¿Criaturas delicadas?

Isabel García“Deseamos honrar a las mujeres con esta prohibición, porque son criaturas delicadas”. Y tan ‘pancho’ que se queda… Son las palabras con las que Suaidi Yahya, el alcalde de una localidad de la región indonesia de Aceh, ha explicado una de sus últimas normas: se prohíbe a las mujeres que vayan en la parte de atrás de las motos montar a horcajadas por considerar que esta postura no es acorde con la ley islámica. Una prohibición que, quizás por resultar tan absurda, ya ha dado la vuelta al mundo. Lo que quizá no ha transcendido tanto es que esta disposición que, en el fondo, lo que persigue no es más que disuadir a las mujeres del uso de pantalones, se suma a decenas proclamadas en Aceh desde que empezó a regir la sharia (ley islámica) en ese antiguo sultanato en 2001 y que ha conseguido que cada año cientos de personas sean penadas por tribunales islámicos a castigos físicos, como azotes o latigazos, por infracciones morales como tomar la mano del novio en público. En su pugna por defender los valores religiosos, el Consejo de Ulemas de Indonesia también ha declarado «haram» (pecado) la vacuna de la meningitis, porque precisa del cerdo en su elaboración, el yoga hindú, las fotos en las bodas, el voto en blanco o las prendas deportivas ajustadas y ejercicios como el aerobic, porque sus movimientos pueden despertar el deseo sexual.

 

Entiendo que el Islam es un modo de vida, un sistema social completo, y que produce una infraestructura en las relaciones humanas distinta a la infraestructura de Occidente. Entiendo que a veces solemos tratar algunos aspectos de forma parcial, sin tenerlos en cuenta como parte de un sistema de vida completo, sino como un fenómeno aislado y en concordancia con el actual modo de vida occidental. Lo que no se entiende es, como afirmaba en una entrevista María de los Ángeles Rodríguez, presidenta de la primera asociación de mujeres musulmanas de Sevilla Fisabilillah, es “el arabismo ni las costumbres árabes”. “Nadie pretende quitarle las costumbres a nadie pero una mezquita es una mezquita y la religión es la religión. Fuera de ahí cada uno que haga lo que quiera pero dentro somos todos iguales, hombres y mujeres. Hay sitios en los que la mujer no puede acercarse al hombre para hacerle una pregunta y eso no es Islam, eso es costumbre. Lo que pretendemos en centrarnos en lo que realmente es el Islam, quitar esos tópicos, que la gente se entere de lo que es el Islam de verdad y de qué mejor manera que a través del conocimiento”.

 

Isabel García

Redacción Mujeremprendedora

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