“Las empresas iniciadas por mujeres repercuten positivamente en la comunidad en la que trabajan”
SUSANA ZABALLA
Deja la presidencia de EmakumeEkin tras cinco años al frente
Susana Zaballa es la presidenta de la Asociación Vasca de Mujeres Emprendedoras-EmakumeEkin. Consultora organizacional, ayuda a las organizaciones a crecer desarrollando una cultura que cuide del bienestar de las personas para que así puedan desplegar todo su potencial. Su perfil académico es financiero, con un MBA realizado en ESIC y, además, está especializada en aplicaciones de mindfulness en organizaciones a través de la Universidad de Oxford.
¿Podría hablarnos de la Asociación Vasca de Mujeres Emprendedoras? ¿Cómo y cuándo nace?
EmakumeEkin nace hace seis años. Varias mujeres trabajábamos acompañando a personas emprendedoras a desarrollar su plan de negocio y vimos que había una diferencia de género a la hora de afrontar el emprendimiento. El ejemplo más claro nos los dieron dos personas con igual capacitación, un hombre y una mujer con el mismo proyecto: un restaurante. Él quería pedir un préstamo al banco de 200.000 euros para el local y ella se arreglaba con 3.500 euros que le prestaba una cuñada para una furgoneta: empezaría alquilando una cocina en un restaurante y llevando comida a domicilio. Y, si todo iba bien, con el tiempo, montaría un restaurante propio. Nos formamos, acudimos a redes internacionales, leímos multitud de informes y buenas prácticas, y nos dimos cuenta de que había ya muchas iniciativas públicas y privadas que defendían la necesidad de incorporar la perspectiva de género a la hora de apoyar la iniciativa emprendedora. En ese momento, decidimos que era coherente crear una asociación que tuviera ese objetivo y lo hicimos.
¿Cuáles son sus propósitos y filosofía?
Nuestro propósito es promover, apoyar y visibilizar el emprendimiento iniciado por mujeres. Creemos que el talento de las mujeres no está plenamente incorporado en el sistema empresarial y trabajando por salvar ese gap estamos trabajando para lograr una sociedad más equitativa y eficiente. La filosofía es, por un lado, que la perspectiva de género sea transversal y, por ello, revisamos todo, desde metodología, especialmente diseñada para sacar todo el potencial de cada evento, programa o taller, hasta contenidos, comunicación, etc. Por otro lado, servir a la comunidad de mujeres emprendedoras, es decir, no perder nunca de vista cuáles son sus verdaderas necesidades, cuáles son sus aspiraciones. Para ello, hay que estar cerca, observar, preguntar, no suponer ni decidir cómo debieran de ser, sino apoyar lo que son y lo que quieran ser en un futuro.
¿Con cuántas asociadas cuenta actualmente y cuál ha sido su evolución?
En la actualidad, cerca de 130 asociadas. Hemos crecido mucho en los dos últimos años ya que durante varios años eramos 20. Nacimos en Bizkaia, por lo que la mayor parte de las asociadas, en la actualidad, son vizcaínas. Uno de nuestros objetivos es atraer a más emprendedoras de Gipuzkoa y Álava para alcanzar un objetivo territorial que será beneficioso para los proyectos de todas las socias.
¿Podría hablarnos de los proyectos que han llevado a cabo desde que se incorporó como presidenta de la Asociación?
Nuestro primer proyecto fue un itinerario de acompañamiento a mujeres que habían creado su empresa recientemente. El programa se llama Andrekintzailea y el año pasado se inició la quinta edición. Incluye formación en todas las áreas empresariales (finanzas, marketing, innovación, etc.), coaching y mentoring. También, el año pasado, creamos una escuela de programación para mujeres en paro de larga duración, La Escuela de Mujeres Programadoras, acompañadas por Gaia, el clúster vasco de las empresas tecnológicas. Se trata de un sector tractor de la economía donde estamos infra-representadas. Estos programas han sido promovidos por la Diputación de Bizkaia. Además, llevamos dos años desarrollando un programa de bienestar con perspectiva de género para grandes empresas de Bizkaia, Getxo Wellness Hub, con el doble objetivo de trabajar el bienestar, pero también crear lazos entre grandes empresas y pequeñas empresas promovidas por mujeres. Ya han nacido colaboraciones muy fructíferas de estas conexiones. Este año, con la filosofía de que hay otra forma de emprender en la que las personas no tienen que autoexplotarse, hemos ayudado al departamento de promoción económica del Ayuntamiento de Getxo a diseñar un programa para fomentar el bienestar en el emprendimiento: Ekin Sano. Estos son algunos ejemplos, los más representativos. Además, desarrollamos actividades periódicas como un encuentro mensual compartiendo conocimiento sobre un tema concreto relacionado con el emprendimiento, encuentros informales de networking tomando café o compartiendo una comida, nuestro evento estrella que celebramos alrededor del Día de la Mujer Emprendedora que llamamos Neskworking y que es un encuentro-celebración en un sitio especial. Estos dos últimos años lo hemos realizado en un vagón de tren que Euskotren cierra para nosotras en el viaje de Bilbao a Donostia. Y, para el 19 de noviembre de este año, estamos organizando un evento muy especial, un WorlCoffee de mujeres emprendedoras, descentralizado, con el objetivo de dar visibilidad y crear red.
¿Qué opina del asociacionismo?
Crear red supone mucho más de lo que podamos esperar. La red para nuestras asociadas supone un espacio para compartir ideas, conocimiento, obstáculos y oportunidades, recargar energía, un apoyo emocional, un acompañamiento en este camino tan solitario, una forma de visibilizar el peso de los roles de género en el emprendimiento, cuestiones que pensabas individuales y que comparten otras mujeres, un lugar donde encontrar colaboradoras con las que puedes crear proyectos más ambiciosos. La asociación permite disponer de un espacio propio, de confianza, sin interferencias para priorizar o enfocarse en el negocio y en el que surge el empoderamiento y la motivación.
Por otra parte, ¿cómo valora la situación del emprendimiento en el País Vasco?
En el País Vasco existe una amplia red pública de apoyo a las personas emprendedoras. Como en otros sitios, carecemos de capital privado para apoyar el emprendimiento. Por ello, la realidad es que la financiación proviene de medios tradicionales. La aversión al riesgo es también muy alta frente a otros ecosistemas emprendedores como pueda ser el estadounidense. Debemos ser conscientes de cuáles son nuestros valores y reforzarlos, no tratar de imitar un modelo que no se acopla a nuestra realidad. Creemos en el emprendimiento slow, en un crecimiento orgánico. Es tu modelo de negocio lo que aporta valor a tu empresa, no la captación de inversión. En todos estos años no hemos visto un solo caso en el que la pequeña empresa de una emprendedora haya sido adquirida por una gran empresa a cambio de millones de euros.
¿Y la situación de la emprendedora y empresaria española en general? ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta?
Como emprendedoras, resaltaría la escasez de capital, que afecta tanto a hombres como a mujeres. Ahora bien, los estereotipos nos vienen afectando negativamente. El capital privado suele estar en manos masculinas, y vienen decantándose por invertir en modelos empresariales que les resultan familiares porque coinciden con su forma de hacer. Como mujeres, constatamos que nos enfrentamos al peso de los roles de género. Un ejemplo: en el emprendimiento, el gap salarial es todavía más alto que en el empleo por cuenta ajena. Son datos de 2014, pero si la brecha salarial era del 16% por cuenta ajena, en el emprendimiento era del 28%. Otro ejemplo, el número de mujeres emprendiendo en el sector tecnológico es muy inferior al número de hombres (alrededor de un 8% de las empresas tecnológicas en toda Europa son promovidas por mujeres). Teniendo en cuenta que es un sector tractor de la economía y uno de los más apoyados institucionalmente, esta infrarrepresentación tiene consecuencias importantes.
¿Cómo se podría impulsar un mayor protagonismo de las emprendedoras y empresarias?
Haciéndolas protagonistas. Hay que cambiar la mirada. Por un lado, los medios y las instituciones deben esforzarse por visibilizar a las mujeres que ya están y apoyar a las que están intentándolo. Por otro lado, el éxito no es únicamente poder y dinero, además de que los modelos de éxito son diversos y es preciso dar visibilidad a esa diversidad. Existe una tercera pata, la repercusión de nuestro trabajo en el bienestar de las personas. La repercusión positiva en la comunidad en la que la empresa desarrolla su actividad debiera de ser un factor más del éxito. Está comprobado que las empresas iniciadas por mujeres repercuten positivamente en mayor medida en la comunidad en la que trabajan que las empresas promovidas por hombres.
Finalmente, ¿podría hacer balance de los cinco años que ha estado al frente de la Asociación?
Durante estos años, EmakumeEkin ha crecido y se ha ganado la confianza de las mujeres emprendedoras, de las instituciones y de la sociedad en general gracias a un trabajo profesional y de gran calidad, pero, sobre todo, gracias a su cuidado continuo por generar un impacto positivo en la comunidad por y para la que trabajamos. En mi caso, estar al frente de este proyecto me ha permitido aprender muchísimo, conocer profundamente el ecosistema emprendedor, crear relaciones positivas con personas de gran talento con las que he aprendido a colaborar a pesar de nuestras diversas procedencias y pareceres, tomar conciencia de que la resiliencia, la paciencia y la amabilidad son herramientas fundamentales si queremos lograr un cambio de cultura.
María Cano Rico