Siete mujeres analizan el papel de éstas en la cultura

La mujer está más presente en el ámbito de la cultura que en otros marcadamente masculinos, pero aún queda mucho camino por recorrer para llegar a una situación igualitaria. Esta es la conclusión a la que han llegado siete mujeres representativas del sector cultural durante el debate celebrado recientemente sobre “Mujer y Cultura”, organizado por <?xml:namespace prefix = st1 ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags» />la Fundación Universidad Rey Juan Carlos y la Fundación Eduardo Barreiros. <?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» />Pilar Citoler, María Isabel Falabella, Rosa Montero, Ymelda Navajo, Ouka Leele, Paloma Sobrini y Rosa Vergés, todas ellas mujeres que ocupan un destacado papel en sus respectivas profesiones, han coincidido en señalar los avances de los últimos años aunque todavía no se haya alcanzado la plena representación.<?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» /> A nivel individual, cada ámbito tiene unas características diferentes. Para Pilar Citoler, Presidenta del Patronato del Museo Reina Sofía, “en los medios museísticos la mujer está ocupando cargos de alto nivel, desde direcciones, asesorías, patronatos, proyectos curatoriales, tanto en museos como en centros de arte, aunque siempre en una proporción menor que el hombre”.   <?xml:namespace prefix = st1 ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags» />La escritora Rosa Montero reconoce que, en el ámbito de la literatura, la situación sigue sin ser del todo igualitaria. “Hay muchas mujeres escribiendo, publicando y vendiendo mucho, pero en cuanto subimos un escalón hacia la cultura más oficial o representativa, las mujeres desaparecen”. En el ámbito editorial se produce una circunstancia similar.  “Aunque en la industria del libro  hay una gran representación femenina, siguen faltando mujeres en los altos niveles de dirección”  afirma la editora Ymelda Navajo. Paloma Sobrini, Decana del Colegio de Arquitectos de Madrid, confía en una profesión que dentro de unos años será mayoritariamente femenina. “En los años 70 había en la carrera de arquitectura un 15% de mujeres estudiantes, actualmente el porcentaje ha aumentado hasta el 65% del total, lo que significa que en un futuro cercano más de la mitad de los profesionales de la arquitectura serán mujeres”, asegura. Rosa Vergés, directora de cine, advierte del peligro que supone difundir una imagen prototipo  de la mujer, tanto en la creación en general como en los medios audiovisuales, ya que la mayoría de las veces es falsa y confusa. “En mi opinión, el camino para cambiarla es la educación, ofrecer a las nuevas generaciones una imagen justa de la mujer”. Para la fotógrafa Ouka Leele, es sorprendente que pese a que existe una brillante representación femenina en el mundo de la cultura, los premios que se otorgan a las mujeres son muy inferiores a los que reciben los hombres. “Si pienso en los premios nacionales de fotografía y en los quince años que llevan dándolos sólo hay dos mujeres premiadas”. Por su parte, la Presidenta de las Juventudes Musicales de Madrid, Maria Isabel Falabella, considera que mejorar la situación depende “de las personas implicadas, aunque a nivel general siempre es mejorable”. Casi todas en contra de las cuotas  Sobre la polémica medida de cuotas todas las ponentes se mostraron poco partidarias, aunque con matices.  Rosa Montero considera que son necesarias, “pero me causan desasosiego e incomodidad ya que, aunque intentan compensar una situación sexista, también pueden producir un efecto boomerang discriminatorio y paternalista”.  Para Pilar Citoler, “las cuotas han sido una fórmula para asegurar la presencia y participación de la mujer, pero poco a poco tienen que ir desapareciendo. En principio considero que la medida es humillante”.  Las participantes destacaron que el talento no entiende de género y que si la medida tiene algún sentido en el ámbito político no lo tiene en el de la creación o la empresa privada.  Paloma Sobrini, por su parte, señaló anecdóticamente que tuvo problemas para llegar al cupo masculino cuando tuvo que formar su Junta de Gobierno “aunque estoy convencida que la arquitectura no entiende de género”.

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