«Las mujeres debemos tener voz en la definición de la arquitectura del nuevo mundo»

MARÍA-NOEL VAEZA. ONU MUJERES

María-Noel Vaeza se incorporó a ONU Mujeres como Directora Regional para las Américas y el Caribe en julio de 2019. Anteriormente, trabajó como Directora de la División de Programas en la sede de ONU Mujeres en Nueva York. Se unió a la organización proveniente de la sede de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), en Copenhague, donde estuvo encargada de la dirección de la Oficina de Servicios de Portafolio Global. Con anterioridad, fue Directora Regional de UNOPS para América Latina y el Caribe y, previamente, permaneció durante ocho años en el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (UNDP). Empoderamiento político, empoderamiento económico, eliminación de la violencia de género y mujeres, paz y seguridad son sus cuatro áreas fundamentales de trabajo para este 2021.

En julio de 2019 se incorporó como directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe. ¿Cómo valora su llegada al cargo?

© Pablo Sanhueza

Después de estar en posiciones globales tanto en UNOPS en Copenhague como en ONU Mujeres en Nueva York, necesitaba volver a la región. Es muy lindo el trabajo global y disfrute muchísimo. Es muy político estar en Nueva York con las delegaciones de los diferentes países. También el fenómeno maravilloso de la Comisión para la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), una reunión dedicada a la igualdad de género en la que durante dos semanas se reúnen más 5.000 delegados y sociedad civil para pensar cómo está avanzado la igualdad de género a nivel global y que culmina con una negociación intergubernamental. Para mí fue volver a la diplomacia, ya que, anteriormente, estuve de delegada de Uruguay ante la ONU en tres años consecutivos. Para mí fue un retorno a las negociaciones políticas, pero desde la trastienda, porque yo no representaba a un país sino a todos. También el trabajo con la junta ejecutiva que la integran 42 países y es un trabajo diplomático muy intenso para que se aprueben las resoluciones que nos permiten avanzar como corporación. Sin duda, para mí fue una experiencia muy linda pero cuando se jubiló la directora regional que estaba, mi conversación con la directora fue muy directa: “Quiero irme a América Latina”. Además, Panamá es un país que adoro. Yo ya había estado como Directora Regional de UNOPS  en Panamá cuando mis hijos eran pequeñitos y fue un placer. Para mí volver era una oportunidad maravillosa y, después de un año, mi balance es muy positivo.

“Hay muchísimo dinero en el mundo, pero ese dinero no tiene enfoque de género”

Tal y como indica, un balance positivo de este año y medio. ¿Podría darnos más detalles? ¿Cuáles han sido sus prioridades?

© Ryan Brown

Claro que sí. Hemos posicionado a ONU Mujeres de una manera muy directa en temas que priorizamos como es el establecimiento de los sistemas de cuidados como un derecho, el establecimiento de sistemas nacionales de cuidados es fundamental para remover el principal obstáculo que encuentran las mujeres para poder trabajar fuera de sus hogares sabiendo que dejan a sus niños, adultos mayores o discapacitados, en las mejores manos.

Para ello, hemos hecho varios análisis, uno de ellos con la CEPAL en 2020, y este 2021 vamos a hacer el costeo: ¿Cuánto cuesta tener sistemas de cuidado? Acabamos de terminarlo en México y lo que estamos tratando es demostrar que supone un triple dividendo tener sistemas de cuidado: un dividendo para el bienestar de la familia, un dividendo para la economía porque la mujer puede salir a trabajar y un dividendo porque es una nueva industria la que se crea, la industria del cuidado, que necesita a gente capacitada, y todo ello repercute en la tributación, porque quien tiene un trabajo más normal y fijo paga impuestos y paga el sistema. Para nosotros es un “win, win, win”, “ganar, ganar, ganar”. Esa es mi prioridad política número uno: que todos los países de la región tengan sistemas nacionales de cuidado. Gracias a Dios mi país tiene un sistema muy bueno que ha creado 50.000 puestos de trabajo, que para Uruguay es muchísimo, y ha dado capacidad a muchas familias para poder salir a trabajar.

Otro de los grandes temas que perseguimos es el financiamiento y las inversiones con enfoque de género, y estoy muy satisfecha porque hemos iniciado un ecosistema en el que estamos invitando a todos quienes invierten (fintech, venture capital, ángeles…). Para mí ha sido fundamental porque antes no había absolutamente nada y se está convirtiendo en un referente.

Para mi hay que focalizar y priorizar. Hacemos miles de cosas, pero creo que tenemos que tener dos o tres cosas muy visibles, que tengan impacto. Ese es mi objetivo, tener impacto en lo que hacemos. Y una de las cosas que surgió en la pandemia es la maravilla de trabajar en línea y poder conectar a la gente. Las mujeres necesitamos hablar, expresar, decir y necesitamos también relacionarnos.

¿En qué áreas trabajan para impulsar la igualdad?

© Pablo Sanhueza

Tenemos programas en cuatro áreas: empoderamiento político. Para ello, estamos trabajando con los tribunales electorales para la formación de candidatas. Tenemos una plataforma maravillosa que está activa y tiene más de 5.000 mujeres que quieren ser candidatas o que ya son candidatas con el fin de que se sigan formando en negociación, políticas públicas… A día de hoy, el 70% de los parlamentos están integrados por hombres, el 100% de los presidentes son hombres y el 85% de los alcaldes son hombres. Hay que mover la aguja y llegar a esa paridad. Nuestro objetivo es la paridad. Tenemos la Constitución de Chile que decretó la paridad de la Asamblea Constituyente y para mí es un logro maravillo. En Bolivia también hemos trabajado mucho para tener candidatas mujeres. Además, vamos a modificar la legislación atendiendo a la violencia de género, con el fin de conseguir que el candidato que haya cometido algún acto de violencia no pueda ser representante del pueblo.

Otra de las áreas es el empoderamiento económico. En esta línea, nuestras prioridades son la economía del cuidado y el financiamiento y las inversiones con enfoque de género. En tercer lugar, eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas es fundamental. Para ello, pongo mucho énfasis en la prevención, porque no se está haciendo lo suficiente, y en el acceso a la justicia.

Y, por último, todo lo relacionado con mujer, paz y seguridad. Trabajar cómo la mujer se coloca en las mesas para negociar la paz social, para la diplomacia preventiva, evitar los conflictos que todos los días pasan en nuestra región y todo lo que es ayuda humanitaria.

“Esta es mi Agenda y el ODS 5 para mí es el más importante”

Y desde ONU Mujeres, ¿cómo valoran e impulsan la situación económica de la mujer en la región?

© Pablo Sanhueza

Le he dado mucha importancia al cribado económico porque una mujer que tiene autonomía económica es una mujer que va a ser más difícil que sea víctima de feminicidio. Además, 118 millones de mujeres en América Latina trabajan en la informalidad y esa realidad tenemos que cambiarla. Obviamente, son las mujeres las que más sufrieron en la pandemia porque sus fuentes de trabajo desaparecieron. Por eso, trabajamos junto a la CEPAL para alcanzar un subsidio universal. Además, el 30% de estas mujeres son madres solteras. Si no las apoyamos, estamos embargando el futuro de nuestros niños. El empoderamiento económico es fundamental, una pieza clave para el cumplimiento de la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Yo siempre digo que yo no soy neutral, seré imparcial, pero no soy neutral, porque esta es mi Agenda y, obviamente, el ODS 5 para mí es el más importante.

Por otra parte, ¿cómo valora el emprendimiento femenino?

Creo que el emprendimiento femenino es, sin duda alguna, una herramienta para impulsar la situación económica de la mujer y la generación de nuevas oportunidades de ingresos, de empleo, de promoción de un desarrollo tanto a nivel nacional como a nivel de los territorios, por eso creo que cada mujer debería de ser una emprendedora, una empresaria, porque tenemos una energía maravillosa, transformadora, y porque somos managers naturales porque somos madres. El Banco Mundial ha dicho que en nuestra región las mujeres representan el 40% de la población económicamente activa. La CEPAL habla de un poquito más, pero básicamente es menos del 50%. No somos un colectivo. Somos el 50% de la población y no hay límites. Es una perdida enorme de oportunidades, porque esas mujeres no trabajan, no emprenden, pero tienen necesidades. ¡Imagínate!  Si el 25% de las mujeres participasen en la economía, nuestra región crecería tres o cuatro puntos más. Es una estupidez política enorme que los representantes políticos no vean la necesidad de aumentar, facilitar y remover los obstáculos para la participación económica de la mujer.

 “Creo que cada mujer debería de ser una emprendedora, una empresaria, porque tenemos una energía maravillosa, transformadora y porque somos managers naturales”

¿Y concretamente en la región? ¿En qué punto se encuentra el emprendimiento femenino?

© Pablo Sanhueza

Es algo que siempre me gusta destacar, que nuestra región es de las que tienen las tasas más altas de actividad emprendedora. De acuerdo con el Monitor Global de Emprendimiento, los seis países con las tasas más altas están en la región. Chile y Ecuador lideran las tasas, pero también hay otros países en la región con ecosistemas avanzados como es el caso de Brasil, Argentina, Colombia, México, Panamá, y otros con un desarrollo prometedor como el caso de Barbados, Jamaica, Perú, Uruguay, Bolivia, Guatemala y Costa Rica. En Chile, el BID hizo un estudio usando a actores y actrices con las mismas condiciones socioeconómicas. Fueron a los bancos a pedir créditos, pero les dieron un 25% menos de créditos a las mujeres por el hecho de ser mujeres, lo que representó una pérdida de 12.000 millones de dólares, que es todo lo que presta el BID al año a la región. Este estudio incluía aproximadamente a 30 instituciones bancarias. Es importante analizar estos datos porque se están cometiendo errores únicamente por los sesgos mentales, por los estereotipos, por la discriminación y la desigualdad arraigada al machismo y el paternalismo. Tenemos que romper con estos datos y, para ello, lo tenemos que demostrar con números. Las mujeres emprendedoras tienen un 20% más de ingresos que los hombres a pesar de que se invierte un 50% menos en ellas. Por lo que si yo fuera inversora invertiría en las mujeres porque mi rendimiento sería un 20% superior. Cuando cruzas todos estos datos, te das cuenta de que tenemos que trabajar las normas sociales, eliminar los sesgos inconscientes, los estereotipos. Si se eliminan y lo podemos demostrar con números, vamos a avanzar mucho más rápido. Tenemos que acelerar el paso para el avance de las mujeres. Es absurdo que se siga discriminando. Por ello, este año tenemos que dar un matiz muy importante a las normas sociales y las masculinidades. Y, para ello, vamos a trabajar con las iglesias, con quienes dirigen las organizaciones de fe, para que tomen en cuenta la igualdad de género, y se den cuenta de que hay sesgos y estereotipos que eliminar. Tenemos que trabajar juntos.

“No somos un colectivo. Somos el 50% de la población y no hay límites”

¿Podría hablarnos de algunos de los proyectos que plantean desde ONU Mujeres para impulsar el emprendimiento femenino?

¡Claro! En colaboración con la OIT y el apoyo financiero de la Unión Europea, tenemos un programa que se llama ‘Ganar-Ganar: La igualdad de género es un buen negocio’, enmarcado en la Agenda 2030, y que se centra en el ODS 5, ODS 10, ODS 8 y ODS 17. Está en seis países de la región y tiene tres objetivos: primero, generar redes entre mujeres empresarias latinoamericanas y europeas; segundo, que más empresas latinoamericanas firmen y se comprometan con los principios de empoderamiento económico, y tercero, la creación de un ecosistema de inyección financiera. Vamos a sacar también unos principios éticos de financiación, porque hay tanto financiamiento volátil que queremos establecer unos principios éticos.

© Pablo Sanhueza

Con la CEPAL estamos promocionando la inversión en una canasta básica tecnológica. El 40% de las mujeres de la región no tienen computadoras. Hemos llegado a ellas a través de radios comunitarias. Además, acabamos de firmar con el BCIE un convenio muy importante. Para mí que es un convenio de garantía para las emprendedoras de la zona del Trifinio, la zona más pobre de América Latina, en la frontera entre Honduras, El Salvador y Guatemala. Empezamos a trabajar e impulsar a las asociaciones y cooperativas de mujeres y se dieron cuenta de que juntas podían hacer más. Este fondo va a servir de garantía. Estas emprendedoras no te piden donaciones sino recursos para poder iniciar su negocio. No podemos seguir dando proyectitos aquí y allá, sino que hay que darles oportunidades para que verdaderamente se conviertan en emprendedoras. También hay que tener apalancamiento para conseguir esa inclusión financiera. Hemos trabajado mucho con el vicepresidente de El Salvador, el presidente del BCIE, el secretario general del SICA, el expresidente de Guatemala… Todos ellos han sido muy flexibles y entienden muy bien todo. Creo que lo más importante es convencer a quienes están en el poder. Centroamérica es la zona de la región que más me preocupa. El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua, junto con Haití, son los países de la región que están peor en el índice de desarrollo humano, incluso peor que Venezuela, que a mí me llamó la atención. Venezuela, al fin y al cabo, tiene inversiones en institucionalidad, cosa que no tienen los países centroamericanos. Por eso, para nosotros es muy importante insistir en el emprendimiento y en el acceso a financiamiento. Es la única manera de que la inversión sea sostenible. Las mujeres debemos tener voz en la definición de la arquitectura del nuevo mundo que va a surgir de esta crisis sin precedentes. De esta forma, garantizaremos que las reglas de juego finalmente permitan la igualdad de género y que nadie se quede atrás.

En el marco del programa ‘Ganar-Ganar: La igualdad de género es un buen negocio’, han desarrollado la iniciativa ‘Inversionistas por la Igualdad’.

© Rodrigo de la Fuente

Sí, es un espacio de encuentro y de diálogo con los diversos actores del ecosistema financiero, de inversiones, de emprendimiento, para así sensibilizar y movilizar inversiones con impacto de género, para generar datos. Hay muy pocos datos y análisis. Si una empresa tiene un 25% más de mujeres, cuánto más vale. De este modo, acercamos los buenos proyectos de las mujeres a los inversionistas. Esta iniciativa busca constituirse en ese espacio que visibilice las empresas de mujeres, a las mujeres emprendedoras, las inversionistas mujeres, porque no están visibilizadas. Tenemos que hacer un llamamiento para sumar a más actores, a más inversionistas e instituciones financieras, sobre todo los fondos de pensiones, de garantía, lo que son los fondos de las aseguradoras… Es necesario movilizar más flujos de capital e instrumentos financieros que permitan reducir las brechas de financiamiento que hoy enfrentan las mujeres y que generen un compromiso con los principios que implica promover las inversiones con enfoque de género y la igualdad de género. Hay muchísimo dinero en el mundo, pero ese dinero no tiene enfoque de género. Eso es lo que queremos, que ese dinero se ponga las lentes de género.

 “Tenemos que hilar más fino e ir a buscar dónde podemos lograr perfiles de mujeres emprendedoras tanto públicos como privados”

¿Podría hablarnos de algunos de sus propósitos para 2021?

© Pablo Sanhueza

No tenemos todavía redes de fondos de capital emprendedor, de venture capital. Por eso generamos el ecosistema para que haya esa cultura y se den cuenten de que invertir en productos y servicios de mujeres y para mujeres es fundamental. Hay otra cosa importante que en 2021 voy a trabajar más:  que las contrataciones y compras del Estado tengan enfoque de género y permita a las empresas dirigidas por mujeres acceder a los presupuestos públicos a través de las compras y contrataciones públicas. En el caso de Panamá, son 23.000 millones de dólares el presupuesto de la nación y a las mujeres les llega el 0,06. Esa realidad hay que cambiarla. Las mujeres están y valen. Este año es el 25 aniversario de Beijing. Cuando se hizo la plataforma de acción no se costeó y ese fue un error porque no se sabe cuánto vale eliminar la violencia y cuánto vale el empoderamiento de la mujer. ¿Qué tenemos como elemento? Los presupuestos del Estado. Tenemos que poner un mayor ojo en los indicadores de cómo el presupuesto del Estado se está gastando en las mujeres y para qué, cómo este presupuesto puede apalancar y dar oportunidades. Yo siempre digo: es una política que ni siquiera necesita cambiar una ley. Y no se necesita una ley porque no estás violando ningún principio básico y estás dando una oportunidad a la mitad de la población. Hay países que lo han hecho como República Dominicana y Chile y han tenido éxitos maravillosos. Es lo que quiero empujar en 2021, que más estados tengan una apertura mental y así generaremos más emprendedoras. Para ello, tenemos que conseguir que los presupuestos de los estados les den un porcentaje a las mujeres para que ellas reciban esos contratos. Y si se van a empresas de hombres que, dentro de las condicionalidades, se establezca una paridad de cuántos hombres y mujeres tienen que contratar. Tenemos que hilar más fino y buscar dónde podemos lograr perfiles de mujeres emprendedoras, tanto públicos como privados. Apoyar a las empresas privadas a que sean más conscientes y por su puesto al Estado, cosa que me gustaría conseguir en este 2021.

María Cano Rico

Fotografía destacada: © Rodrigo de la Fuente

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