Renovación en campaña

Gloria BellidoGloria Bellido

Parece mentira pero, por fin, se acabó la campaña electoral. Durante semanas enteras no se podía encender la televisión ni abrir un periódico sin enterarse de las últimas noticias, muchas veces repetitivas o banales, sobre candidatos, partidos y todos los demás temas relacionados.  Creo que para todos, incluso para los realmente interesados en la política, esa cantidad de información resulta muchas veces asfixiante y aburrida. Y es que parece mentira que llevemos más de treinta años de democracia porque las campañas electorales no han evolucionado mucho.
 
Primero está el programa electoral de los partidos, párrafos y párrafos de infumable literatura que poca gente, por no decir nadie, se lee al completo. En parte porque es demasiada información y a veces demasiado vaga, y en parte porque hemos aprendido a desconfiar de ellos ya que a la hora de la verdad no acaban de cumplirse muchas de las propuestas escritas en ellos.
 
Después están los mítines. En sí, la idea parece buena ya que es una comunicación directa con la gente, con los potenciales votantes que ven en la escucha directa de  los candidatos una oportunidad de enterarse de las propuestas del partido y de un modo más ameno. Pero en el fondo, la mayoría de los mítines  no son más que una muestra de oratoria muy bien pensada y ensayada en la que los políticos se dedican a decir frases grandilocuentes que son muy aplaudidas por un público compuesto, en su mayor parte, por votantes más que convencidos. Y a todo esto se le suma, por supuesto, la ingente cantidad de dinero gastada durante la campaña en costosas campañas de televisión, desplazamientos por toda España, muchas veces innecesarios con los medios de comunicación actuales, y millones de cartas que llegan a nuestras casas y que, en tan reducido espacio, no creo que convenzan a nadie para votar a un partido u otro.
 
Como se podrá adivinar por mis palabras, opino que las épocas de campaña electoral son bastante inútiles. Pensad cada uno en vuestra situación y creo que llegaréis a la conclusión de que pocas veces vuestra intención de voto ha cambiado a raíz de la campaña electoral de un partido. Cuando estamos en duda y no tenemos nuestro voto decidido de antemano por la actuación que un partido político ha tenido durante la anterior legislatura, creo que pocas veces confiamos en lo que nos dicen en el propio partido y nos buscamos la información que nos interesa nosotros mismos.
 
Por ello me parece un desperdicio de tiempo, dinero y esfuerzo el que todos los partidos pierden en campaña electoral. En un mundo en el que la publicidad ha cambiado y el modo de acceder a la información también, no es posible que algo tan importante como las propuestas de un partido político en vistas a unas elecciones se siga transmitiendo de la misma manera que hace 30 años.  Y no me refiero solo a los medios, ya que hemos visto a muchos políticos en Facebook, Twitter u otras páginas de Internet, sino a la manera de transmitir la información, de una forma mucho más limpia y cercana, mucho menos dogmática e incluso menos  agresiva. Para que los que realmente queremos votar de forma consciente, tengamos mucho más fácil el hacerlo.
 
Gloria Bellido

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