Zaida, princesa
[s. XI-XII] – Zaida era hija del rey de Sevilla. Su historia parece de cuento oriental, no sólo porque
fuera extraordinariamente amada por el rey-emperador de Castilla y León sino porque fue una mujer exquisita, culta, educada, inteligente y bellísima. Tuvo con el rey el único hijo varón de éste, Sancho III el Deseado, que heredaría el trono. Era hija del rey poeta de Sevilla al-Mu’tamid y de la exquisita poetisa del al-Andalus, Rumaykiyya. Nacida alrededor del año 1070. Su madre la educó, como una princesa amada, en la belleza y en la poesía, en el canto, en la danza y en la filosofía. Relacionada con la clase alta de la sociedad andalusí, con las mujeres más cultas y educadas de la corte. Zaida se parecía a su madre por su ingenio y belleza y a su padre por su alegría. A los doce años, Zayda sabe que estaba prometida con el rey castellano, aunque él está casado con una princesa cristiana procedente del sur de Francia, doña Inés de Aquitania: son políticas matrimoniales. Zayda entra de lleno en esta política cuando su padre, el rey de Sevilla, proclamado unos años antes señor de Córdoba, necesita firmar acuerdos con el poderoso rey Alfonso VI de Castilla y León. Zayda es enviada al encuentro del rey con una cuantiosa dote. A partir de la boda, Zayda se convierte en la reina Helisabeth porque Isabel es el nombre que, años atrás, ha escogido en su bautizo cuando se convirtió oficialmente al catolicismo. El rey exalta sus capacidades y la llama regina divina amantísima, dilectísima. Dura poco la felicidad del matrimonio porque Zayda muere muy joven, alrededor del año 1100, a consecuencia de un sobreparto.

