Nazarenas de sí o sí

Surrealista, pero cierto. Tan surrealista como cierto que en pleno año 2011 todavía se forme la que se forme porque la igualdad de sexos en las cofradías sevillanas haya conquistado con las nazarenas uno de los últimos basti…

Nazarenas de sí o sí

Isabel GarcíaIsabel García

Surrealista, pero cierto. Tan surrealista como cierto que en pleno año 2011 todavía se forme la que se forme porque la igualdad de sexos en las cofradías sevillanas haya conquistado con las nazarenas uno de los últimos bastiones de sensatez. Que sí, que mejor tarde que nunca pero… ¡qué tarde! Y es que no nos engañemos, que el ya famosísimo decreto del arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, por el que ordena a las hermandades de la capital hispalense a aceptar a mujeres en la estación de penitencia y que se ha vendido como el gran elefante blanco, no es más que un decreto light, que en mi opinión tenía que haber llegado hace ya muchos años, y que ha sido pedido por los tres hermanos mayores de las cofradías implicadas ante la vergüenza de enfrentarse a un nuevo “no” en una votación en sus cabildos. Y no me extraña, a mi también me daría vergüenza, y mucha.
 
Como vergüenza me da, y cada vez más, de presumir de una Semana Santa tan grande como la de mi ciudad en la que la igualdad brilla por su ausencia. Porque aunque dicho decreto al determinar la “plena igualdad de derechos” deja la puerta abierta para que las hermanas también puedan desempeñar, tanto en los cultos internos como en la estación de penitencia otros cargos (gracias, por cierto…), mucho tendremos que ver llover para que eso sea verdad. Porque… si un hermano tiene derecho a salir de costalero, una hermana también; si un hermano tiene derecho a salir de acólito, una hermana también; si un hermano tiene derecho a salir de ‘armao’, una hermana, ¿por qué no? A ver, que esto es como todo, mientras las Juntas de Gobierno estén copadas por hombres que recelan de la presencia femenina (no hay una hermana mayor en las 60 hermandades que desfilan en la Semana Santa sevillana) poco avanzaremos.
 
Isabel García

Concilia… ¿qué?

Isabel GarcíaIsabel García

El papá trabaja, la mamá también, los horarios laborales españoles son eternos, y los intentos de quienes se han dispuesto a conocer el maravilloso mundo de la paternidad para conciliar la vida laboral y la familiar parecen misión imposible. Una misión imposible que para muchos parecería más posible si en lugar de colegios y guarderías (perdón, escuelas infantiles), entendidas como instituciones educativas, tuviéramos ‘hotelitos’ infantiles con horarios como el del Opencor de debajo de mi casa, abierto los 365 días del año de 8 de la mañana a 2 de la madrugada.
 
Esta es la idea actual del gran progreso: pedir guarderías (perdón, escuelas infantiles) sin importar el hecho de que apenas veas a tu hijo o al padre o a la madre del susodicho. Hala, ahí llevas la conciliación de la vida laboral y… ¿familiar? Pero… ¿qué demonios hemos entendido por conciliación laboral y familiar? Yo a esto lo llamo conciliación laboral. Así, a secas. La palabra familia no entra desde el momento en el que los niños sólo aparecen por casa para bañarse, cenar e irse a la cama, y así, día tras día. Que sí, que estamos a años luz de Europa, pero no sólo en calidad educativa, también en derechos laborales. La conciliación se debe atajar en las empresas, incitándolas a adaptar el horario de trabajo al que se cumple en Europa: déjense de 2 ó 3 horas para comer y, por favor, salgan a las cinco. Es incomprensible que haya que estar trabajando hasta las ocho en las oficinas, con el consiguiente derroche energético. ¡Menos regalar bombillas de bajo consumo y más requerimiento para apagarlas en las oficinas! Y menos poner a la sociedad en contra de los profesores con medidas ¿pedagógicas? como la de adelantar el inicio del curso escolar y más comprender la finalidad de la escuela. Luchemos por una mejora en los derechos laborales, y dejemos de defender el trabajar desmesuradamente aún a costa de negarles a nuestros hijos la posibilidad de disfrutar de nosotros. Ahora bien, tampoco es plan de abusar porque lo del día del profesor (perdón, de la comunidad educativa) o la semana blanca…
 
Isabel García

Concilia… ¿qué?

El papá trabaja, la mamá también, los horarios laborales españoles son eternos, y los intentos de quienes se han dispuesto a conocer el maravilloso mundo de la paternidad para conciliar la vida laboral y la familiar parecen …

Tras las cámaras

Sentada en una sala de cine, en uno de esos complejos que explotan milimétricamente cada uno de sus rincones con butacas reclinables, aire acondicionado y, cómo no, el run run de los que sorben la coca cola de turno o comen palomitas de f…

Tras las cámaras

Isabel GarcíaIsabel García

Sentada en una sala de cine, en uno de esos complejos que explotan milimétricamente cada uno de sus rincones con butacas reclinables, aire acondicionado y, cómo no, el run run de los que sorben la coca cola de turno o comen palomitas de fondo, termina el film y llega el momento de los créditos. Busco y, rara vez, encuentro. Rara vez encuentro nombres de mujer entre el sinfín de profesionales que aparecen reflejados en esas mega pantallas cinematográficas, entre operadores de cámara, iluminadores, directores de fotografía, guionistas, realizadores,… y por supuesto, directores. Ahora, eso sí, entre maquillaje, peluquería o vestuario, ¡a ver si tienen ustedes suerte y encuentran a un hombre…!
 
Las mujeres constituyen la mitad de la población y son el 65% de las estudiantes en las carreras universitarias del ramo. Sin embargo, sólo apenas un 8% de las películas que se producen en España son dirigidas por mujeres; sólo el 20% de los guiones cinematográficos cuentan con participación femenina; y en Andalucía, pese a que las mujeres representan el 65% de las personas profesionales del sector del cine y medios audiovisuales, sólo tres directoras han estrenado hasta ahora sus obras en el circuito comercial. Por todos estos porcentajes, y porque nunca hasta ahora se había mandado una película dirigida por una mujer, me alegró tanto la elección de ‘También la lluvia’ de Icíar Bollaín como precandidata española a los Óscar, aunque finalmente quedara fuera de las quinielas a pesar de lograr un puesto entre las nueve primeras producciones finalistas. Como me alegran las 13 nominaciones que suma para la próxima XXV edición de los Premios Goya, y como me alegrará, porque espero que la Academia de Cine así me lo permita, ver desfilar por la alfombra roja del escenario del Teatro Real de Madrid el próximo 13 de febrero a mucho talento con nombre de mujer de la industria cinematográfica española.
 
Isabel García

Quiero …

Queridos Reyes Magos, después de muchos años, vuelvo a escribir mi carta para solicitar vuestros servicios. Porque, lo cierto, es que desde que me enteré que los Reyes ni erais tan mágicos ni veníais de Oriente, mis p…

Quiero …

Isabel GarcíaIsabel García

Queridos Reyes Magos, después de muchos años, vuelvo a escribir mi carta para solicitar vuestros servicios. Porque, lo cierto, es que desde que me enteré que los Reyes ni erais tan mágicos ni veníais de Oriente, mis peticiones las había dirigido a otros estamentos, que se presumía, tenían más poder… Visto que éstos son tan o menos ‘magos’ que vosotros, ustedes son mi último recurso.
 
Empiezo. Quiero un modelo avanzado de aquello que ya nos trajisteis a los españoles en la Navidad de 2004, la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género; un modelo que no permita que se repita la sangría del año que acabamos de cerrar con más de 70 mujeres muertas a manos de sus parejas o ex parejas, cada caso, con un nombre y apellido detrás. Quiero que la palabra corresponsabilidad deje de sonar preciosa en el discurso de nuestros políticos y que de una vez por todas se refleje en cada uno de los hogares de nuestro país. Quiero que aumente el número de mujeres en los equipos directivos y en los Consejos sin necesidad de cuotas, que se apueste realmente por una mayor diversidad de liderazgos y por equipos mixtos de alta dirección. Quiero que los hombres, como padres, ocupen su lugar y que ese lugar se refleje en los permisos de paternidad y en la custodia de los hijos pero también en sus casas, empezando a faltar de sus trabajos o siendo ellos quienes se acojan al periodo de excedencia el mismo tiempo que las madres para cuidar a sus hijos. Quiero que el número de plazas que se ofrece en las guarderías públicas deje de ser insuficiente. Quiero que la palabra conciliación llegue a los colegios de modo que las familias no tengan que hacer malabarismos para atender a sus hijos en verano, Navidad, Semana Blanca, Semana de Carnaval, Semana Santa… Y bueno… ya, si no es mucho pedir…, quiero volver a sentarme con mis sobrinos a las 4 de la tarde a ver una televisión que vuelva a ser un espacio divertido, educativo y con fundamento. Sin más, agradeciéndoles a Sus Majestades de antemano su atención, me quedo en espera de respuesta por su parte.
 
Isabel García

12 meses de desnudos

Enero, el mes de los bomberos. Febrero, el de las auxiliares de vuelo. Marzo, el de los universitarios. Abril, el de los futbolistas de regional preferente. Mayo, el de los policías municipales. Junio, el de las profes de escuela… y as&ia…

12 meses de desnudos

Isabel GarcíaIsabel García

Enero, el mes de los bomberos. Febrero, el de las auxiliares de vuelo. Marzo, el de los universitarios. Abril, el de los futbolistas de regional preferente. Mayo, el de los policías municipales. Junio, el de las profes de escuela… y así, hasta diciembre. Y es que ya hoy no hay gremio laboral que no tenga su correspondiente calendario fotográfico ligerito de ropa, calendarios al más puro estilo Full Monty que en estos días marcan inexorablemente la llegada de estas fechas tan… ¿entrañables?, apareciendo como de debajo de la mesa de la mano de hombres y mujeres dispuestos a recaudar fondos para una u otra causa, sea ésta meramente económica, reivindicativa o solidaria.
 
Igual soy yo, pero… ¿no empieza a cansar ya tanto desnudo reivindicativo? Recuerdo que los primeros calendarios que se hicieron con fines benéficos en los que aparecieron mujeres u hombres con poca ropa, me gustaron. Me parecieron ideas simpáticas, audaces en muchos casos y originales en otros, pero hoy, lejos de su intención inicial, han acabado por convertirse en el punto de mira de todos los sectores. Las asociaciones feministas protestan por el desnudo de ambos sexos; las de consumidores por lo ilícito del método para vender; y los expertos en publicidad y fotografía, por la poca profesionalidad con la que se realizan.
 
Todos tienen algo que decir cuando lo verdadera lamentable es que la sociedad actual tenga tan pocas ideas que cada vez que necesite dinero para alguna causa tenga que desarmarse de ropa y armarse de cámara en lugar de articular mecanismos más eficaces, más serios y con menos culos al aire.
 
Isabel García

Periodismo
Constructivo