Emprendimiento en femenino: cifras para la esperanza

Octubre finalizó con 3.266.427 autónomos afiliados al sistema: cerca 2,1 millones hombres, las mujeres apenas superan los 1,1 millones. Los datos lo dicen todo.

Hace unos días consultaba los interesantes informes anuales del Observatorio de Emprendimiento GEM España para analizar la evolución del emprendimiento femenino en los últimos cinco años en España. Comparando 2014-2019 se observa una lenta, pero continua evolución positiva del protagonismo de la mujer.

2014: emprendimientos nacientes (-3 meses de vida) iniciados por hombres un 58,9% y por mujeres un 41,1%. La diferencia, una brecha importante, 17,8 puntos.

2019: se acortan considerablemente esas diferencias, con 52,2% a cargo de hombres y 47,8% de mujeres. La brecha se reduce a 4,4 puntos. Esperemos que la crisis sanitaria no corte de raíz esta tendencia…

En emprendimientos nuevos (3-42 meses de vida) y consolidados (+42 meses) en este lustro también se aprecia un repunte de mujeres emprendedoras. En los nuevos, la diferencia respecto a los hombres se reduce a 2,4 puntos y en los consolidados a 11,8.

Pero no podemos evitar malas noticias. Una referida al porcentaje de abandonos de la aventura emprendedora, que ha subido levemente en mujeres del 45,8% al 46,1%. Y otra sobre la intención de emprender, que desciende del 49,8% al 41,1%.

¿Son los hombres más emprendedores? ¿O las mujeres menos propensas al riesgo?

Mucho se ha hablado de esta cuestión, con opiniones para todos los gustos. Reflexionemos en:

• Factores socioculturales: muchas mujeres continúan ejerciendo el rol de cuidadora que coarta su potencial capacidad emprendedora. No encuentran apoyo en un entorno familiar “protector” que prefiere ver a su hija o hermana en un puesto por cuenta ajena, evitando riesgos inherentes del autoempleo.
  Más el miedo al fracaso, incrementado por tener que salvar más barreras. Una apuesta donde hay más probabilidad de perder que de ganar, sobre todo cuando intuyen la renuncia a la conciliación de la vida productiva y reproductiva/familiar.
• Dificultades para acceder a financiación: sentimos impotencia cuando leemos que las mujeres suelen ver rechazadas sus solicitudes de financiación de manera más habitual que los hombres, un “segundo techo de cristal.
  Un detalle destacable: los “financiadores” son en su mayoría hombres. Entre los business angels las mujeres no llegan al 10% y en los cargos directivos de los fondos Venture capital su presencia es aún menor, con un 6% ( informe de AEBAN ).
• Motivación para emprender: Las mujeres lo hacen más por necesidad, escenarios menos idóneos para el éxito, con resultados habitualmente no satisfactorios, no encontrando alicientes para volver a intentarlo…
• Sectores de emprendimiento femenino: sector servicios, menos herramientas TIC, más competencia. El origen de esta selección, en la Universidad, donde las mujeres son mayoría, casi 10 puntos de ventaja sobre los hombres, pero en disciplinas STEM el alumnado femenino es minoritario, 20%. (Women In The Digital Age).

A pesar de todo, la mujer se va abriendo paso poco a poco en el ecosistema emprendedor, con la vista puesta en un horizonte cercano en el que se iguale su actividad profesional con la de los hombres. Cada vez son más las mujeres al frente de startups (18%), rompiendo estereotipos y superando roles asignados inconscientemente desde la infancia.

El Mapa del “Emprendimiento 2020 de Spain Startup” resalta que el 41% de este tipo de empresas tiene al menos una mujer entre sus fundadores. España en posición inmejorable con más mujeres fundadoras de startups consolidadas. Esperemos ver pronto el salto de muchas de estas emprendedoras tecnológicas al nivel de las scaleups.

Hay motivo para la esperanza, pero se necesita colaboración público-privada para impulsar las iniciativas de mujeres emprendedoras y más formación desde edades tempranas en el sistema educativo, sin duda.

Natalia Fernández Laviada

Subdirectora general de Prevención, Calidad y Comunicación de Fraternidad-Muprespa