La mejor protección

Gloria BellidoGloria Bellido

Que las cosas no son buenas ni malas, blancas ni negras, es algo que, poco a poco, con el relativismo que nos da la edad, vamos aprendiendo de la experiencia.
 
En general se sabe que lo importante para decidir lo beneficioso o perjudicial que algo puede resultar lo determina el uso que se le dé y en manos de quien caiga.
 
Eso ocurre con una gran cantidad de situaciones. Hay estudios que demuestran que una copa de vino o un vaso de cerveza no son en absolutos malos para nuestra salud y que incluso pueden tener ciertos beneficios. Sin embargo, nadie pone en duda que un exceso de alcohol es algo muy perjudicial para nuestra conducta inmediata y que tiene consecuencias adversas en nuestro organismo.
 
Otros ejemplos se pueden encontrar en objetos que parecen todavía peores como las armas. Por muy terrible que parezca una pistola, ¿no nos gustaría tener una en la mano cuando se trata de defender nuestra propia vida o aún más cuando se trata de la vida de alguien a quien queremos?
 
Por eso, no deja de sorprenderme que algunas personas critiquen ciertas cosas destacando sólo los aspectos negativos que tienen o la influencia que han tenido en alguna mala acción.
 
Ha ocurrido con los videojuegos, con Internet y sus redes sociales e incluso con la televisión. Padres y educadores denuncian la negativa influencia que tienen sobre niños y adolescentes, atribuyendo muchas veces la mala conducta de éstos a las nuevas tecnologías.
 
Pero lo cierto es que todas esas cosas no son más que meros instrumentos como todos los ejemplos que he citado antes y, usados adecuadamente, pueden tener una gran utilidad. El problema nace cuando los ponemos en manos de personas sin preocuparnos de si saben usarlos o no.
 
En muchos casos, los propios chicos descubren instrumentos que sus padres desconocen completamente. Y, por supuesto, esa falta de conocimiento deriva en falta de control.
 
Por eso,  me parece una falta de responsabilidad por parte de los padres echarle la culpa de las conductas de riesgo de sus hijos a realidades externas y a la tecnología.
 
Educar a los niños como individuos libres y responsables no es una tarea fácil, pero sin duda es la mejor protección para cualquier situación a la que se tengan que enfrentar en el futuro.
 
Gracias por vuestras cartas, gracias por felicitarnos por el premio Arco Iris y, por supuesto, gracias por seguir escogiendo Mujeremprendedora como vuestra revista.

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