“Soy una empresaria feliz con lo que hago y con lo que tengo”

RIANSARES LORIENTE

Riansares Loriente es la cofundadora de Ansares Hotel y Restaurante Essentia.

Háblenos de su trayectoria.

Provengo de una familia de empresarios, pero cierto es que desde pequeña no quería formar parte de ello. Para mí, mezclar trabajo y familia me resultaba muy violento, así que busqué la vida por mi cuenta. Siempre he sido una persona muy inquieta laboralmente hablando, me apasionaba trabajar. Para mí el paso de dejar de estudiar a trabajar fue maravilloso, de hecho, ya trabajaba en empresas mientras estudiaba en la universidad. Esa pasión me ha llevado a pasar por muchos trabajos y departamentos. Bien es cierto que no tenía una vocación clara, entonces he ido probando siempre, buscando cada vez retos más grandes, trabajando en grandes empresas como por ejemplo Adecco o PwC.

Un salto dio a mi vida cuando vi que no podía estar continuamente cambiando de trabajo, tenía que frenar esa costumbre, así que me empecé a interesar por la empresa familiar. Ya era más adulta y después de trabajar en diferentes compañías decidí que mi familia tenía una empresa que merecía mucho la pena y que ya era el momento de cambiar de idea y poder trabajar junto con mi familia para seguir creciendo. Cuando se lo comenté a mi familia me comentaron que iban a crear un nuevo departamento que se llamaba “Mejora Continua” (o Lean Manufacturing, como lo conocen internacionalmente). Cuando me explicaron el puesto me encantó: proyectos muy diferentes, tendría la oportunidad de gestionar personas y crecer mucho profesionalmente, era el puesto que estaba buscando, era feliz.

Me casé con el amor de mi vida y a los tres años de trabajar en la empresa familiar me quedé embarazada. Todo siguió yendo a la perfección hasta que di a luz a mi hijo, entonces, sin darme cuenta, estaba cargando sobre mí una responsabilidad muy grande, tanto personal como profesionalmente. Me levantaba a las 5:30 de la mañana, organizaba todo para conducir 80 km, dejar a mi hijo a mi madre, trabajar, recoger a mi hijo y conducir otros 80 km de vuelta a casa. Siempre me daban las 19:00 h. de la tarde, baños, cenas y a dormir. Al principio lo llevaba bien, pero a los cinco meses del nacimiento de mi hijo me volví a quedar embarazada… como podéis imaginar tenía que hacer lo anteriormente mencionado a parte de estar embarazada. Los dos primeros meses lo llevé más o menos, pero sin darme cuenta entré en una depresión. No podía dejar de ser madre ni mi maravilloso puesto de trabajo, y fui cayendo poco a poco en el hoyo.

Mis más allegados se dieron cuenta de que algo me ocurría y, después de varias conversaciones con mi familia, me ofrecieron la oportunidad de controlar el patrimonio familiar y la posibilidad de crear un nuevo negocio que, en este caso, es el Restaurante Essentia. Compramos un antiguo mesón de nuestro pueblo, Tarancón, lo reformamos y, desde entonces, fue cuando me hice empresaria. Dejé mi trabajo soñado por un proyecto propio que me resultaba muy estimulante, no solo por la oportunidad de tener un negocio, sino también por la flexibilidad que dicho negocio podría dar a mi vida. Por fin podía quitarme la capa de super woman.

Desde luego al principio no fue así. La creación de un nuevo negocio, sobre todo un restaurante que no cierra y madre de dos preciosos hijos fue duro, pero, desde entonces, he pasado por muchas fases. He tenido momentos de euforia y momentos muy estresantes, pero no me arrepiento de ninguno de ellos porque, a día de hoy, soy feliz con mi maternidad, con mi matrimonio, con mi familia y con mi trabajo. Cuando he necesitado ayuda la he pedido y cuando he necesitado formación la he realizado.

Poco antes de la pandemia, contraté un master, impartido por Eli Romero. La razón fue que estaba en construcción lo que hoy es ya una realidad, el Hotel Ansares. El hecho de tener un nuevo reto y un negocio ya en movimiento me enseñó que era necesario que me formara, y ha sido una de las mejores experiencias que he tenido. Creo que lo hice en el momento oportuno, porque un mes después vino la pandemia, y como os podéis imaginar, tuve que cerrar mi negocio, pero en vez de deprimirme y dejar el tiempo pasar, aprendí que las crisis son para reorganizarte y adaptarte a las nuevas situaciones y sobrevivir. El compartir ese momento con un montón de empresarias y con Eli y su equipo mantuvo mi llama viva y no solo no paramos, sino que lanzamos una línea de negocio nueva, la “tienda online” que sigue funcionando.

A mediados de agosto de 2020 abrimos las puertas de nuestro precioso hotel. Mucha gente me pregunta que cómo no nos esperamos a que hubiera una normalidad, que a lo mejor hubiéramos conseguido tener más visibilidad, pero mi respuesta fue: es un proyecto que teníamos ya planificado.

Como es lógico, cada negocio necesita su tiempo de asentamiento y rodaje y, desde luego, no se va a llenar el primer día, así que, ¿por qué no? El hotel está funcionando. Desde luego tiene mucho que ofrecer cuando todos nos podamos reunir, pero de momento aporta lo que las personas de hoy en día necesitan: seguridad, limpieza y profesionalidad.

Sigo trabajando en el equilibrio de mi vida personal y profesional, pero puedo decir que, hoy en día, soy una empresaria feliz con lo que hago y con lo que tengo.

Usted es hija de Emilio Loriente, presidente de Incarlopsa, proveedor de Mercadona. ¿Qué valores ha aprendido de su padre?

Yo de mi padre lo he aprendido todo. Me ha enseñado a ser trabajadora, responsable, a no conformarme, humanidad, a ser arriesgada, me ha enseñado a valorar lo que tenemos y, sobre todo, no olvidar los sacrificios que hemos tenido que hacer para conseguirlo, la cosas no llueven del cielo, todo tiene un proceso. Todo esto tanto él como mi madre, me lo han enseñado desde que era pequeña. Toda la vida hemos tenido una responsabilidad muy grande para con nuestros empleados. Creo que he tenido mucha suerte de tener la familia que tengo y espero que, en un futuro, mis hijos puedan decir lo mismo de mi y de mi marido.

Además, es la tercera generación de una familia referente del sector cárnico en España, ¿qué se siente al formar parte de ese legado?

Es muy emocionante. La verdad que admiro a cada uno de mis tíos y primo que lideran el negocio. Yo he trabajado en muchas empresas, pero como en la nuestra en ninguna, no solo porque sea nuestra, sino porque la forma de trabajar que tenemos es muy personal, allí todo el mundo tiene nombre, no un número y las decisiones se toman siempre pensando en cómo van a afectar al trabajador. Somos personas muy cercanas, no sé si es porque somos de un pueblo, pero la respuesta que tienen los trabajadores es increíble, ellos nos han ayudado a levantar la empresa y son un valor muy importante para nosotros.

¿Cómo ha evolucionado el sector en estos años?

Cada sector es un mundo. El sector de la hostelería es muy difícil de manejar, porque tienes que mantener un equilibrio perfecto entre personal y clientes, pero por lo general, siempre ha sido un sector que ha funcionado bien. Ahora con la pandemia hemos sufrido mucho, los cierres, las restricciones y, sobre todo, la falta de planificación es bastante desesperante. Es muy difícil generar un presupuesto o una estimación de cómo va a ir el año cuando no sabes qué es lo que va a pasar mañana. Solo puedo decir que poco a poco se va viendo la luz, pero muy poco a poco. Esta pandemia ha dejado mucha herida en cada persona y de formas diferentes todavía estamos expectantes de cómo va a resultar el año.

¿Qué caracteriza a Ansares Hotel? ¿Qué le une con su nombre?

Ansares Hotel es un hotel de cuatro estrellas que consta de 70 habitaciones, 60 estándar, 10 deluxe y dos suites, pero no solo es eso. Hemos querido poner todo nuestro cariño en la decoración. Que una vez entres te olvides del exterior y empieces a vivir la experiencia Ansares. Cada rincón tiene un maravilloso detalle. Hemos trabajado con los mejores proveedores para que todo lo que experimentes sea de calidad (hasta los clientes nos piden la tarjeta el proveedor de colchones porque les encanta). Queremos que la gente se enamore de nosotros y, sobre todo, que disfrute. Tenemos un auditorio para 240 personas. Nos dirigimos también al sector empresarial, ¿qué mejor que pasar una reunión anual en nuestras instalaciones, que son muy agradables, con la última tecnología y, además, con el Restaurante Essentia en el mismo complejo, donde puedes degustar de los mejores manjares? Creemos que hemos hecho una fantástica sinergia entre hotel y restaurante, ya que ambos se necesitan y se complementan. Además, disponemos de un sistema de Inteligencia Artificial de experiencia de usuario, que permite que no tengas que tocar nada, es decir, cuando llegas al hotel, puedes hacer el check in con el móvil, abrir las puertas mediante un link que te llega e incluso puedes acceder desde tu móvil a la televisión y ver tus aplicaciones favoritas, ya sea Netflix, HBO… Incluso tenemos un sistema con el que puedes proyectar presentaciones en las televisiones de las habitaciones. Ponemos por ejemplo el caso de unos novios que quieran poner una presentación de sus fotos a los invitados de la boda, o bien una empresa que si alguien se tiene que ausentar a su dormitorio pueda seguir la conferencia desde su habitación.  A su vez, nuestro edificio es inteligente y tiene un sistema de reciclado de energía y agua que nos permite ser muy ecológicos.

El edificio fue premiado como mejor proyecto de Edificio de nueva Construcción 2019. ¿Qué supuso ese premio?

Este premio fue un honor, y poner sobre el papel que nosotros no hacemos proyectos simples. Siempre nos gusta estar en la vanguardia y después de haber trabajado tanto fue un grato reconocimiento. También este premio nos ha permitido más visibilidad, los medios de comunicación se han interesado mucho por nuestro hotel.

¿Cómo ha afrontado estos meses tan duros que ha sufrido (y está sufriendo) el turismo? ¿Han tomado algún tipo de medidas concretas?

Han sido unos meses muy difíciles porque todo lo que somos cambió de la noche a la mañana 360º. Nosotros nos dedicamos a hacer felices a las personas, mediante reuniones familiares, de amigos, fiestas, conciertos… miles de ofertas que nos inventamos para que nuestros clientes disfruten. Y nos quitaros las reuniones, el poder estar cerca de otra persona, así que tuvimos que reorganizar toda la empresa, cambiamos puestos de trabajo, como necesitábamos personal en el hotel, en vez de meter en ERTE a algunas personas, las contratamos en el hotel, las formamos y las hicimos recepcionistas, dividimos el personal de limpieza, administración… Aun así, eso no nos salvó de enviar a muchas personas a ERTE, pero lo mejor de todo es la respuesta de nuestros empleados, siempre positivos y en el momento que les hemos pedido esforzarse más lo han hecho. Como comprenderéis, hemos tenido que dar de alta poco a poco al personal en función de las ventas, por lo que si un día se llenaba el restaurante tenían que ser las mismas personas las que atendían a los clientes, ya que teniendo un aforo de 50%, o incluso a veces del 30%, los números no salían, sobre todo, porque la afluencia en la restauración, se resume en dos días a la semana. Ha sido muy duro, pero creo que lo hemos hecho bien y aquí seguimos dando guerra.

¿Cómo se plantean la temporada de vacaciones de verano?

Vamos a seguir trabajando conforme estamos trabajando ahora. No sabemos las restricciones que nos depararán en verano, yo preveo que como el año pasado, que fue bastante bien, pero esa es mi opinión, luego veremos lo que pasará, pero tengo esperanza y me mantengo positiva.

También es cofundadora del restaurante Essentia, un gastrobar situado a las afueras de Tarancón (Cuenca). ¿Qué define a este local?

Essentia es un restaurante muy completo. Se compone de un gastrobar, una sala restaurante, salón privado, chill-out, terraza, salón de bodas de capacidad para 295 invitados, jardín y discoteca. Todo enfocado al disfrute de las personas. Damos la mejor calidad en nuestras comidas y, para ello, somos expertos en producto y sabemos escoger lo mejor del mercado. Todo ello arropado con una decoración maravillosa que hace que complete la experiencia. En Essentia es muy normal las sobremesas largas.

Hábleme de su plato estrella, la chuleta de vaca finlandesa de raza Ayrshire. ¿Por qué se decidieron por ese plato? ¿Qué le caracteriza?

Nuestro experto en carnes está continuamente buscando el mejor producto que ofrecer a nuestros clientes y encontró esta chuleta que tenía un sabor suave y delicioso. Parece ser que la vaca finlandesa come de pasto congelado y esto hace que no pierda nutrientes y de ahí que la carne sea tan deliciosa. La empezamos a servir en enero de 2018 y nuestra sorpresa fue que en junio del mismo año un panel de expertos mundial “World steak Challenge” le dio el primer premio como mejor carne del mundo, pero no solo en 2018 sino en 2019 también, dos años consecutivos. Creo que esto fue muy importante, porque corrobora nuestro know-how en producto y, sobre todo, en carnes, de los cuales somos expertos.

Con la actual situación, se han reinventado y han abierto una tienda online. ¿Qué acogida está teniendo?

Ha tenido muy buena acogida. La idea salió de todas esas personas que no podían venir a disfrutar de los platos que más le gustan de nuestro restaurante. De esta forma, decidimos que podríamos mandárselas a su casa. Cada producto va envasado al vacío, con un código QR por el cual, escaneándolo, puedes acceder a un vídeo que te explica como preparar ese producto. Estamos muy contentos con esta línea de negocio, dentro de poco la vamos a ampliar y vamos a meter más productos.

¿A dónde realizan envíos?

A toda España.

¿Cuáles son sus planes a medio y largo plazo?

De momento tengo muchos proyectos entre manos tanto con el restaurante como con el hotel. Hay muchas cosas que no hemos podido lanzar por la pandemia, que estamos deseando poner en marcha, así que queda mucho trabajo por delante.

Inma Sánchez

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