Mujeres insatisfechas

Ana Mª Pagador

Cada día en mi consulta de atención primaria encuentro a una o más mujeres que manifiestan estar insatisfechas. Lo preocupante es cuando esta insatisfacción va unida a la baja autoestima, a la falta de un apoyo familiar y social adecuado, o cuando ejercen un papel de cuidadoras, y por ello no encuentran los medios y recursos para superar sus conflictos y frustraciones.
 
El perfil más frecuente se define entre mujeres de 30 a 65 años, con sus necesidades primarias cubiertas, frecuentadoras de los servicios sanitarios, somatizadoras de síntomas de ansiedad y depresión. Las mismas tratan de encontrar una respuesta «médica» al sufrimiento y que les producen los problemas de la vida diaria, demandando ansiolíticos o antidepresivos y continúan con su cruz al hombro, agachando la cabeza y favoreciendo la aparición de una «enfermedad» en lugar de hacer frente de forma saludable los problemas habituales.
 
Por mi profesión creo en la promoción de la salud, me preocupo y atiendo las necesidades emocionales de la mujer, e intento facilitar herramientas que le ayuden a mejorar su calidad de vida. Tienen que enfrentarse a su realidad y a su rutina, cambiar hábitos, tener confianza en sí misma, quererse y hacerse respetar, superando complejos y culpas. Es muy importante potenciarles la autoestima, que es el valor que nos damos. Con el programa de psicoeducación, en el que trabajamos conjuntamente personal médico y de trabajo social; se pretende que estas mujeres, consigan un crecimiento personal aumentando su satisfacción y cambiando los pensamientos negativos a positivos.
 
Uno de los objetivos es que adquieran nuevas habilidades sociales para la vida cotidiana que les permita un mejor afrontamiento de las situaciones conflictivas y de las relaciones personales. Para ello se trabaja en grupos temas relacionados con la comunicación, percepción, autoestima, asertividad, control del pensamiento y resolución de problemas. Se necesita para poder intervenir que la mujer presente una actitud receptiva. Siempre aconsejo la necesidad de esforzarnos en mantenernos viva en todo lo que hacemos. Si sentimos podemos cambiar y cambiando podemos sentir.
 
De ti depende ser feliz según del color que quieras ver tu presente, superar el pasado y luchar por el futuro. Para resolver problemas primero hay que pensar, reflexionar, ver necesidades e intereses, después buscar soluciones, estrategias, y un plan de actuación y siempre mantenerse activa. La frase «no tengo tiempo» no se acepta porque el tiempo te lo distribuyes tú. Para evitar la insatisfacción tenemos que tomar conciencia de nuestros sentimientos y aceptar nuestras vidas, reivindicando nuestro espacio vital tan necesario para nuestro equilibrio. Poniendo a la «gente» en su sitio si hiciera falta. Ten claro que la única persona que te acompaña toda la vida eres tú misma. Cuídate y quiérete.
 
Ana Mª Pagador
Médico de Familia

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