La huerta tradicional se digitaliza sin perder el sabor de siempre

A lo largo del último siglo se han perdido un 75% de las variedades hortícolas tradicionales, según los informes de la FAO. Este tipo de variedades son de enorme importancia porque además de formar parte del patrimonio cultural y genético de la sociedad, tienen una gran resistencia a plagas y enfermedades y presentan una mejor adaptación al cambio climático. Por ello, cuando en el año 2013 surgió la idea del Huerto los Tulipanes decidí apostar por este tipo de variedades. Así que, de manera paralela a las labores de acondicionamiento de la parcela, inicié la búsqueda de semillas tradicionales de los diferentes cultivos para el huerto.

Hoy en día se pueden encontrar en él variedades como Tomates de Miranda, pimientos de pico, piparras, guisantes de lágrima, habas de país, puerros variedad “Valentín” (así llamados por el agricultor local que me facilitó las semillas) y también se cultivan especies en peligro de extinción como la berenjena blanca. Todas ellas son variedades tradicionales que se han ido adaptando temporada a temporada al clima de la zona a través de la selección cuidada y que actualmente ofrecen productos de gran calidad con unas características únicas que solo se pueden encontrar en el Huerto de los Tulipanes.

Las otras apuestas del Huerto son los productos de temporada y locales, km0 (se cultivan a escasos 12 km de Burgos), siendo la huella de carbono mínima intentando causar un nulo impacto ambiental. Lo conseguimos con la agricultura regenerativa que prioriza la conservación del suelo, el empleo de labores culturales que eviten el uso de productos químicos y la minimización del uso de agua, contando para ello con riego por goteo adaptado a cada especie. También se apuesta por la economía circular, se abona con compost de explotaciones vecinas y vermicompost que se elabora en el propio huerto a partir de los residuos que en él se generan. Y por el Slow Food (corriente que día a día gana adeptos en el mercado), un cultivo tradicional, dando tiempo a cada producto, recolectándolos en el momento preciso y en su punto óptimo de manera que su sabor nos recuerde al de toda la vida, al del huerto del abuelo, para que no tengamos que añorar nunca más aquellos tomates.

En el año 2015 se inicia la actividad comercial del Huerto de los Tulipanes y desde el primer momento se confía en la venta directa a través de las redes sociales y plataformas de mensajería, que además son parte fundamental en la comunicación con nuestros clientes. A través de WhatsApp, pueden realizar sus pedidos y gracias a Facebook e Instagram pueden ver cómo se trabaja día a día en el huerto y ver, por ejemplo, cómo se siembra y crece el tomate que luego llega a sus casas. Estas plataformas permiten que podamos interactuar con ellos, que nos planteen sus dudas y que conozcan el trabajo que se lleva a cabo en las zonas rurales y todo lo que tienen estas que aportar a las grandes ciudades.

En mi opinión, para emprender en zonas rurales y en especial en las situadas en la España vaciada es imprescindible disponer de un buen acceso a Internet y de unas competencias digitales adecuadas que te ayuden a dar a conocer tu producto. Por ello son de gran importancia iniciativas como los premios Extraordinarias (programa conjunto de Zona from Facebook y la Fundación Cibervoluntarios) en las que se ofrecen talleres para conocer y mejorar el manejo de las redes sociales a mujeres emprendedoras en entornos rurales además de dar visibilidad, así como apoyo, a los proyectos que nosotras desarrollamos.

No hay que olvidar el gran problema de despoblación que sufren algunas zonas del país y de la importancia que tienen las mujeres en el asentamiento de población y la necesidad de que existan posibilidades de desarrollo profesional en estas zonas que nos inviten a quedarnos y a apostar por la continuidad de nuestros pueblos.

Elena Rodríguez

Fundadora de Huerto los Tulipanes

Primer Premio Extraordinaria