Saborear la gratuidad

Uno de los sentimientos más agradables que experimentamos  es el de la gratitud. Cuando sentimos que alguien ha hecho algo por nosotros, y más aún si realmente nos ha gustado o vemos que lo ha hecho desinteresadamente, nos encontramos muy bien con nosotros mismos, a gusto con la otra persona e incluso tenemos la sensación de que el mundo es un lugar mejor.
 
Últimamente se están haciendo muchos estudios sobre la relación entre la gratitud y el bienestar mental. Para ello se les pide a los participantes que lleven un diario de gratitud. Todos los días tienen que apuntar todas las cosas por las que dan las gracias a lo largo del día y la mayoría de ellos se sorprende de la cantidad de cosas que tienen que agradecer a los demás. Al principio, lo que apuntan son grandes favores, o regalos, pero poco a poco van cambiando su forma de ver las cosas y empiezan a apreciar pequeños gestos, como que el conductor del autobús te espere cuando vas corriendo a la parada. O cosas más abstractas, como la gratitud hacia la naturaleza por lo hermosa que es la nieve cubriendo los árboles. Los hechos siguen siendo los mismos y, sin embargo,  adquieren más valor a nuestros ojos porque somos conscientes de ellos. Como cuando de repente eres consciente de lo bien que sabe un vaso de agua fría en un día caluroso.
 
Hay muchas cosas a lo largo del día que nos provocan emociones positivas. Lo malo es lo rápidamente que nos acostumbramos a ellas y dejamos de apreciarlas. Seguro que de primeras se os ocurren pocas cosas que agradecer, pero con una exploración más profunda las cosas cambian y descubres muchos pequeños detalles que te hacen la vida más fácil y un poco más feliz.
 
Está claro que no experimentamos una emoción por un determinado acontecimiento sino por como nosotros interpretamos dicho acontecimiento. Esa es la razón de que muchas personas se ahoguen en un vaso de agua y otras parecen siempre felices a pesar de que la vida no siempre les vaya bien. Por eso es tan importante aprender a desarrollar nuestras emociones positivas, saborear cada momento para no acostumbrarnos demasiado pronto  y poder así ser felices por todas las cosas buenas que nos pasan y que muchas veces ni vemos.
 
Y como la gratitud hay otras muchas emociones positivas que podemos potenciar, como son el deseo, el interés o la sorpresa.
 
Hablando de gratitud no podía terminar el artículo de otra manera: ¡Gracias a todos los que cada mes leéis lo que  escribo para vosotros con tanta ilusión!
 
Gloria Bellido

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