Sólo lloro ante las injusticias
“Para mí Mujeremprendedora ha sido un éxito. He crecido personal y profesionalmente. Ha sido un verdadero placer y todo un reto traer a estas páginas aquellos temas, asociaciones, y personajes que espero hayan cubierto todas las expectativas de nuestros lectores”
Cuando llegué, hace 19 meses, me propuse no escribir sobre varios temas, entre ellos el de la violencia de género, pero lo vivido ayer en Madrid y Jaén supera todas mis reticencias: un hombre mató a tiros a una mujer embarazada en una iglesia sin mediar palabra y posteriormente se suicidó. Una médico del SAMUR, a pesar de lo dramático de la situación, reaccionó y le practicó una cesárea de urgencia para salvar al niño; finalmente ha fallecido. Y el segundo caso, una parricida que ahogó a sus dos hijos de 3 y 11 años en Jaén sufría depresiones. Estos hechos tremendos y duros hacen que se me encoja el corazón. ¿Qué lleva a una persona a matar a otra? ¿Qué justificación puede haber? Yo creo que ninguna, ni alcoholismo, ni enajenación mental, ni depresiones, ni nada de nada, estas muertes son innecesarias (como cualquier asesinato), pero estas son de difícil comprensión. “La maté porque era mía”, “o eres mía o de nadie más”, ¿qué encierran esas palabras? Machismo, inseguridad, reflejan lo peor del ser humano llevado a lo exponencial de la crudeza y de lo vil. Por eso no he querido escribir sobre este tema porque por muchos recursos periodísticos se tengan o por muchas palabras que haya en el diccionario no las hay suficientes para definir y hablar sobre ello.
Pero, estos casos de violencia son especialmente dolorosos cuando es el niño la victima de esta brutalidad. Cuando es el niño el que pierde la vida. Lo de Jaén de ayer no tiene explicación. Una madre en estado depresivo ahoga a sus hijos en una bañera… ¿pero no tenía esa mujer un seguimiento, un historial? ¿Los servicios sociales no estaban al tanto del estado de esta mujer? ¿No tenía familiares o amigos que podían prever que en su estado iba a cometer este despreciable acto? ¿Qué culpa tienen esos niños? NINGUNA. Son las víctimas más inocentes de la locura adulta. Y para eso si que no hay palabras, sólo lágrimas de tristeza, rabia. No hay mayor injusticia que matar al indefenso. Mi primera reacción al enterarme de hechos como estos, que son más de los que leemos, es pensar en por qué no se habrá ahogado ella, o por qué no se lanza por la ventana. Pienso en todas esas familias que no pueden tener hijos y que darían a estos niños un futuro. Y aquí sí que no funciona el sistema. Estos niños han nacido para ser felices, para jugar en el parque, para aprender, para reír, para tener sueños, para sentirse seguros y para vivir.
Y he querido que este tema sea el que de punto y aparte a mi paso por la revista. Tras 17 números trabajando con un magnífico equipo, conociendo a mujeres, y a hombres, excepcionales, dejo la revista. Para mi MujerEmprendedora ha sido un éxito. He crecido personal y profesionalmente. Ha sido un verdadero placer y todo un reto traer a estas páginas aquellos temas, asociaciones, y personajes que espero hayan cubierto todas las expectativas de nuestros lectores. Nací periodista, seguiré siéndolo y moriré escribiendo. Nos volveremos a leer, pronto, muy pronto.
Mónica Urgoiti