Disfunciones sexuales

Ana Mª Pagador

Desde 1987 la Organización Mundial de la Salud definió la «salud sexual» como un derecho básico del ser humano. Cada uno/a de nosotros/as debe exigir y conseguir una sexualidad satisfactoria ya que es necesaria en nuestra calidad de vida. Es un tema delicado y difícil porque en él influyen diferentes contextos, vivencias, prejuicios. Lo que sin duda es necesario es la presencia de la autoestima, saber que quiero para mi sexualidad, saber cómo sentirme bien y dejar «sólo» de complacer.
 
En una relación de pareja hace falta atracción y estar a gusto piel con piel. Debe darse un compromiso en el tiempo, una relación de amistad y una intimidad sexual. Sin ellas se pierde el afecto y la comunicación. Debemos alejarnos de relaciones enfermas con miedos al abandono, continuas amenazas, celos injustificados, sentimientos de culpa por infidelidades. Cuándo uno/a se quiere a si mismo/a debe evitar situaciones patológicas que le llenen de frustraciones y conflictos.
 
El trastorno sexual puede incluir: deseo sexual inhibido, trastorno de la excitación sexual, retraso del orgasmo, eyaculación precoz, dolor durante la relación sexual. Para el médico/a supone un reto. Empezaremos a considerar el papel de una enfermedad médica en el hombre o en la mujer: hipertensión arterial, diabetes, problemas cardiovasculares, colesterol elevado, consumo de alcohol, drogas, efectos secundarios de medicamentos como diuréticos, sedantes, hipnóticos, beta-bloqueantes… En mi consulta me encuentro con frecuencia tanto con mujeres como hombres que manifiestan el problema de  disfunción eréctil o impotencia, entendida como la incapacidad persistente para conseguir o mantener una erección suficiente que permita una relación sexual satisfactoria. Una de las consecuencias que provoca este problema es la depresión y la pérdida de autoestima, pudiendo tener efecto negativo en la relación de pareja.
 
Existen cuestionarios para detectar la presencia y establecer la severidad de la disfunción eréctil. Su tratamiento va a depender de la causa que lo provoca y existen fármacos orales con distinta duración de acción dependiendo de las necesidades. Otro problema que se empieza a demandar en atención primaria es el tratamiento para la eyaculación precoz, así como el dolor vaginal del coito que frecuentemente se debe a infecciones vaginales o sequedad de mucosa vaginal causada en la menopausia. El avance que observo en mi recorrido profesional es que cada vez más, sale a la luz problemas relacionados con la sexualidad, que repercuten en la salud de uno/a y en sus parejas. Ya no se oculta, no se conforman. Mi mensaje esperanzador es que pueden tener soluciones que podrán resolverse desde la atención primaria, ginecología, sexología, psiquiatría, psicología. Acepta el problema, habla con tu pareja, consulta a tú médico/a,  es la persona indicada para recomendarte el tratamiento adecuado. Busca soluciones y recupera tu vida sexual. Porque la salud es física, psíquica, social y sexual.
 
Ana Mª Pagador

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