Investigadoras expresan su preocupación por la conciliación
La mujer que investiga tiene, al igual que otras profesionales, dificultad para conciliar vida familiar y profesional pero la situación se agrava por las características de una profesión que exige un largo periodo de meritoriaje, a veces en un país extranjero, y una dedicación muy intensa durante un largo periodo de tiempo.Esta es una de las conclusiones a las que han llegado un grupo de destacadas investigadoras que han participado en la conferencia “Mujer y ciencia” organizada por <?xml:namespace prefix = st1 ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags» />la Fundación Eduardo Barreiros y la Fundación Universidad Rey Juan Carlos, y moderada por Carmen Iglesias, académica de la Lengua y de la Historia y Presidenta de Unidad Editorial.<?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» /> En esta mesa redonda han participado la investigadora en dialectología y miembro de la Real Academia de la Lengua, Inés Fernández-Ordóñez; la Presidenta de la Real Academia Nacional de Farmacia, Mª Teresa Miras; la investigadora del CSIC y del Centro de Investigaciones Biológicas de Madrid, Flora de Pablo; la historiadora y analista de las redes financieras en la era moderna, Carmen Sanz Ayán y la bioquímica e investigadora del Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias, María del Mar Vivanco. Para estas investigadoras, muchas mujeres se plantean que hacer con su futuro ante la perspectiva de tener por delante más de 10 años de investigación en precario, muchas veces fuera de país de origen, y con grandes dificultades para regresar e incorporarse al mercado laboral. Los países nórdicos son, en opinión de las participantes, ejemplos a seguir en cuanto a la aplicación de políticas de igualdad de género ya que en éstos la mujer lleva más años incorporada al trabajo científico y tiene más facilidades.
