Nuevo tiempo. Nuevas oportunidades

Quizás porque soy autónoma, siempre he creído en las oportunidades que ofrecen las crisis y que el inevitable replanteamiento de las situaciones abre nuevos caminos y nos ofrece un nuevo tiempo para afrontar los cambios y adaptarnos a la nueva realidad. Quizás, por eso, el ines-perado y vertiginoso cambio de Gobierno en nuestro país me hace plantearme qué oportunidades nos ofrece a los trabajadores y trabajadoras autónomos y cómo debemos afrontar esta nueva etapa.

Los últimos años no han sido los mejores para nosotros y las medidas adoptadas no siempre han sido las más positivas para el colectivo y, desde el ámbito del Gobierno incluso se ha diluido el Diálogo y la Participación Institucional. Por su parte, en el ámbito parlamentario, la Ley de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo no ha sido tanta reforma, o al menos, no la que necesitamos, que debe abordar una reformulación integral del RETA.

Es cierto que este nuevo Gobierno nace con muchas limitaciones, tanto temporales como operativas, debido a la aritmética parlamentaria y somos conscientes que estas limitaciones quizás no permitan afrontar la verdadera reforma que necesitamos. Pero ello, no debe ser óbice para ejercer nuestra labor reivindicativa y exigirle al nuevo Gobierno que el trabajo autónomo se sitúe en el centro del debate y se contemple como una prioridad en la agenda política. Al menos, en sus aspectos más urgentes.

En este sentido, es necesario establecer prioridades en nuestras demandas y que éstas sean pertinentes y realizables en estas condiciones. Y, para ello, es absolutamente prioritario recuperar el Diálogo Institucional y constituir de una vez por todas el Consejo del Trabajo Autónomo. A este respecto, recuerdo que la Ley de Reformas Urgentes establecía el plazo de un año para ello, y de seis meses para regular el necesario proceso previo para medir la representatividad de las Asociaciones Profesionales del Trabajo Autónomo, lo cual ya lleva dos meses de retraso, y no parece que lo hayan dejado siquiera planteado.

Junto a ello, planteamos medidas fáciles de llevar a cabo y que tendrían un resultado efectivo en la vida diaria de los trabajadores y trabajadoras autónomos, tales como el establecimiento de una bonificación del 100% de la cuota de seguridad social en situaciones de incapacidad temporal, ya que la regulación actual hace que sea complicado ejercer los derechos sociales y deja desprotegido al colectivo.

Igualmente, hay que avanzar en la definición del trabajador económicamente dependiente y acabar con el abuso que se está produciendo malentendiendo esta figura provocando ilícitos legales con la existencia de falsos autónomos.

También sería conveniente establecer un sistema de incentivos fiscales para aquellos autónomos y autónomas que eleven su base de cotización en las mismas condiciones que tienen las aportaciones a los planes de pensiones privados.

Estas son solo algunas de las prioridades que nos hemos planteado; pero, en última instancia, es necesario avanzar en los compromisos adquiridos por todos los grupos parlamentarios en la Subcomisión del Pacto de Toledo sobre el Trabajo Autónomo, que es, sin duda, el mejor marco para encontrar el consenso necesario, que es imprescindible en el periodo legislativo restante, hasta las próximas elecciones generales. Para ello, el Gobierno deberá encargar al nuevo Consejo del Trabajo Autónomo un Plan de Trabajo y Agenda para avanzar en los compromisos que definitivamente aborde la Subcomisión Parlamentaria y que supongan el revulsivo necesario para dotar al Trabajo Autónomo de calidad, de protección social efectiva y de justicia.

Inés Mazuela Rosado

Secretaria General de UPTA-A

@InesMazuelaRo

Artículo incluido en el número de julio y agosto de la revista Agenda de la Empresa

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