El momento de coser la brecha salarial

TANIA CAMON

Desde hace 10 años, el 22 de febrero se conmemora en España el Día por la Igualdad Salarial entre mujeres y hombres para evidenciar la desigualdad en la retribución que unas y otros perciben por trabajos de igual valor.

Habrá quien piense que no es para tanto, pero la realidad es que, a día de hoy, las mujeres y los hombres no reciben el mismo salario por trabajos de igual valor. Es más, la situación provocada por el COVID, ha incrementado considerablemente esta desigualdad.

Según datos de febrero 2020 del Ministerio de Hacienda, la brecha salarial en España era de 4.915 euros anuales. Para entenderlo fácil, como media las mujeres trabajamos dos meses gratis al año, con respecto a nuestros homólogos masculinos. El sueldo de las mujeres debería crecer un 28% para igualar al de los hombres. A diciembre de 2020, y según datos de la OIT, este porcentaje había subido hasta el 36%.

Aunque en los últimos años, se está realizando un esfuerzo normativo para luchar contra esta desigualdad, no es suficiente. Cuando ponemos sobre la mesa el debate de la igualdad de género, cualquier desarrollo normativo atiende desigualdades evidentes u objetivas. Pero la realidad es que los grandes peligros vienen de desigualdades subjetivas, más difíciles de demostrar y combatir.

Centrándonos en la realidad de nuestro país, se toman como referencia los ingresos brutos medios por hora diferenciados por sexo. El motivo es el número de mujeres que realizan trabajos a tiempo parcial. De hecho, el aumento de la brecha a causa del COVID no ha sido tanto por la destrucción de empleo (3%), como por la reducción de las horas de trabajo (9%)

Y aquí salta otra alarma, no pareciendo descabellado pensar que ésta es la única forma que las mujeres tienen para seguir trabajando y conciliando sus responsabilidades familiares.

Hay más datos que evidencian que el rol de cuidadora penaliza duramente a la mujer en lo que a retribución económica se refiere.

En primer lugar, la brecha salarial crece a medida que aumentan los tramos de edad (la diferencia salarial hasta los 35 años se triplica a partir de los 55). Y también aumenta la brecha para los tramos salariales más altos (de una igualdad salarial en tramos hasta 25.000 euros brutos anuales, a una diferencia de 31.000 euros en salarios a partir de 100.00 euros). Y es que tomando como ejemplo empresas del IBEX 35, solo el 19% de los cargos directivos más altos están ocupados por mujeres.

Por otro lado, la diferencia de salarios en función del sector productivo. Los sectores altamente feminizados tienen salarios más bajos (y nuevamente se relacionan con servicios relacionados con los cuidados); frente a sectores tecnológicos o financieros, masculinizados y con salarios mayores.

Parece obvio que, al hablar de posibles soluciones para atajar la brecha, hay que poner sobre la mesa la conciliación, que cualquier persona pueda atender su desarrollo personal, su desarrollo profesional y sus responsabilidades familiares.

Personalmente defiendo una conciliación real que se trabaja y se fomenta desde las propias empresas, atendiendo a las particularidades de las personas que forman parte de ellas. Y desde las Administraciones, se debe favorecer e incentivar a las organizaciones que defienden y trabajan la conciliación para sus equipos de una manera comprometida. Ante igualdad real de oportunidades, la brecha salarial empezará a cicatrizar.

Tania Camon, coach y experta en conciliación

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