Viralizar la igualdad, acabar con la violencia machista

Silvia-Oñate2Este texto se iba a titular “Viralizar la igualdad” así a secas, pero sólo en un día ha cambiado de título.

Sólo en un día conocemos que tres mujeres han sido asesinadas en nuestro país por la violencia de género y tamaña barbaridad no podía quedar silenciada en un artículo que se estaba ultimando. Aunque el tema inicial iba a tratar sobre la brecha digital de género, no podía resultar honesto si no se estremecía de dolor ante tres nuevas vidas truncadas por esta pesadilla y esta crueldad que supone la violencia hacia las mujeres, sólo por el hecho de ser mujeres.

No podemos llegar a entornos del siglo XXI manteniendo las mismas brechas de siempre, porque detrás de todas las desigualdades de género subyace lo mismo, los privilegios de unos contra la vida, las libertades y la dignidad de todas.

Da igual que estas brechas sean digitales o analógicas. Da igual que salten de la pizarra al ordenador, da igual que se paseen por las calles o por youTube, da igual que viajen a pie o se almacenen en gigas, da igual que construyamos un nuevo escenario a golpe de ratón si en el camino nos siguen matando los mismos golpes de siempre.

Son incuestionables las posibilidades, oportunidades y beneficios que producen las TIC en todas y cada una de las facetas de nuestro tiempo social y económico. Pero, en esta tarea compartida de construir un mundo más igualitario no hay avance completo, ni justa innovación, ni beneficio real para todas y todos, mientras -desde toda plataforma- no nos conjuremos contra cualquier brecha de género detrás de la que intente seguir manteniéndose el patriarcado, la misoginia, el machismo, la discriminación o la violencia hacia las mujeres.

Por eso, la decisión de cambiar el título y el contenido para, desde aquí, mostrar de nuevo ese rechazo frontal y rotundo a la violencia de género -tan vigente on line como off line-. También hay violencia 2.0; de hecho, desde Naciones Unidas alertan de la pandemia del acoso machista en Internet y en un informe sobre Desarrollo Digital revelan que hasta un 73% de la población femenina de todo el mundo que utiliza las redes sociales ha sufrido ciberviolencia. En la Unión Europea este porcentaje alcanza el 18%, lo que equivale, según el estudio, a 9 millones de mujeres y/o niñas que han sufrido violencia on line.

Una realidad escalofriante que se repite día tras día y a la que no hemos sabido ponerle freno. Desde aquí, quien escribe, vuelve a lanzar su repulsa contra toda forma de violencia, contra todo maltrato y todo maltratador y vuelve a escribir con mayúsculas el hastag que grita #BASTAYA en las redes sociales, al tiempo que etiqueta la indignación colectiva contra esa lacra atroz de la que todavía ninguna sociedad ha sabido librarse. También estos días se mueve por Facebook y Twitter una etiqueta que convoca a la sociedad en su conjunto a manifestarse contra la violencia machista el próximo #7N en la capital española. Estaremos presentes en Madrid, en sus calles, y estaremos presentes en las redes; estaremos defendiendo nuestro derecho a la igualdad, a la libertad y la vida y denunciando cada asesinato y cada agresión machista. Yo voy y muchas de nosotras vamos.

Este mes, con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, incrementamos nuestra toma de consciencia, incrementamos nuestras acciones para sensibilizar, denunciar, prevenir y para actuar contra toda forma de violencia, física, psicológica, económica, social. No obstante, esta tarea tiene que ser cotidiana y continua, además de conjunta, debe marcar cada día de nuestra agenda y cada espacio público que ocupemos, debe ser un asunto crucial y prioritario, un motivo de consenso que, recogido en un gran pacto social, político e institucional, nos convoque a todos y todas, nos interpele a todos y todas. Cada día es 25 de noviembre.

Y desde luego, para viralizar la igualdad, el enfoque de género en las TIC no puede ser una realidad prescindible. No podemos estar infrarrepresentadas en los instrumentos, en las herramientas que escriben y describen el futuro. Tenemos que ser parte en la toma de decisiones, en la creación de contenidos, en el desarrollo tecnológico, en el sector digital, en la innovación.

Ya en 1995 en la IV Conferencia Mundial de la Mujer celebrada en Beijing, uno de los objetivos estratégicos marcados define la importancia de “aumentar el acceso de la mujer y su participación en la expresión de sus ideas y la adopción de decisiones en los medios de difusión y en las nuevas tecnologías de la comunicación”. Hay que estar presentes en las TIC. El patriarcado también deja huellas de desigualdad en el universo digital y hay distancias o brechas que no se nos pueden hacer inaccesibles. Para acortarlas y superarlas se hace imprescindible manejar datos que permitan un análisis consciente y certero, ajustado a lo real, que no deje afuera la mitad de nada, ni de nadie, sin zonas oscuras.

Pese a que vamos avanzando en esta dirección, todavía hoy son muchos los informes publicados que proporcionan datos sobre la Sociedad de la Información y el uso de las Nuevas Tecnologías, pero que no desagregan estos datos por sexo.

Fondo violenciaDe hecho, la Web del Observatorio Nacional de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (ONTSI) dispone sólo de cuatro que sí lo hacen; uno de ellos de 2014 sobre el “Perfil Sociodemográfico de los Internautas” (nótese la ausencia de lenguaje inclusivo en el título), otro sobre Comercio Electrónico, un tercero en 2012 sobre “Los ciudadanos ante la eSanidad” (nótese de nuevo la ausencia de lenguaje inclusivo en el título) y de 2011 el “Estudio sobre el Conocimiento y Uso de las Redes Sociales en España”. Es un asunto de importancia ante el que desde el Plan de Acción para la Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres en la sociedad de la Información 2014-2017 se debe estar pendiente, hacer seguimiento e impulsar medidas correctoras tendentes a ampliar la mirada de los datos, hacerla más inclusiva, más completa.

Tampoco es fácil encontrar datos desagregados por sexo en todos y cada uno de los ítems que registra y analiza el destacado informe de “La Sociedad de la Información en España 2014” que publica la Fundación Telefónica cada año. Precisamente, por su magnitud y relevancia, sería un avance importante introducir mejoras en este aspecto.

Sí hay un reciente estudio (febrero 2015) que examina las diferencias entre mujeres y hombres y analiza los comportamientos y las actitudes de los jóvenes de entre 15 y 29 años con una perspectiva de género. El Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, bajo el título “Jóvenes y Género. El Estado de la Cuestión”, compara diversas fuentes secundarias y describe diferencias por sexo en variables e indicadores relacionados con la demografía, la salud o la educación, entre otros.

También en el uso de las nuevas tecnologías y en relación a la violencia de género. En estos dos puntos el informe indica que Internet es una fuente de información prioritaria, más para ellos que para ellas. No obstante, ellas lo usan más para mantener contacto con personas que no ven frecuentemente y para compartir fotos y videos. Ellos más para hacer nuevos amigos y amigas.

Es fácil concluir que entre nuestra juventud no sólo la información viaja por Internet, también son cada vez más digitales las relaciones que establecen y mantienen. Relaciones en las que, según los datos que también recoge este informe, un 17,5 % de chicas jóvenes afirman haber sufrido intento de control a través del móvil y un 10 % dicen haber sufrido el uso de contraseñas, cedidas de forma confiada, para ejercer control sobre ellas.

Perdonen la insistencia: hay que viralizar la igualdad y acabar con la violencia machista. Es urgente.

Silvia Oñate Moya
Periodista

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