«25 años de avances se han perdido en 25 semanas»

ROSA ARRANZ. UNIÓN DE UNIONES

Rosa Arranz es la presidente Unión de Mujeres Agricultoras y Ganaderas (Unión de Uniones).

¿Cómo se presenta este 15 de octubre, Día de la Mujer Rural de 2020?

Este año, además de la pandemia, tenemos más presente la nueva PAC, esperamos un enfoque de género que no ha estado presente en las políticas agrarias anteriores y sería determinante y decisivo para miles de mujeres agricultoras europeas un reparto más equitativo que tuviera en cuenta la historia de desigualdad y falta de oportunidades y derechos que hemos venido padeciendo solo por ser mujeres y tener más dificultades en el acceso a tierras, derechos, decisiones, etc. En el resto de ámbitos que nos afectan como pobladoras de un medio rural escaso en servicios, perspectivas laborales, culturales, económicas y sociales, debemos “usar” este 15 de octubre para dar altavoz a todas estas carencias que nos hacen la vida algo más difícil cuando tenemos la determinación de permanecer en nuestros pueblos.

Desde su punto de vista, ¿en qué medida ha afectado el COVID-19 a la mujer rural?

Según algunos estudios, la pandemia ha provocado un retroceso en los derechos de igualdad conquistados por las mujeres y lo cifra en cerca de 25 años. 25 años de avances que se han perdido en 25 semanas. Esto sucede porque las mujeres, mayoritariamente, tienen un trabajo quizá más precario y, durante esta pandemia, en muchos casos han sido las que han protagonizado el cuidado de mayores, pero también de menores, incluyendo el apoyo en las clases a distancia. La mayoría de mujeres del medio rural ha seguido trabajando porque además de dedicarnos al sector primario, un número importante lo hace también en el sector servicios, sobre todo con población mayor. En ambos casos el trabajo ha sido considerado esencial. En otros casos, de mujeres emprendedoras del sector de la artesanía o el turismo rural han visto cómo se frenaba su actividad, con todo lo que eso conlleva. No obstante, conviene señalar también que el ser menos personas en el medio rural nos ha dado una cierta seguridad en cuanto a la enfermedad, no así en cuanto al acceso y control sanitario, ya que los consultorios se han cerrado y las urgencias y atención hospitalaria no está cercana en muchas poblaciones.

¿Cuáles son las prioridades para la mujer en el medio rural de cara a este año que entra?

Como decía en la primera pregunta, tener una PAC digna y ecuánime; mejores servicios e infraestructuras (transportes, vías, internet …) en el medio rural que faciliten nuestras vidas y nuestras decisiones; unos precios justos y controlados para nuestros productos; así como más medios y equipos profesionales para detectar y frenar la violencia de género en un medio rural, donde es más difícil la denuncia y detección de este grave problema, seguramente por la presión social, el aislamiento, el envejecimiento de la población…

¿Qué actividades y proyectos han planteado para este nuevo curso?

Seguiremos en la línea de los proyectos de años pasados que inciden mucho en el empoderamiento, la profesionalización y formación, la mejora de nuestras condiciones laborales y profesionales en nuestras explotaciones y trabajos, en la lucha por nuestros derechos de pobladoras del medio rural, la visibilización y sensibilización en la igualdad y violencia de género. Seguramente, este año tendremos que desarrollar alguna actividad más que dé herramientas y capacitación a nuestras mujeres para trabajar bajo las circunstancias actuales de la COVID-19, tanto en nuestras explotaciones como en las actividades formativas.

María Cano Rico

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