“A nivel de compañía, es primordial entender por qué los beneficios emocionales son más importantes que el dinero”

MIRIAM HUERTAS. MICHAEL PAGE

PageGroup ha lanzado una nueva iniciativa, “Business Talks”, un evento con vocación de continuidad que busca aportar valor y dar contenido, un encuentro cuya filosofía central se basa en la búsqueda del talento. Miriam Huertas, Senior Executive Manager de Michael Page, nos muestra todos los detalles de esta iniciativa.

¿Podría hablarnos de primera edición de Business Talk y con qué objetivo ha nacido?

La primera edición surge de querer hacer un tipo de evento, tanto por parte de Michael Page como de IESE, juntando dos marcas que son dos caballos ganadores. Hacer un evento con el que aportar valor y dar contenido y, de este modo, que el tipo de target que acudiera pudiera aprender y llevarse algo a casa. Los ponentes fueron de primer nivel y hablaron sobre cómo llegar a determinados beneficios y objetivos a través de las personas. Para ello, teníamos claro que queríamos un entorno más dinámico. Los ponentes fueron muy cercanos y naturales, hablaron de cosas que a veces nos parecían un poco incluso humo pero plasmándolo a la realidad. Por ejemplo, Xavier Escales, dio un dato que me pareció muy interesante, y es que en Asics Iberia han incrementado la facturación por quince en los últimos diez años a partir del trabajo con las personas, trabajando sus motivaciones. Esta filosofía nace con el fin de que las compañías seamos conscientes y llevemos a la práctica ese tipo de business, realicemos ese acompañamiento a los trabajadores, les escuchemos y entendamos qué es lo que quieren en cada momento.

Actualmente, estamos en un momento con unos terremotos brutales en cuanto a recreación del talento: qué es lo que necesitan las compañías, qué tipo de protocolos tienen que poner en marcha, cómo deben actuar y, sobre todo, cómo deben adaptarse a los cambios tan a corto plazo. Antes hablábamos de los millenials y ahora hablamos de los alfa, es decir, cada pocos años hay numerosos cambios y tenemos que saber adaptarnos a un ritmo vertiginoso, sobre todo en algunas cuestiones, pero, en general, en todas.

¿El evento tiene vocación de continuidad?

Sí, ha sido todo un éxito. Hemos creado algo desde cero y el feedback ha sido excelente. Mandamos unas encuestas donde se puntuaba y hacían comentarios sobre absolutamente todo. Una crítica constructiva abierta: qué tal el entorno, el nivel de los ponentes, qué  implantará en su compañía, volvería a venir… Las puntuaciones no han bajado de 9 en ningún caso. De esta forma, la idea es hacer el evento de forma recurrente, anual. La temática variará cada año. Siempre estará relacionada con el talento y con cómo aprender, pero dentro de este tema cambiaran los discursos. Eso sí, lo que no sabemos es dónde, físicamente, se va a seguir realizando el evento, en qué ciudad. El IESE para mí es un caballo ganador, además soy exalumna de allí y para mí es mi familia. Ya nos hemos puesto las pilas para empezar a trabajar en la segunda edición, pero todavía es una sorpresa en la que tendrá lugar.

¿A qué conclusión personal llega tras el evento?

El evento tenía su misión y estoy muy orgullosa del resultado. Evidentemente, hay áreas de mejora, porque si no, no aprenderíamos nada. El año que viene vamos a doblar asistencia, de eso estoy segura. Además, buscaremos ponencias creativas. Cada uno al salir de la jornada dejara un papel en el que describirá que se lleva su mochila. Para mí, esa la misión de Business Talk, además de por supuesto, el networking. El ser humano es social por naturaleza. Compartir experiencias es lo que te hace crecer y evolucionar. Invito a todos a que tengan la gran oportunidad de hacer crecer a la gente y sacar el máximo rendimiento de las personas. Para mí, la clave es ser creativo. Todo tiene una solución pero hay que pensarla y, no solo por parte de la compañía, sino también por parte del trabajador.

¿Qué buscan las nuevas generaciones que se incorporan al mercado laboral?

Cada tipo de sector es un mundo. Podríamos hacer grandes pilares, como podría ser el industrial, tecnológico, servicios, startups… Habría que diferenciar, pero para mí hay una línea horizontal en todos los sectores del mercado que es lo que realmente hace que no tengamos absentismo, que la gente esté motivada por ir a trabajar y para mí es que todo el mundo entienda que aporta a la misión y visión de la compañía.

Absolutamente todas las personas de la compañía deben saber qué aportan, en qué modo enriquecen a una compañía y en qué parte colaboran para llegar a la misión y visión. Este es un trabajo desde todas las líneas de una empresa y, para llegar a ello, es necesario trabajar la comunicación. Tenemos que tener claro hacia dónde va nuestra compañía. Para ello, tiene que haber una comunicación previa muy transparente y que ese mensaje llegue: “que hago yo en mí día a día para llegar a cambiar vidas”. Esa es para mí la gran conclusión y es una labor muy complicada y un cambio absoluto en la manera de comunicar. Ya no hay secretismo. Hay estrategias que se van comunicando paso a paso, pero ya no hay esa separación entre el director/gerente y el trabajador. En primer lugar, es fundamental un proceso de comunicación brillante que llegue a todo el mundo y, por otra parte, un seguimiento.  Tiene que haber una recurrencia de ese mensaje, un marketing del contenido y cada uno tiene que saber con ratios medibles en qué forma contribuye a llegar al objetivo

“El ser humano es social por naturaleza. Compartir experiencias es lo que te hace crecer y evolucionar”

¿En qué punto se encuentran las compañías españolas en este sentido?

Pienso que hay compañías que han dado grandes pasos y otras que están desubicadas ¿Por qué? Porque es un cambio radical. Pensad, si hablamos de compañías que hace poco que han nacido es más fácil, pero en aquellas compañías muy burocratizadas, con unas infraestructuras enormes y un volumen de trabajadores considerables es diferente. No es algo que se haga de la noche de la mañana, cuesta y nos tenemos que equivocar para saber cuál es la mejor manera.

Siempre cuento un ejemplo que para mí es muy visual: La Caixa y su marca en el mercado se quedaron un poco anticuadas. En este punto, hizo una campaña de marketing para atraer a los millenials. Algo así como: “si abres una cuenta en La Caixa tienes un día al mes una entrada de cine gratis”. La campaña no funcionó y ficharon a otra persona de marketing que hizo otra campaña: “si abres una cuenta conmigo tienes un año de Netflix gratis”. Hubo una avalancha de gente abriendo cuentas. Este ejemplo demuestra que tenemos que entendernos, saber qué es lo que motiva a nuestra generación y, a nivel de compañía, es muy importante entender por qué los beneficios emocionales son mucho más importantes que el dinero, que es beneficios más cortoplacista.

¿Y con respecto a las compañías? ¿Qué buscas las personas que trabajan en ellos?

La mesa redonda me pareció muy interesante. Había perfiles y experiencias muy diferentes. Y, todos ellos, coincidieron en que se necesitaba ilusión. Cuando hago una entrevista, cada perfil tiene unos requerimientos técnicos evidentemente, pero si veo alguien al que le brillan los ojos, que me pregunta hasta la saciedad cosas sobre la compañía y sobre el proyecto, que convierta la entrevista en una charla y haya feeling… la cosa cambia. Queremos que haya una relación a medio largo plazo. Además, hay que entender que la gente necesita sus cambios. Ahí está la teoría de los 1.000 días: “cada 1.000 días el ser humano se cuestiona si está aprendiendo algo”. Lo que es muy importante es qué tipo de perfil seleccionas, ya que elegir a alguien que no esté motivado, qué no entienda la misión y visión  de la compañía, alguien al que no se le saque todo el potencial, rendimiento e ilusión, nos cuesta, ya que se tienen que retroceder unos pasitos y volver a seleccionar a alguien, formarlo nuevamente… Todo ello conlleva un tiempo y el tiempo es lo más valioso que tenemos. No es el dinero es el tiempo

Con respecto a la conciliación, ¿es un tema primordial para los trabajadores?

Sí, va unido. Decimos conciliación, pero a mí me gusta hablar de aplicar la responsabilidad profesional. Antes hay un tema de desarrollo de herramientas por parte de las compañías. Las compañías tienen que dar portátiles, conexión a Internet, móviles de empresas, un equipo de videoconferencia… Tenemos que dotar a los trabajadores de todas estas herramientas. Además, quitaría la palabra horario laboral. El enlace entre la vida profesional y personal tiene que ser mucho más natural. Así, puede que de 9-10 h se prefiera ir al gimnasio y en cambio de 14-15 h se esté trabajando. Si realmente quieres construir una compañía nueva y sólida, tienes que motivar.

Y en el caso concreto de PageGroup ¿en qué punto se encuentra en este sentido?

Hemos dado unos pasos abismales. De hecho, el mes pasado nos cambiamos de oficinas. Son alucinantes. Hemos avanzado  mucho en cuanto a entorno y en cuanto a disposición de las oficinas. Hemos creado un ambiente que rompe la temática de la mesa y el ordenador, tenemos un gimnasio propio, una zona de relax y juegos…  En Michael Page todo el mundo sabe qué tiene que hacer para dar el siguiente paso en su carrera profesional. Además, hemos creado un grupo ideas de innovación en el que cada uno puede dar su opinión sobre qué proyecto le gustaría desarrollar. Han salido ideas buenísimas. El hecho de escuchar es brutal, surgen unas ideas magníficas. Desde Michael Page también hemos avanzado en el tema de responsabilidad profesional. No hay horarios. Si tienes tus resultados, te gusta lo que estás haciendo y eres feliz… ¡adelante! Es muy fácil decirlo pero es un cambio fuerte.

María Cano Rico

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