«Lo más bonito de esta profesión es defender la legalidad y el respeto a los derechos de las personas»

MAITE POZO

Especializada en derecho procesal penal, la abogada Maite Pozo estudió la licenciatura de Derecho en la Universidad de Granada (2006-2011). Posteriormente, estuvo dos años opositando a la carrera judicial. Su intención siempre fue ser juez. Sin embargo, en 2013 dejó de estudiar las oposiciones y se embarcó en el mundo de la abogacía penal. Al mismo tiempo, durante un año y medio, cursó un Máster sobre Asesoría Jurídica de la Empresa. “Cuando decidí iniciarme en el mundo de la abogacía penal, busqué varios despachos que me ayudaran a formarme y, sobre todo, a orientarme en este mundo, pues nunca había imaginado dedicarme a ello. De hecho, no entraba en mis planes, ni objetivos ni, mucho menos, en mis sueños. Tras haber recibido varias ofertas, decidí decantarme por uno de ellos, y allí estuve trabajando seis años”, explica.

Diversas fueron las circunstancias que la llevaron a que, con 31 años, se iniciara en el mundo de la abogacía penal en solitario, enfocándose a desarrollar su propia marca personal: Maite Pozo Abogada. “Es cierto que, desde hacía algún tiempo, este proyecto era algo que entraba en mis planes de futuro, pero jamás pensé que ocurriera tan pronto. Por eso, me siento profundamente agradecida por todas esas circunstancias que me han puesto en este camino, y por qué no decirlo, orgullosa de ello”, comenta.

“La empatía y la escucha activa son clave para crear vínculos de confianza”

Fue en plena pandemia mundial cuando nació Maite Pozo Abogada, un proyecto centrado en expandir su imagen como abogada en el mundo de la abogacía penal desde una perspectiva cercana, basada en la honestidad, proximidad hacia el cliente y, sobre todo, en las ganas de ayudar a resolver los problemas que le encomienden.

La búsqueda de la felicidad

La búsqueda de la felicidad fue, precisamente, lo que llevo a Maite a dedicarse a la abogacía, quien confiesa que siempre fue “muy reacia a ello”. “Desde pequeña siempre quise ser juez. No obstante, mientras estudiaba las oposiciones llegaron ciertos momentos en los que no me sentía a gusto en ese camino, lo que me llevó a buscar otras alternativas”, indica, confesando que es de esas personas que, si algo no le gusta, busca la manera de cambiarlo. “Así lo hice y, finalmente, encontré esa felicidad que había perdido durante ese proceso de estudio en la rama penal, algo que siempre me había llamado la atención y en lo que estoy especializada desde hace siete años”, confiesa.

A ello se une que la persona que más admira Maite, su padre, es un apasionado del derecho procesal, un técnico jurídico en la materia. “Quizás la afinidad y la buena relación que tengo con él han hecho que, desde que tengo uso de razón, el 70% de nuestras conversaciones se basen en ello. Su gusto por los pequeños matices y detalles del procedimiento penal despertaron en mí ese interés”, agrega, explicando que “el conocimiento del derecho procesal permite marcar buenas estrategias de defensa. No basta con que conozcas cuáles son, por ejemplo, los elementos del delito de robo, sino que también será necesario saber si el acusado ha sido citado en forma legal, si se han respetado los plazos, si las pruebas se han obtenido con observancia de los requisitos legales, etc. Cuando conoces las reglas del juego estás deseando iniciar una nueva partida, es decir, un nuevo procedimiento”.

Ayudar a los demás

Trabajadora, constante y luchadora, Maite es muy exigente consigo misma, y tiene un carácter fuerte. También se considera una persona resiliente y ha revelado que lo que más le apasiona de su profesión es la posibilidad de poder ayudar a los demás a resolver sus problemas. “Para mí, lo más bonito de esta profesión es defender la legalidad y el respeto a los derechos de las personas, independientemente de que sean víctimas o culpables”, comenta, subrayando que “los abogados no defendemos a una determinada persona, sino que defendemos la legalidad y, por ello, debemos conocerla a la perfección. Si algo falla en el proceso, ahí debemos estar nosotros, al acecho, para ponerlo de manifiesto. Por eso, nuestro deber es conocer las reglas del juego”.

Además, Maite es una persona muy servicial, y eso le ayuda en su trabajo. Tal y como se define es una solucionadora de problemas, y le encanta hacerlo y poder ayudar a otros con sus acciones.

Al preguntarle por la importancia de la atención al cliente, Maite afirma que “la empatía y la escucha activa son clave para crear vínculos de confianza que generen un marco propicio para el diálogo” y describe su atención a los clientes como “cercana, honesta y muy personalizada” en función de las necesidades de cada uno de ellos o en base a la gravedad del problema al que se enfrenten.

“Cuando conoces las reglas del juego estás deseando iniciar una nueva partida, es decir, un nuevo procedimiento”

Sobre su situación laboral, Maite la valora como “excelente”. “Me siento afortunada y todos los días doy gracias por ello, aunque es cierto que sin esfuerzo y trabajo duro no podría haber llegado hasta aquí (y tan pronto). Esta profesión requiere mucho tiempo y una constante formación y preparación. Así que siempre estoy en continua evolución. Además, al ser mi propia jefa manejo mucho mejor mis horarios y tengo mucho más tiempo para mí. En definitiva, tomo mis propias decisiones, cómo y cuándo quiero. La vida del autónomo para mí tiene muchas ventajas”, comenta.

Respecto a la presencia femenina en el sector de la abogacia, Maite señala que, concretamente en la rama penal, la presencia de la mujer es mucho menor que la de los hombres. “Desde mi propia experiencia, quizás otras personas no lo consideren así, puedo decir que somos pocas compañeras las que nos dedicamos en exclusiva a la abogacía penal. No sé a qué se debe, pero esta es la realidad. Aun así, para mí, el hecho de que pueda haber más hombres que mujeres en esta rama es algo indiferente. Todas las personas tenemos derecho a perseguir nuestros sueños y a conseguirlos, y el hecho de que en la profesión pueda haber más hombres que mujeres nunca me ha frenado, ni me va a frenar”, subraya.

Gran momento profesional

Maite ha comentado que le cuesta, pero, poco a poco, va consiguiendo desconectar y, para ello, le gusta dedicar su tiempo libre a “viajar, pasear, conocer restaurantes nuevos, ir de compras, leer, ir a la playa y realizar actividades saludables”. Además, ha destacado que su mejor vía de escape es “estar junto a la gente que quiere, hablando de las cosas buenas que tiene la vida y dejando a un lado los asuntos laborales. Mi actividad profesional consiste en resolver problemas ajenos y eso conlleva un gran esfuerzo por mi parte, ya que debo empatizar con ellos y buscar la mejor solución. Por eso, la mayoría de las veces es inevitable que lleguen a afectarme mínimamente incluso en momentos en los que no estoy trabajando”.

Finalmente, sobre sus próximos proyectos, ha indicado que, a corto plazo, pretende seguir disfrutando de este momento profesional “tan bueno” en el que se encuentra; y, a largo plazo, seguirá expandiendo su marca personal con el fin de conseguir estabilidad en la profesión gracias al “continuo esfuerzo, trabajo, estudio y dedicación”.

“Me siento muy afortunada por haber llegado a donde estoy, y tan pronto. No soy una persona conformista y eso me lleva a querer mejorar y evolucionar constantemente, pero es cierto que, a pesar de mis propósitos, me voy dejando guiar por las circunstancias y las oportunidades que la vida va poniendo en mi camino”, concluye.

María Cano Rico

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