Llorar

Lourdes OteroLourdes Otero

La vida es un valle de lágrimas, nos han repetido desde pequeñas. O la vida es problema tras problema, me dijeron un día, y después te mueres. Y ¡qué cierto es! Baste decir que nada mas nacer, lo primero que hacemos es llorar. Y no porque en ese momento tengamos ninguna pena, sino porque nos incitan a ello para demostrar que estamos vivas. ¡Qué fuerte! Siendo bebés la única manera que tenemos de comunicarnos con los que nos rodean es llorando.
 
Con el paso del tiempo es cierto que en ocasiones lloramos de alegría o de emociones positivas. A veces lloramos porque nos estamos partiendo de risa. Pero el motivo de la mayoría de nuestras lágrimas es pena, tristeza, dolor, rabia…
 
Aún así, más de una vez nos han dicho: “llora, que eso es bueno, alivia tu dolor”.  Y seguro que todas podemos corroborar que es así. Llorar te desahoga, te alivia, es como si tu interior se lavara y te permitiera ver las cosas de otra manera. Será por ello que yo tenía la costumbre de llorar frecuentemente. Tenía un problema, me dolía algo, alguien me había herido, estaba rabiosa… lloraba, y tenía la sensación de que se me aliviaba la angustia.
 
Pero de un tiempo a esta parte no sé qué me pasa, pero que me hace sentir muy mal. No puedo llorar y, por tanto, no puedo aliviarme. Es como si me hubiera quedado seca. Y mi frustración y angustia aumentan al ver que no me salen las lágrimas. Por desgracia, esto no quiere decir que no tenga motivos para hacerlo, los tengo, pero mi cuerpo ya no reacciona ante las emociones. Espero que sea sólo una racha, porque adoro llorar.
 
Lourdes Otero

Gracias

Tiempo de espera

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Periodismo
Constructivo