El conflicto entre grupos

La empresa es un organismo social que como tal, está formada por varios grupos interconectados entre sí, los cuales tienen una única misión general y global, la misión de la empresa, que está por encima de todos. El directivo es el principal responsable de conseguir que los grupos canalicen sus energías hacia la consecución de la misión. Los grupos, sin lugar a dudas, tienen fronteras y los individuos tienen conciencia de pertenencia o falta de pertenencia a estos grupos (endogrupo vs. exogrupo), por ubicación geográfica, jerarquía, preocupaciones comunes, etc. Para resolver conflictos intergrupales sin exacerbar las diferencias, os propongo varias opciones:
 
Generar situaciones que tengan objetivos o metas de un nivel superior que, a la vez que despierten el interés de los miembros de ambos grupos, sólo pueden ser alcanzadas con la colaboración de todos. Las finalidades superiores que implican indistintamente a ambos grupos favorecen la reducción de las incompatibilidades. Podemos pensar en la participación en un nuevo proyecto, en reforzar el  sentido de la misión de la empresa, etc.
 
Romper con la visión de grupo cerrado favoreciendo la comunicación y el conocimiento de manera particular de algunos miembros del grupo en conflicto. Haciendo que se conozcan individual y personalmente, se reduce la tensión. En muchas ocasiones, personas que trabajan juntas durante años, no se conocen personalmente.
 
Potenciar la capacidad de empatía, es decir facilitar el conocimiento de las ventajas y dificultades de pertenecer a los otros departamentos, para ponerse en su lugar y entenderlos mejor. Cuando a través de los seminarios de formación, por ejemplo, entran en relación personas de diferentes departamentos, ponen de manifiesto como valor añadido del seminario  el haberse dado cuenta del funcionamiento interno de los otros departamentos, lo que les ayuda a entender ciertas exigencias o peticiones tildadas hasta entonces como “manías”. Hablamos de seminarios pero también podemos hacer referencia a realizar visitas a los otros departamentos, celebración de actos en que tengan que coincidir, etc..
 
Confrontar el conflicto intergrupal. Consiste en juntar los grupos en conflicto y facilitar que cada miembro individualmente manifieste cómo ve al grupo y a cada uno de sus integrantes como miembros del mismo.
 
Reforzar los lazos cooperativos. Los propios individuos o grupos pueden imponer sus propios límites al conflicto a fin de que éste no ponga en peligro otros aspectos de la relación mutua, satisfactorios para ambos. No tiene sentido discutir sobre quién tiene la razón o la posición de fuerza cuando se puede encontrar una salida negociada al conflicto donde ambas partes salgan ganando.
 
Valorar los costos del conflicto. Muchos conflictos pueden resolverse cuando se pone encima de la mesa la siguiente pregunta ¿vale la pena mantener y alimentar el conflicto? A veces, es puramente una cuestión de costos.
 
Ahora bien, en ocasiones es necesaria la colaboración de terceras partes que actúen como árbitros, conciliadores o mediadores. Puede pensarse en alguna persona de nivel jerárquico superior.
 
Puede ocurrir que los medios, estrategias a utilizar para la consecución de los objetivos, lleguen a convertirse en fines, en objetivos prioritarios, quedando en segundo término la misión y los objetivos a alcanzar como consecuencia de ella. 
 
Es de gran importancia para el directivo, detectar y aislar cuanto antes el conflicto, dirigirse a sus causas y buscar los mecanismos correctores. En esta época es prioritaria la resolución del conflicto.
 
Ana Mª Herrero
Directora de Montaner & Asociados

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