Una lengua bien afilada

Gloria BellidoGloria Bellido

Una de las cosas a las que más respeto da es enfrentarse a una página en blanco. Una página en blanco que queremos rellenar con algún pensamiento, una reflexión, una emoción o simplemente con una nota informativa.
 
Pensar si seremos capaces de transmitir de forma fiel y exacta aquello que tenemos en la cabeza es algo que a mucha gente le cuesta mucho esfuerzo, mientras que otros parece que tienen algún tipo de pacto con el diablo que les permite escribir exactamente aquello que están pensando.
 
Últimamente, y cada vez más, estoy conociendo a gente que quiere aprender a escribir bien, ya sea a través de breves cursos introductorios o a través de un máster más especializado. Y la verdad es que esa parece una asignatura bastante abandonada en nuestro sistema educativo. Nos enseñan dónde van las comas y los puntos, a colocar bien las tildes y las mayúsculas e, incluso, nos enseñan a analizar y comprender la estructura sintáctica de las frases, sin embargo, en muy pocas ocasiones nos enseñan a decir aquello que queremos decir. El uso del lenguaje, la pragmática, es un punto secundario en el temario de Lengua y Literatura Española.
 
Quizás sea por eso que muchas veces nos encontramos en la situación de querer transmitir una cosa y no poder hacerlo de la manera que nos gustaría. “No puedo expresarlo con palabras”. “Lo tengo en la cabeza pero no sé cómo decirlo”, son expresiones comunes que nos encontramos cuando se trata de escribir o decir cosas un poco más complicadas que las habituales.
 
Y es una auténtica pena porque el español es una lengua muy rica, con muchísimas palabras y expresiones que nos ayudarían en nuestra tarea. No es un problema de la herramienta sino de aquel que la usa sin sacarle todo el provecho que podría.
 
Si todos domináramos mejor el arte de transformar nuestros pensamientos en palabras todo sería mucho más sencillo. Pensad en todos los malentendidos, en todas las veces que habéis soltado algo que no era exactamente lo que queríais decir.
 
Por todo eso me parece estupendo que haya gente que dedique un poco de su tiempo a aprender a escribir porque es algo que nos puede servir, sea cual sea nuestra profesión o circunstancias, y seguro que el esfuerzo nos dará muchas satisfacciones futuras.
 
Esa es mi sugerencia para las tareas de inicio de año. Ya que está visto que eso de dejar de fumar, ponerse a régimen o apuntarse a un gimnasio siempre acaba fallando, ¿por qué no probar con nuevas vías de satisfacción personal?
 
Yo termino con algo muy fácil de expresar: Os deseo un muy feliz 2012 a todos. ¡Ojalá sea mucho mejor que el anterior!
 
Gloria Bellido
bellido@mujeremprendedora.net

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