Propuestas del Teatro de la Maestranza de Sevilla

La próxima temporada lírica ofrece cinco óperas: FidelioAdriana Lecouvreur, con la actuación de Ainhoa Arteta; La fille du régiment de Donizetti -puro belcantismo- en una producción del Liceo; Falstaff, de Verdi -una obra maestra que no se exhibía en nuestra ciudad desde la temporada 1996-97-, cerrándose el ciclo lírico con Rinaldo de Haendel, en versión de concierto en colaboración con el FeMÀS. Asimismo -tratando de equilibrar las cuentas- se suprime un título contemporáneo (manda la taquilla) e igualmente se renuncia a la zarzuela, un espectáculo popular que presumía de llenar el aforo del Maestranza, por lo que nadie se explica el ‘serretazo”, una política miope que no tiene paralelo en los grandes teatros líricos europeos. Como afirmaba el gran Ataúlfo Argenta -que tanto hizo por dignificar el género-, “la zarzuela es la ópera española, con clara ventaja sobre la opéra comique francesa o el singspiel alemán, lo que explica el entusiasmo popular”. Espíritus malévolos atribuyen esta supresión a la imposición de cierta corrección política opuesta al espíritu ‘burgués’ que representa el llamado ‘género chico’.  Habrá, eso sí, representaciones para colegios y familias dentro de la programación educativa del teatro: Alí Babá y los cuarenta ladronesLa Cenicienta, etc.

Habrá más danza que en temporadas anteriores (15 funciones), destacando El lago de los cisnes, a cargo del Ballet Ruso; Don Quijote, inspirado en la coreografía de Petipa, con la ROSS en el foso, así como las actuaciones de la bailaora sevillana Rafaela Carrasco, Vertebración de la PAD, una única función del Dresden Frankfurt Dance Company, dirigido por Jacopo Godani, cerrando el ciclo el “Víctor Ullate Ballet” con Carmen y la ROSS en el foso.

Habrá dos ciclos de piano, realizados en coproducción con el Centro Nacional de Difusión Musical, el primero con la integral de las sonatas de Beethoven y los estudios de Ligetti, con Daniel del Pino y Judith Jáuregui, entre otros, mientras el segundo presentará la integral de los arreglos para piano de Liszt de las sinfonías de Beethoven.

En el apartado pianístico destaca, además, la actuación de Rafal Blechacz, pianista polaco premiado en el famoso Concurso Chopin de Varsovia, así como el cubano Jorge Luis Prats, que interpretará la suite Iberia de Albéniz. Habrá asimismo sendos recitales líricos a cargo de Ann Hellenberg y Vivica Genaux con la Orquesta Barroca de Sevilla dirigida por Diego Fasolis, así como la actuación del tenor Javier Camarena.

En el ciclo de ‘Grandes intérpretes’ hay que resaltar la actuación de Les Luthiers, en tanto el flamenco ofrecerá las actuaciones de Arcángel, Pepe Habichuela y Manuel Lombo.

Sigue sin solucionarse el gran problema de la financiación, infinitamente más generosa con el Real madrileño o el Liceo barcelonés, entidades que se han visto beneficiadas con fondos públicos extraordinarios, así como de ciertas exenciones fiscales para sus patrocinadores. Se requiere, pues, un mayor esfuerzo presupuestario por parte del Ministerio y, sobre todo, de la Junta de Andalucía. (A propósito, ¿cuántos políticos acuden al Maestranza y, sobre todo, a los ciclos sinfónicos de la ROSS?). Hay que potenciar, pues, el papel de la Junta, incrementando su aportación económica pero, sobre todo, abonando los atrasos, principal causa de asfixia económica crónica. Insistir en la iniciativa privada o en el cambio de modelo de gestión, con la posibilidad de constituir un patronato, una fundación o incluso un mecenazgo o junta de protectores. Suena a letanía inoperante mientras la ROSS languidece día tras día, las bajas ¿cuántas? no se cubren y la avitaminosis hace estragos en forma de desilusión. Una ciudad -una burguesía- que da la espalda a ‘su’ orquesta, tan sólidamente constituida mediante un riguroso proceso de selección, no es merecedora de mayores consideraciones. Me viene a la memoria un comentario atribuido a Cristóbal Halffter: “Ser músico en España es como ser torero en Islandia”.

Miguel Fernández de los Rondero

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