Destinos con mucho ‘swing’

Es más que evidente que para hacer la maleta y emprender un viaje las razones sobran. Pero si además, combinamos turismo con la práctica de algún deporte que sea de interés personal, nuestros motivos para viajar se multiplican. Prueba de ello es que en los últimos años se ha visto incrementado de manera considerable el número de turistas que organiza sus vacaciones en base a un componente esencial: la realización de actividades físico-deportivas.
 
En esta ocasión, centramos nuestra atención en el turismo de golf, una tipología considerada de alto coste. Hablamos de un turista que exige una alta calidad y especialización del servicio de ahí, que sea considerado, también, como turismo especializado. En ‘compensación’, destina un mayor presupuesto a sus desplazamientos que el turista convencional, lo que se traduce en altos beneficios allí donde viaja; al mismo tiempo que contribuye a combatir la estacionalización que puede sufrir el sector turístico en determinados países y épocas.
 
Para aquellos que quieran adentrarse en este mundo, la mejor opción es decantarse por los cursos de iniciación que ofertan entre sus servicios determinadas cadenas hoteleras. No obstante, los más avanzados en este deporte, no tendrán reparos a la hora de recorrer mundo y desarrollar sus habilidades en escenarios tan variados como irrepetibles e indescriptibles; auténticos paraísos como el campo en el que tiene lugar el Campeonato de Golf sobre Hielo en Groenlandia o el campo salpicado de géiseres en Tasmania, entre otros.
 
Vanessa Calvo

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