El compromiso por el cambio como motor para el emprendimiento

NADIA HAKIM-FERNÁNDEZ. MIND ACADEMIA

En 2016 defendí mi tesis de doctorado en Sociología Interdisciplinar en Barcelona, y terminé quemada por el proceso y por las condiciones de trabajo de la universidad, como tanta otra gente. Había obtenido una beca de tres años de la que estaré por siempre agradecida, y tenía un supervisor con una actitud positiva. Pero, aun así, había varias cosas que no funcionaban en el acompañamiento a nuestros procesos de investigación y escritura. Muchos y muchas compañeras abandonaron el doctorado, y muchos y muchas tuvimos problemas de salud mental en mayor o menor medida. Esto no ocurre solo a nivel del doctorado, y tampoco es una particularidad de mi universidad. Es un problema general relacionado con el énfasis en los resultados y en la presión por demostrar que se es productiva a toda costa por medio de manuscritos depositados o publicados.

Por esto, y por mi obsesión por las metodologías, fundé Mind Academia en 2018, un servicio de apoyo para académicas en la escritura de sus tesis de doctorado, artículos científicos y obras de este estilo. También apoyo a profesionales del sector creativo y artístico en la concreción conceptual de sus propuestas. Trabajo tres aspectos: la gestión de proyecto, la gestión emocional y el empoderamiento, y las capacidades de escritura.

En mi trabajo el género es importante, pues, que las personas socializadas como mujeres no tienen un lugar natural en las universidades o en los lugares donde se toman las decisiones, y esto implica necesidades específicas. En la práctica, han sido mayoritariamente mujeres las que se acercan a mí, tal vez porque estamos más abiertas a pedir ayuda -lo cual es una fortaleza enorme, y no una debilidad-, y tal vez también porque aprecian la expertise de otra mujer de forma más directa.

Lo que más me emociona de este trabajo es el poder transformador que tiene el apoyo que ofrezco, que es muy tangible, y también que es un trabajo que me permite seguir siendo la investigadora que soy desde hace muchos años. Este trabajo que elegí, y que me hace muy feliz, también tiene sus retos relacionados con el hecho de que soy yo la que está al frente de todo, en esto que comenzó siendo un proyecto personal pero que hoy es un emprendimiento en toda regla. He tenido que aprender un montón de cosas que nunca imaginé tendrían que ver conmigo, como hacer un lanzamiento o hacer páginas web, o aprender a tener una cierta fortaleza emocional y mental para superar los momentos difíciles.

Otro reto es el equilibrio entre dos aspectos en tensión. Por un lado, el emprendimiento y el tener un negocio propio, y lo que implica en términos de conocimiento, atención y tiempo y, por otro lado, el mantener los estándares altos de calidad en mi acompañamiento con las personas. Seguramente podré superar esto cuando crezca un poco más y pueda permitirme formar un equipo.

Pensando en obstáculos propiamente, creo que los más serios tienen que ver con la mentalidad. Con la mía, porque el miedo a fracasar podría evitar que me arriesgue a probar nuevas cosas, cosas que deseo hacer para ampliar el alcance de lo que hago. Esto exige un desarrollo constante de la confianza en mí misma, cosa que ahora enseño en mis talleres, grupos de escritura y asesorías individuales.

Y tiene que ver también con la mentalidad de otras personas, porque tengo que convencer a las personas con poder de decisión en las universidades de que la inversión en el acompañamiento a la producción académica, y a la comunicación constructiva entre investigadores doctorales y supervisores es esencial para la buena salud de la comunidad universitaria, así como para mejorar la excelencia de sus programas en el largo plazo. Y que este acompañamiento va más allá de hacer un taller puntual.

La investigación demuestra que las mujeres tenemos una tendencia más elevada a dudar de nuestras propias capacidades. Mi invitación es a que se cuestionen las creencias negativas que tengan sobre sus capacidades, a que valoren todas sus experiencias pasadas, incluso las negativas, a que trabajen duro en practicar las habilidades que necesiten, a que reconozcan sus esfuerzos, a que se rodeen de personas que las apoyen y que no se aíslen, y a que tengan siempre en mente a otras mujeres que hayan logrado cosas parecidas a las que se están planteando.

Nadia Hakim-Fernández

Fundadora de Mind Academia

Tags:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Periodismo
Constructivo