Esperanza Pertusa se consolida como referente en responsabilidad corporativa

Ha logrado beneficiar de sus programas a más de 8000 personas en riesgo de exclusión

Lo que empezó siento un sueño para Esperanza Pertusa, la cabeza de familia de la empresa ilicitana Gioseppo es hoy una realidad que ha logrado beneficiar a más de 8000 personas en 2017 a través de proyectos de acción social. Junto a sus hijos, Jose Miguel, Esperanza, German y Jorge, y su marido, Jose Navarro, como patronos de la Fundación Esperanza Pertusa  y directivos de la empresa, la presidenta de la Fundación Esperanza Pertusa impulsó este proyecto que nació  con una vocación muy clara de servicio a la sociedad, especialmente a los colectivos en situación de vulnerabilidad.

En 2017 la Fundación ha colaborado en distintos proyectos con más de 60 organizaciones que trabajan con colectivos en riesgo de exclusión social, la mayoría en la provincia de Alicante. Proyectos que tienen como eje la educación, la cobertura de necesidades básicas, la inserción socio-laboral, la salud y el género. De entre ellos, en el ámbito nacional, destaca el proyecto de la Sala Esperanza Pertusa en Elche, un espacio por y para la sociedad, “en el que la única preocupación debe ser aprender y crecer como personas, sentirse realizado”, explica la Presidenta.

En el área de cooperación internacional la Fundación ha continuado forjando alianzas con algunas de las organizaciones con las que comparte valores como UNICEF y la Fundación Vicente Ferrer, entre otras y con las niñas víctimas de violencia sexual en la República Democrática del Congo, el proyecto de la ONG Coopera. Y siempre con una mirada puesta en el Mediterráneo y en el drama de los refugiados, facilitando ayuda tanto en Siria como en Grecia, Serbia e Iraq.

Gracias al programa Women4Change, el proyecto más emblemático de la Fundación, “hemos podido mirar a los ojos de las mujeres refugiadas sirias en Líbano, aprender de su resiliencia, compartir su dolor y también poner mirada de esperanza gracias al magnífico trabajo que la ONG Sonrisas y Aceitunas realiza con ellas y sus familias”, explica la presidenta. Más de 300 mujeres refugiadas se benefician del programa de bordados en campos de refugiados y gracias al cual Gioseppo lanzó una línea de sandalias en 2017 que continuará a la venta en verano de 2018.

El pasado año la Fundación donó más de 8.000 pares de zapatos para personas en riesgo de pobreza. Un buen calzado es garantía de salud y también una importante forma de vencer la exclusión social.

“Todos los días pienso en los hombres, mujeres, niños y jóvenes que el trabajo en la Fundación me permite conocer. La predisposición de estas personas a la hora de formar parte del proyecto, las ganas con las que ponen todo de su parte para remar en la misma dirección, es lo que nos hace sentirnos orgullosos del trabajo realizado. Creemos en la igualdad, en la justicia social, y en que, entre todos, podemos construir un mundo mejor. Sin embargo, esto es una piedra en un largo camino por recorrer. Entre todos, lo conseguiremos” subraya Esperanza Pertusa.

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