Fomentar una ciencia cercana y familiar, clave para estimular las vocaciones científicas

El profesorado tiene un papel clave a la hora de motivar y entusiasmar

 Fomentar la cultura científica en la sociedad y aumentar las vocaciones entre los más jóvenes son dos aspectos fundamentales, e intrínsecamente ligados, para mejorar el nivel de la ciencia en España. Por ello, la Fundación Lilly ha analizado en la Cita con la Ciencia 17 los aspectos que condicionan las vocaciones científicas en nuestro país y las posibles estrategias para estimularlas, desarrollarlas y mantenerlas.

En este sentido, los investigadores presentes en la Cita han señalado que el profesorado y el entorno más cercano, como familiares y amigos, son factores determinantes a la hora de despertar el interés por la ciencia, y sobre todo cuando se realiza una elección profesional. Asimismo, han reclamado que la ciencia sea más cercana al público, y que se normalice la imagen que se proyecta del científico.

Según ha explicado José Antonio Sacristán, director de la Fundación Lilly, el interés de la entidad por profundizar en este tema se debe a que “la falta de una cultura científica y la escasez de vocaciones son hechos que están en la raíz de otros problemas de la ciencia como son la falta de financiación, la gestión inadecuada o el desinterés de los políticos. En una sociedad donde no se percibe que la Ciencia es importante, es difícil que gestores y políticos den prioridad a la ciencia, aunque esta sea clave para el futuro”.

Al iniciar el encuentro, la Fundación Lilly ha presentado el corto documental “El despertar de la vocación científica” en el que varios científicos han relatado cuáles fueron los factores que influyeron en su dedicación a la ciencia, los valores relacionados con dicha actividad y la relevancia de la ciencia para el futuro. En este contenido audiovisual, de cerca de 10 minutos de duración y disponible en el canal de YouTube de la Fundación, han participado Marta Macho, matemática y editora de Mujeresconciencia.com; Juanjo Sanz Ezquerro, investigador del Centro Nacional de Biotecnología e impulsor de la Asociación Apadrina la Ciencia; Rosa Ros Ferré, coordinadora de la iniciativa nacional Ciencia en Acción, y Francisco Martínez Mojica, profesor de Microbiología de la Universidad de Alicante.

Con este corto documental, que se ha grabado íntegramente en un colegio, “hemos querido poner de relieve, por un lado, la importancia que tiene trabajar en estrategias para favorecer vocaciones científicas desde las aulas y desde las edades más tempranas. Y por otro, la necesidad de que como sociedad incentivemos valores de la ciencia como la curiosidad, el esfuerzo, el rigor, la constancia, la creatividad o la imaginación, entre otros”, añade el director de la Fundación.

El profesorado juega un papel clave en el fomento de la vocación científica, por lo que su preparación en enseñanza de las ciencias, así como una visión positiva y no estereotipada de las mismas, constituye una base fundamental para poder trasladar la pasión por esta disciplina a los jóvenes. “Que los docentes se muestren motivados y entusiasmados por la ciencia es necesario para que los alumnos disfruten de la ciencia”, asegura Digna Couso, experta en didáctica de las ciencias y directora del CRECIM, a la vez que añade que “a veces son los propios docentes, sobretodo en primaria, quienes no se sienten cómodos con la ciencia porque tienen muy poca formación científica y nunca disfrutaron con ella”. Por ello, algunas medidas que considera indispensables son “dar prioridad a la ciencia, también a la divulgación científica, en edades más tempranas de lo que hacemos ahora, e incentivar las experiencias positivas de ciencia entre todos los niños y niñas, intentando que, al menos una vez, todos los alumnos y alumnas tengan éxito en una actividad científica”. Y es que, señala, “aunque los 10 y 14 años es una edad crítica para la formación de aspiraciones profesionales en ciencias, debemos hacer el esfuerzo antes”.

También en relación a la educación, Digna Couso recuerda que “la ciencia no es solo matemáticas, este es solo uno de sus lenguajes, al que otorgamos una supremacía académica, pero un fracaso en matemáticas,  no significa que un alumno no pueda ser un excelente científico”.

Además del profesorado, el refuerzo por parte de la familia y el entorno cercano es determinante a la hora de que un joven se dedique o no a una profesión científica. Por ello, en este punto, Estrella Luna Díez, presidenta de la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (CERU), subraya la relevancia de involucrar a los adultos en las actividades científicas dirigidas a niños de manera que “la ciencia se consuma en un contexto familiar. En muchas ocasiones se hacen eventos dirigidos a niños en los que los adultos no tienen cabida. Una de las claves del éxito de los festivales científicos en el Reino Unido es que incluyen a toda la familia”.

Otro punto que en el que han insistido los investigadores presentes en el debate es el de explicar y proyectar a la sociedad que “la ciencia está en todo lo que nos rodea”, como medida para que esta sea consciente de que lo importante que es invertir en este ámbito para el futuro del país. Desde su experiencia, la presidenta de CERU apuesta por “descontextualizar” la ciencia, es decir, “que en contextos sociales como puede ser una feria gastronómica pueda hacer espacio para la ciencia que hay detrás de los alimentos”, señala como ejemplo.

Durante el debate también se ha analizado el impacto de las series de televisión y dibujos animados, precisamente por la cercanía con la que reflejan las vidas de los científicos. Si bien por un lado se reconoce una relación positiva para estimular el interés, por otro, se ha destacado como “los propios personajes muestran características alejadas de la realidad u otorgan menos capacidades científicas a las mujeres”, señala Digna. Con el objetivo de que todos los niños, independientemente del género, se puedan plantear la posibilidad de dedicarse a la ciencia han recalcado la necesidad de que esta sea más cercana, sea transmitida desde la normalidad y de que en los cuentos aparezcan científicas jóvenes, para desterrar la idea de que el científico es alguien con bata blanca haciendo experimentos.

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