Dirección por objetivos

Ana Maria HerreroAna Maria Herrero

Decimos que la función de un directivo es alcanzar resultados y objetivos a través de otros. Así, su éxito radicará en conseguir que estos ‘otros’ desarrollen todo su potencial interior y habilidades, y que tengan los medios necesarios para hacerlo; hoy propongo la dirección por objetivos (DPO). 
 
La DPO, lejos de ser la panacea y la solución a todos los problemas, es un sistema dinámico a través del cual se implica toda la organización en una búsqueda constante de obtención de resultados y objetivos, cada uno en su grado y medida. Es un instrumento de la dirección que permite comprobar el progreso hacia la estrategia.
 
Este sistema de dirección introduce un elemento importante y motivador como es el diálogo y la participación. Es el factor humano el que hace que este proceso de transmisión de objetivos y metas sea aceptado por los empleados como algo suyo, algo en lo cual también participan.
 
Una empresa no funciona porque una persona funcione. Para que una empresa sea competitiva y eficaz deben establecerse los procedimientos necesarios para que ello sea posible. Y la DPO es uno muy poderoso.
 
Conocer los objetivos es importante porque motiva a los empleados, genera compromiso y lealtad, aporta confianza y da sentido al trabajo y a la vida del equipo. De la misión de la empresa se desglosarán los objetivos concretos de cada departamento.
 
Procedimiento
¿Cómo hacerlo? Reúnete con tu equipo para establecer una serie de objetivos globales y, después, individualizados para cada miembro del mismo, que deben cumplirse en un tiempo determinado. Todos aportarán cosecha propia, medios para obtener las metas y, por lo tanto, responsabilidad. Tener claro como tienen que formularse los objetivos es importante:
• Realista: posible de alcanzar, basado en hechos posibles.
• Medible: por lo tanto, concreto y específico. Se debe poder medir, comprar con algo.
• Temporal: tenga una fecha límite en el tiempo. Un tiempo para empezar y otro para terminar.
• Un reto: que cueste conseguirlo, sin dejar de ser realista, pero que invite a realizar el esfuerzo.
• Acción: represente acción y no intención. Muchos objetivos se pierden en deseos o en intentos. Debe significar acción.
 
Si un objetivo no cumple alguno de estos cinco requisitos no es un objetivo.
 
Las fases básicas para poder aplicar la DPO son las respuestas a estas preguntas: ¿Qué va a hacerse, a lograrse? ¿Quién va a hacerlo? ¿Con qué medios? ¿En qué plazo? ¿Con qué instrumentos de control? Con la DPO se consigue mayor responsabilidad por parte del empleado, ya que los objetivos que debe alcanzar y los medios a utilizar no han sido un simple mandato sino que él ha tomado parte en su elaboración.El control es más fácil de llevar. Se tiene un cuadro claro de quién hace qué, se establecen entrevistas periódicas de evaluación y criterios para llevarla a cabo. Es un método que ayuda a toda la organización a pensar en objetivos de futuro, no sólo a la rápida adaptación a los cambios, sino también, como hemos comentado al principio, a la anticipación y control de los mismos.
 
En ocasiones, la DPO ha sido mal interpretada por los directivos, que la han convertido en una orientación únicamente dirigida a los resultados y se han olvidado de que era un proceso dinámico de participación integrada entre el directivo y los empleados. Se han utilizado las sesiones de evaluación para machacar literalmente a los empleados por no haber conseguido los resultados esperados, se ha olvidado la participación de éstos y sus opiniones. De esta manera se frustran los objetivos que persigue la DPO de integración, motivación e implicación de las personas que trabajan en una organización.
 
La aplicación de la DPO no es fácil y requiere un esfuerzo por parte de toda la organización empezando por las altas esferas. Lejos de ser la panacea y la solución a todos los problemas del directivo, sí que podemos decir que es una herramienta útil que garantiza el rendimiento y que contribuye a elevar la moral y autoestima del trabajador, si se entiende la DPO desde el ángulo de participación de todos los trabajadores en la planificación de objetivos y de medios para llegar a éstos.
 
Ana Mª Herrero

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