María Coronel

[1334 – 1411] – Cuenta la leyenda que Doña María Coronel, tras la muerte de su esposo, Juan de la Cerda, se apartó de la María Coronelvida mundana para llorar su desgracia. A pesar de su retiro, Pedro I el Cruel, puso sus miras en ella intentando por todos los medios conquistarla, poniendo en juego para tal fin todas sus dotes de hombre y de rey. Ante tal acoso y asedio Doña María decidió retirarse al convento de Santa Clara, pero el rey, ciego de su ardor por ella, mandó a sus secuaces con la finalidad de convencerla de que atendiera los amores que le ofrecía el rey. Finalmente y al no poder de ninguna manera resistirse al asedio de Pedro I, se arrojó aceite hirviendo en el rostro, quedando horrorosamente desfigurada, lo que terminó con el acoso del rey. Dicen algunas crónicas que el rey sobrecogido y arrepentido implora perdón a la dama y en compensación le concede lo que ella desea. Así María decide construir sobre las ruinas de su antigua casa el Convento de Santa Inés de Sevilla, convirtiéndose en la primera abadesa hasta su muerte a los 73 años. En el Real Convento de Santa Inés todos los 2 de diciembre se muestra en una urna de cristal el cuerpo incorrupto de Doña María.

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