forman parte de nuestra vida y que deben de seguir existiendo, sabiendo explicar al niño que la realidad no es así. Así lo hacía mi madre y mis profesores conmigo y hoy, os lo aseguro, tengo muy claro que las enfermeras o enfermeros no tienen por qué ser siempre mujeres o que las mecánicas o mecánicos hombres. Por otra parte, se debe de pensar que los maestros están todavía en las escuelas de sus abuelos para proponerles ideas que hace tiempo que llevan a cabo. Y es que este tipo de polémicas lo único que hacen es distraer la atención que debería centrarse en otros temas, es una manera de buscar excusas para no hablar de lo realmente importante. ¿Hablamos de calidad en la educación?
 
Isabel García
redaccion@mujeremprendedora.net

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Cyborg, principitos y asteroides

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