La industria farmacéutica tiene la oportunidad de liderar la paridad en la ciencia

ANA ÁLVAREZ LABIANO. BRISTOL MYERS SQUIBB

Todos estamos de acuerdo en que la investigación necesita recursos para seguir avanzando, recursos que empiezan por las personas. Históricamente, el papel de las mujeres en esta parcela de conocimiento ha quedado relegado a un segundo plano casi anecdótico salvo por notorias excepciones como la de Marie Curie y otras muchas mujeres que siguen siendo grandes desconocidas. Afortunadamente, las cosas han cambiado mucho desde 1898 y los indicadores señalan un cambio de tendencia palpable desde la puerta de entrada a este mundo: las universidades.

Más de la mitad (52%) de los estudiantes que empiezan una carrera científica son mujeres. Ese mismo dato se repite en el porcentaje de mujeres profesionales dentro de las compañías farmacéuticas más innovadoras e, incluso, aumenta cuando nos fijamos en equipos dedicados a la I+D, donde alcanza el 64%. Aunque son datos muy esperanzadores, el contraste con otros sectores nos demuestra que aún queda por hacer.

Según Farmaindustria, las mujeres ocupan el 41,3% de los puestos en comités de dirección. Sin duda, se trata de un buen dato comparado con otros sectores industriales en los que los puestos de alta dirección son predominantemente masculinos y que no llegan a alcanzar la representatividad femenina en el conjunto de la industria sanitaria.

Evidentemente, siempre se puede hacer más, y así lo creemos en Bristol Myers Squibb, compañía biofarmacéutica global líder, cuya misión es transformar la vida de las personas a través de la ciencia. Comprometidos con la diversidad e inclusión, el 61% de nuestros empleados y el 70% del comité directivo son mujeres, superando así la media de la industria farmacéutica. Y para reforzar esa tendencia disponemos de diversos programas entre los cuales destaca un Plan de Igualdad que fomenta no solo la diversidad de género, sino también el desarrollo de las personas que trabajan en la compañía. Uno de los grupos que componen ese plan, el denominado B-NOW, está dirigido específicamente a fomentar el desarrollo del talento y el liderazgo femenino interno.

Creo que una de las mejores formas de garantizar la igualdad de oportunidades es reforzar la conciliación de la vida laboral y familiar, de todos nuestros empleados tanto hombres como mujeres. El equilibrio entre el trabajo y la vida personal es una de las máximas prioridades de BMS con sus empleados. Por eso apostamos por medidas de conciliación como el fomento del teletrabajo (con independencia de las circunstancias que todos atravesamos debido a la situación de pandemia) y la promoción de la flexibilidad horaria.

Prueba de la eficacia de estas medidas es que el Ministerio de Igualdad ha otorgado a BMS el distintivo «Igualdad en la Empresa», un certificado que reconoce la excelencia en la aplicación y desarrollo de medidas de igualdad entre mujeres y hombres y el desarrollo de planes y políticas de igualdad en la empresa.

Los beneficios que aportan tanto la conciliación como la corresponsabilidad que, en definitiva, traslada la necesidad de compartir tareas en el entorno familiar y laboral igual para mujeres y hombres, conlleva un incremento de la productividad, mayor compromiso y satisfacción, mejora del clima laboral, retención del talento, optimización del tiempo y accesibilidad al trabajo de una forma más equitativa entre hombres y mujeres, como un elemento clave para el desarrollo social de los países.

Normalizar el papel de la mujer en la ciencia pasa, en primer lugar, por reconocer el mérito de las excelentes profesionales a las que no se les ha regalado nada y que no siempre lo han tenido fácil para acceder a este mundo y, después, por trabajar desde diferentes frentes para facilitar que se alcance la igualdad de oportunidades. En BMS abordamos ese reto desde nuestras políticas de igualdad y conciliación, pero creemos que el esfuerzo debe ser compartido por el conjunto de la industria y las administraciones.

Como mencionaba al comienzo de esta exposición, la farmacéutica es una industria en la que afortunadamente se ha avanzado mucho en materia de igualdad, lo que nos da la oportunidad de convertirnos en estandarte de la lucha por terminar de normalizar el papel de la mujer en la ciencia. Y para conseguirlo es necesario inspirar. Si las nuevas generaciones de mujeres ven a otras mujeres ocupando cargos que hasta ahora solo ostentaban los hombres, podremos contribuir a derribar barreras que aún existen en nuestro entorno.

Ana Álvarez Labiano

 Directora de Estrategia y Operaciones Comerciales

Bristol Myers Squibb

Tags:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Periodismo
Constructivo